Wiesenthal

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Lo que más me llama la atención de las grandes librerías es la sección de libros prácticos. Desde la cocina al amor , pasando por la depresión, la caza o el trabajo, no hay aspecto de la vida humana que no se pueda abordar desde esta perspectiva práctica. Así como suena. ¿Y por qué tienen tanto éxito estos libros? Quizás porque tratan de aquellos aspectos que tiene que ver con la satisfacción o con la felicidad. Y a la vista de la amplia oferta de esta clase de productos, cabría añadir que, en estos tiempos confusos, en los que los ejecutivos leen El arte de la guerra de Sun Tzu y los terapeutas recomiendan Más Platón y menos Prozac, quien no es feliz es porque no quiere.

¿Qué decir de las guías de viajes? Cuando las leo se me quitan las ganas de viajar . Quizá porque soy de natural perezoso, me abruman esa cantidad de lugares que hay que visitar y fotografiar , los monumentos, los restaurantes, las tiendas. Como buen barojiano, prefiero la aventura sedentaria de viajar a través de los libros, en casa, sentado en una butaca, al calor del brasero.

Y una propuesta muy recomendable es el libro El snobismo de las golondrinas, de Mauricio Wiesenthal (Barcelona, 1943). Durante más de 40 años, Wiesenthal recorrió toda Europa, y mantuvo sus infinitas aficiones como fotógrafo, concertista de flauta y enólogo, entre otras muchas. En sus propias palabras: «He sido mi propio mecenas y he tenido que trabajar mucho para mantener al artista caprichoso que llevo en mi alma como un parásito».

Heredero de esa gran cultura europea de raíz humanista, se considera un impenitente cultivador del esnobismo, que es una actitud distante, estética y filosófica, “Prefiero a los esnobs de toda la vida, nada modestos pero, al menos, conscientes de su amanerada frivolidad” . Para Wiesenthal, el esnobismo es la forma de protegerse de la nueva cultura del ocio y de la banalización de los viajes.

En El snobismo de las golondrinas, Wiesenthal nos propone un viaje a través de las grandes ciudades europeas, al tiempo que nos acompaña por los vericuetos de la historia y de su propia experiencia. Y lo hace de manera elegante y cordial, pero con la discreción de un caballero. En los 22 capítulos del libro, lo libresco y lo vivido se dan la mano. Se trata de un libro inclasificable, un libro río, por el que navegan el ensayo, las memorias, los apuntes de viajes, los cuentos, las leyendas, las reflexiones y las anécdotas propias y ajenas.

Como afirma el propio autor “no es una guía de monumentos y catedrales. Trata, por el contrario, de cafés y mercados, tertulias y fuentes, artesanos y artistas, sombreros y carreras de caballos, maletas y hoteles, melones y sabios, princesas y costureras, islas y antiguas ciudades”. Y es además un libro largo, «parsimonioso, lento, oceánico, escrito como el vuelo de las golondrinas.” Gran conocedor de la cultura del vino, amante de los muebles antiguos, Mauricio Wiesenthal es uno de los autores más singulares del actual panorama literario español.

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