Un nuevo estudio, financiado por la Oficina de Protección Ambiental de EEUU, ha examinado durante 14 años, desde 1987 a 2000, la presencia de ozono en la atmósfera y los índices de mortalidad en 95 zonas urbanas de EEUU. Lo que ha permitido establecer que una exposición a niveles de ozono elevado, agrava las afecciones respiratorias y disminuye la función pulmonar. Este trabajo, uno de los mayores que se han realizado hasta el momento, pone en evidencia el incremento de la mortalidad, sobre todo en las personas con edades de entre los 65 y 74 años, cuando su exposición a niveles altos de ozono procedentes principalmente del humo de los coches, de las industrias y de las plantas de energía.
