Tecnología para medir cómo se mueven las moléculas en el seno de un gas

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El equipo del ingeniero y científico español Guillermo Vidal, doctor Ingeniero Aeronáutico, experto en el desarrollo de instrumentación científica, investigador del ETH de Zurich, y director de I+D en el consorcio formado por la multinacional Thermo Fisher Scientific y la empresa española SEADM, ha desarrollado la nueva tecnología TMIMS (Transversal Modulation Ion Mobility Spectrometry) que permite medir cómo se mueven las moléculas en el seno de un gas. Entre otras cosas, esto permite conocer con mucha rapidez cómo reaccionan las proteínas con distintos metabolitos, lo que facilitará el desarrollo de nuevos fármacos con un menor coste y más rápidamente, entre otras aplicaciones. Esta se presentará el 26 y 29 de julio en España en el Congreso International Society of Ionic Mobility Spectrometry 2015 que tendrá lugar en Córdoba.

El TMIMS mide la resistencia aerodinámica de las moléculas con una precisión y en un tiempo hasta ahora nunca logrados. Para ello computa la velocidad a la que las moléculas avanzan a través del gas y analiza cómo cambia esta velocidad cuando se introducen nuevas sustancias en el gas que las obligan a cambiar de forma y por tanto de función. Cuando las moléculas son muy compactas, es decir, tienen muchas dobleces, avanzan rápidamente; por el contrario, las más ramificadas lo hacen de forma más lenta. Esta resistencia aerodinámica es la que permite distinguir los diferentes tipos de isómeros, es decir diferenciar moléculas con distinta estructura pero el mismo número de átomos. La aplicación de esta nueva tecnología al análisis de proteínas, las moléculas más importantes que componen las células, puede lograr un avance decisivo en el estudio de las reacciones bioquímicas que permiten la vida.

También en el campo de la farmacia puede suponer una importante ventaja. Muchas medicinas funcionan porque tienen la propiedad de adherirse a determinadas proteínas de nuestro organismo y eso permite que, mientras dura su efecto, esas proteínas cambien su función. Es el caso del ibuprofeno, cuyo descubrimiento supuso un gran alivio del dolor para millones de personas ya que, cuando se metaboliza, tiene un importante efecto antiinflamatorio.

Pero no acaban ahí las aplicaciones de esta nueva tecnología: al servir para analizar muestras complejas biológicas también podría aplicarse en el análisis y detección de petróleo o en el análisis de metabolitos de origen biológico. El desarrollo de esta nueva tecnología, en la que también han trabajado Myriam Macía, Alberto Tejero y Gonzalo Arranz, ha sido patrocinado por el programa EUROSTARS.

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