Saga emprendedora
La empresa desarrolla productos desde el punto de vista de la ingeniería y aspira a abrir su tecnología al mundo IoT, para gestionarlo a través del móvil, e introducirla en las ciudades inteligentes
Estudiar ingeniería técnica industrial era algo lógico. Eduardo Dueñas, que procede de una familia de peritos industriales en mecánica, lo tuvo claro. Así como también que debía seguir su propio camino, fuera de la empresa familiar, para desarrollar su propio enfoque profesional.
Se estableció como autónomo. Empezó a notar en sus carnes qué era aquello de llevar una empresa, desde la gestión administrativa a los impuestos y la coordinación con otros trabajadores para un proyecto común. «Ha sido siempre la curiosidad técnica de poner a prueba los conocimientos adquiridos, adquirir otros nuevos y volverlos a poner a prueba; con la vista puesta en la innovación y darle forma física», cuenta Eduardo Dueñas.
Atraído por el diseño de máquinas y la necesidad de crear, trabaja en diferentes empresas, hasta que en un concurso de creación de empresas de la universidad de Málaga, Dueñas decide crear junto con unos compañeros Métrica6, una empresa de I + D + i centrada en el desarrollo de productos desde un punto de vista de la ingeniería: «No hacemos el diseño gráfico de un producto bonito, sino todo el proceso integral para que el producto sea viable comercialmente, desde los estudios de mercado hasta planes de fabricación y estudios de patentes», añade.
«Sabíamos hacer nuestro trabajo, creamos nuestra propia tecnología y la pusimos en el mercado de forma viable»
Convertirse en emprendedor fue un topetazo con la realidad: «En el salto de autónomo a empresario el riesgo es para ti; en el segundo caso, si te equivocas lo sufrís tú y tus trabajadores». Su invento, el dispositivo de ahorro de agua Ness, le sirvió para demostrar a sus clientes lo siguiente: «Sabíamos hacer nuestro trabajo, creamos nuestra propia tecnología y la pusimos en el mercado de forma viable». Ness se puede instalar en una vivienda sin necesidad de obras, de añadir tuberías ni depósitos; es como un sistema de recirculación del agua compatible con cualquier calentador individual. Tras diversos premios y reconocimientos, demostraron que era un plan de negocio rentable, en el que se podía invertir.
La ingeniería como mentalidad
Dueñas considera la ingeniería más que una carrera: «Es una mentalidad que pre-para para resolver problemas de cualquier tipo (comercial, estratégico, de personal) o para aumentar la eficiencia y la eficacia». Capitanea la estrategia empresarial, muy ligada a la innovación, «pero también atesoro gran parte del diseño mecánico, porque nuestro director de departamento técnico es ingeniero electrónico», explica. Como a cualquier ingeniero, le gustaría dedicarle más tiempo a la parte técnica, lo que más le interesa y donde se encuentra más cómodo: «Eso lo sigo haciendo todos los días, solo que en diferentes planos (unas veces comercial, otras técnico, otras administrativo…) y, de momento, se solapa bien».
¿Dificultades? Las vive a diario. «Las empresas que no generan problemas es porque no se mueven o no crecen», afirma Dueñas. Eso sí, ¿tirar la toalla?, nunca. Ha dado sus frutos: en solo cuatro años, Métrica6 ha conseguido un impacto nacional e internacional considerable, añade, «principalmente, debido a la innovación del producto». El proceso también ha sido convulso: de los cuatro socios fundadores, tres lo dejaron, entró un inversor y Dueñas permaneció como gestor, socio y accionista. Contratar y despedir personal, enfrentarse a problemas de tesorería, solventar cuestiones técnicas y comerciales son algunos de los retos a los que ha hecho frente. Aprendiendo con el día a día.
Mientras ayuda a otras empresas a generar ese conocimiento nuevo, y ser más rentables, a través de los servicios de ingeniería y consultoría de desarrollo tecnológico, participa en un programa para ayudar a jóvenes emprendedores. «Hace falta que la gente sepa qué es montar una empresa, gestionarla y que entienda dónde hay y no mercado». Bajo las piedras de los sectores más tradicionales, como las instalaciones o infraestructuras, hay un buen potencial de innovación y desarrollo profesional para los ingenieros. Mayores tesoros se pueden encontrar en nichos como el Internet de las cosas (IoT en sus siglas en inglés) y la fábrica inteligente («con menores costes para producir») las smart cities, la construcción bioclimática y el passivehaus, dice.
Dueñas hasta se atreve a rebautizar el término emprendedor. Opina que son las empresas que, tras 15 años de vida, «siguen estando en punta de lanza, abriendo mercados, sacando productos nuevos, innovando, haciendo spinoffs«, dice. Siguiendo su máxima, abrirá su tecnología Ness al mundo IoT, para gestionarlo a través del móvil, e introducirla en las ciudades inteligentes.
Sabedor del predominio digital en los nacimientos de startup «porque son las iniciativas que llevan menos tiempo montar y las que menos riesgos tienen», no olvida que los productos tangibles, como el suyo, requieren mayores esfuerzos: «Nos ha llevado más de tres años de desarrollo crear un producto físico. Entre personal e inversión hemos destinado más de 600.000 euros de diferentes fuentes.