PP y PSOE coinciden en mantener e impulsar la tecnología en la ESO y el bachillerato

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Cogiti, profesorado de tecnología, directores de escuela y alumnos de ingeniería de la rama industrial han mantenido sendas reuniones con responsables en materia educativa del Grupo Parlamentario Popular y del PSOE para trasladarles su preocupación por las diferentes disposiciones y regulaciones que están reduciendo de forma sistemática tanto las horas de formación como el peso específico de las asignaturas tecnológicas en la ESO y el bachillerato.

El Consejo General de Colegios de Graduados en Ingeniería de la rama industrial e Ingenieros Técnicos Industriales (Cogiti), profesorado de tecnología, directores de escuela y alumnos de ingeniería de la rama industrial han mantenido sendas reuniones con responsables en materia educativa del Grupo Parlamentario Popular y del PSOE.

Estas reuniones son la evolución de otras que se celebraron el pasado 9 de marzo con los mismos grupos parlamentarios y se enmarcan en las actuaciones que las citadas organizaciones están llevando a cabo para la defensa y el fomento de la educación tecnológica. De este modo, han entregado el manifiesto de Aportaciones de la PEAPT (Plataforma Estatal de Asociaciones de Profesorado de Tecnología) por el Pacto de Estado Social y Político por la Educación. Por una educación tecnológica en la ESO y bachillerato a Sandra Moneo Díez, portavoz de la Subcomisión de Educación del PP, y a María Luz Martínez Seijo, secretaria federal de Educación y Universidades del PSOE.

Por parte de las entidades firmantes de dicho manifiesto, a ambas reuniones asistieron el presidente del Cogiti, José Antonio Galdón Ruiz; la presidenta de la Plataforma Estatal de Asociaciones del Profesorado de Tecnología (PEAPT), Ester Micó Amigo con su junta directiva; el presidente de la Conferencia de Directores de Escuelas de Ingenierías del ámbito industrial (CDITI), Juan José Domínguez Jiménez, y de la Asociación Estatal de Representantes de Alumnos de Ingenierías de ámbito industrial (AERRAAITI), Francisco Javier de Lara García-Brioles, que, entre todos, representan a 15.000 profesores de tecnología, 52 escuelas de ingeniería, 90.000 colegiados y 84.000 alumnos de ingeniería, respectivamente.

La percepción de las reuniones mantenidas con ambos políticos ha sido positiva, ya que ambos grupos parlamentarios coinciden al afirmar que la tecnología, base de la ingeniería y de la resolución de problemas en el contexto educativo, debe fomentarse desde edades tempranas en la educación infantil y primaria, y son conscientes de que la revolución tecnológica actual y futura requiere una buena formación de per-files técnicos. Además, reconocen las metodologías innovadoras que se desarrollan en esta área, con una trayectoria de más de 25 años, fundamentales para desarrollar nuevos modelos educativos tan necesarios en el contexto del nuevo Pacto de Estado por la Educación. Ambas representantes políticas se han comprometido a contar con el colectivo de profesorado de tecnología para elaborar el diseño curricular de las materias propias del área en todos los niveles educativos.

La economía y la industria de nuestro país necesitan una educación científica y tecnológica que posibilite el crecimiento de la investigación y el desarrollo tecnológico y que permita acortar distancias con las economías más avanzadas de nuestro entorno. Por ello, la tecnología, como materia específica, debe ser impulsada desde las Administraciones educativas para evitar la fractura social que se producirá si la escuela no es capaz de permitir el acceso a esta asignatura de todo el alumnado, de forma generalizada, pues desde ella se potencian las vocaciones de ingeniería y de estudios técnicos en general.

Para el presidente de Cogiti-UAITIE, José Antonio Galdón Ruiz, “es el momento de dejar a un lado cualquier tipo de interés ajeno y diseñar un modelo educativo que obedezca a las necesidades reales de nuestra sociedad, entre las que no cabe duda, se encuentra la tecnología”. Ante esta situación, es fundamental realizar los esfuerzos necesarios para que el sistema educativo propicie y fomente esta materia en aras de favorecer las vocaciones y, por tanto, cubrir las necesidades laborales presentes y futuras. Y es que, como demuestran los informes sobre el mercado de trabajo de los últimos años en nuestro país, las ingenierías son las titulaciones universitarias más demandadas y valoradas por el tejido industrial.

Por su parte, Juan José Domínguez Jiménez, presidente la Conferencia de Directores de Escuelas de Ingeniería del Ámbito Industrial (CDITI), señaló: “La situación actual del modelo educativo es de retroceso en esa formación tecnológica”, y se pregunta cómo podemos formar y orientar a los alumnos en bachillerato, si luego no se puntúa esa formación en tecnología industrial en el acceso a la universidad.

En esta misma línea, Ester Micó Ami-go, presidenta de la PEAPT, indica: “La tecnología vertebra un abanico de bloques de contenidos que abarca desde la mecánica, las estructuras, los materiales, la expresión gráfica, neumática, la electricidad y la electrónica, hasta la automática, la programación y robótica, tan en boga hoy en día”. Por ello, es importante destacar que todos los bloques son necesarios y complementarios y, por tanto, no se pueden concebir de forma aislada; lamentablemente hay cierta confusión mediática al respecto, pues la programación computacional y las nuevas tecnologías son solo una parte singular del global de la tecnología”. Además, no debemos olvidar tampoco que es una materia que trabaja las desigualdades de género en la educación, generando nuevos modelos femeninos en la formación tecnológica.

Por último, a juicio de Francisco Javier de Lara García-Brioles, presidente de la Asociación Estatal de Representantes de Alumnos de Ingeniería del Ámbito Industrial (AERRAAITI), “es vital que los currículos del área se diseñen por los expertos docentes de tecnología, cuya formación de base es la ingeniería, lo que les permite contextualizar estos conocimientos en las aulas”.

Por todo ello, solicitan, además de su troncalidad en el primer ciclo de la ESO, que el alumnado en 4º de la ESO pueda optar por la asignatura de Tecnología como materia obligatoria, independientemente de las vías formativas que se planteen, ya que no se puede asociar única y exclusivamente la tecnología en este curso a la formación profesional, obviando su carácter propedéutico para el bachillerato de ciencia y tecnología.

Asimismo, consideran que debe hacerse una apuesta clara, decidida y definitiva por ofrecer un verdadero bachillerato de ciencia y tecnología. Para ello, es imprescindible la presencia de la materia tecnología industrial como troncal de modalidad en ambos cursos de bachillerato, así como figurar en las pruebas de acceso a la universidad, evitando generar desigualdades hacia los alumnos que cursarán estudios en universidades politécnicas.

Más información en cogiti.es.

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