«RECORDAR»

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Se define como: Traer a la memoria propia una cosa, algo percibido, aprendido o conocido, o retener algo en la mente.

De forma coloquial hoy se puede decir que recordar es almacenar acciones, hechos, sensaciones o sucesos en nuestra mente en la carpeta recuerdos, la mayor en el cerebro de nuestra especie.

Es sabido y probado científicamente que hay especies con recuerdos en su mente, pero ninguna con una capacidad tan grande de almacenarlos como la especie humana.

Sabéis, probablemente a consecuencia de la edad, avivo esa búsqueda secuencial en la mía; yo tengo recuerdos desde los cinco años, que procuro mantenerlos vivos en el recuerdo.

Es conocido, así mismo, que se alojan en mente recuerdos buenos y no tanto, e incluso malos; ello es porque los buenos son necesarios para mantenerla viva, gozosa, jovial, alegre, pues estas disposiciones nos son necesarias para poder desarrollarla y utilizarla con agilidad, ánimo, entusiasmo y optimismo, satisfechos de hacerlo, de igual forma a cómo obtenemos el rendimiento de nuestra computadora.

Los menos buenos que almacenamos nos proporcionan advertencias y avisos de cómo evitar algunos desaciertos y errores cometidos; y los malos nos aportan recuerdo de aquello que no debemos repetir. Estas reacciones del cuerpo ante respuestas de la mente a sucesos, sensaciones, hechos o acciones devenidas son tan antiguas como la especie humana sobre la Tierra.

La inspiración al escribir es fruto del ejercicio y la utilización de la mente, pero no sólo, pues también es de las percepciones que por los sentidos llegan a ella.

Esta vez ha venido de la mano de una ‘cinta’, no recuerdo su nombre, la trama era de una niña que su madre abandona a la que acogen los servicios sociales, desestructurada y sólo querida por una trabajadora social que hace lo imposible por adoptarla, sin lograrlo.

Pasados más de veinte años, aquella niña que ha luchado siempre por estudiar y saber, ha obtenido becas logrando licenciarse y es ahora una famosa y reconocida escritora que estando firmando libros, reconoce a la que ella siempre consideró su madre, que ha conocido su éxito y va a felicitarla; el final, de película, me impactó al mostrar lo que la mente con los recuerdos puede lograr, podéis adivinarlo, se reconocen legalmente como madre e hija, lo que no habían logrado antes.

Pero volvamos a los recuerdos que nos atañen, recordando lo que la sociedad nos ha dado, permitiendo que la ayudemos a ser más efectiva en servir a los ciudadanos; y también recordemos lo que a ella hemos dado, con nuestro saber y el trabajo aportado, permitiendo una sociedad más justa, mediante nuestra colaboración para ello.

Aunque hay que recordar que no todo está hecho, que aún queda bastante por hacer y que debemos hacerlo, devolviendo aquello que desde hace casi 170 años nos ha venido dando, el trabajo que nunca ha faltado en esta profesión, algo importante para nosotros que somos la tercera profesión en número, tras abogados y médicos, delante de economistas, procuradores, etc., y la primera en colegiados entre todas las ingenierías.

Es justo, devolvamos la confianza y el reconocimiento recibido durante todos estos años, promoción tras promoción; hoy, en un momento difícil en general, y particularmente para muchos posibles futuros graduados en ingeniería de la rama industrial, creo que es deber hacerlo, ayudando como mejor se pueda.

Tenemos instituciones para ello, la Fundación contempla entre sus fines desarrollar actividades: ‘Potenciar la formación….’; ‘Potenciar la investigación tecnológica y científica en el campo industrial….’; ‘Potenciar la colaboración de los centros docentes … en desarrollar la investigación industrial.’; ‘…. cuantas otras actividades lícitas redunden en beneficio de los fines de la Fundación.’

Es tiempo de reflexión y de acción, devolviendo parte de lo recibido con la ayuda a quienes hoy no pueden, siendo potenciales benefactores por su conocimiento, deseo y la formación e interés demostrado; un pequeño esfuerzo de todos puede hacer felices a otros para lograr ayudar a la sociedad mediante la ingeniería, nuestra arma de ayuda, las becas.

Gracias una vez más, amables lectores por vuestro tiempo, esperando que estas líneas sean recibidas favorablemente.

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