Pedro Cardona Suanzes

Capitán de Navío y Comandante-Director de la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra)

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“Varios países nos confían a alumnos para formarlos completamente aquí, cursando la totalidad de currículo y no sólo un intercambio temporal”

Pedro Cardona

Pedro Cardona Suanzes es Capitán de Navío y Comandante-Director de la Escuela Naval Militar de Marín, en la provincia de Pontevedra. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en buques de superficie, fundamentalmente en fragatas, como la “Asturias”, “Reina Sofía” y “Almirante Juan de Borbón” (dotación de quilla), desempeñando, entre otros, los destinos de jefe de máquinas y jefe de operaciones.

¿Qué balance hace de su trayectoria profesional hasta el momento actual?
Entré en la Armada para servir a España y a los españoles. Lo que no me esperaba era que ese servicio fuera tan gratificante. Esto no es una mera profesión. Es un modo de vida que devuelve mucho más de lo que se le entrega. El balance es, por tanto, muy positivo, y creo que esta misma respuesta se la daría cualquier oficial de la Armada, independientemente de su trayectoria.

Desde 2021 es director de la Escuela Naval Militar de Marín, ¿cómo está siendo la experiencia en la dirección de la Escuela?
Me siendo afortunado. Trabajo con lo mejor que tenemos: nuestros jóvenes. Yo no comparto esa corriente de opinión sobre los jóvenes españoles que les tilda de indolentes. Veo a diario compromiso, responsabilidad y esfuerzo en mis alumnos. Está siendo, por tanto, una experiencia estimulante. También está siendo un reto. Tenemos que formar a una generación de oficiales que operará en un entorno que evoluciona a un ritmo nunca visto, por lo que es complejo entender qué tipo de competencias serán necesarias dentro de unos años. Procuramos darles herramientas mentales generales para la resolución de situaciones y problemas complejos y, en ese sentido, la formación en ingeniería que les proporcionamos es esencial. Así lo reflejan los informes de los superiores de los oficiales que egresan de la Escuela cada año, sus “empleadores”, por así decirlo.

“La formación en Ingeniería que proporcionamos a los alumnos es esencial, como reflejan los informes”

¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado?
El mando de la Escuela dura tres años, de modo que me he planteado un programa de mando en el que el esfuerzo principal del primer año era “transformar”, en el segundo año es “consolidar”, y el en año final espero que sea “ajustar”.  Este programa lo implemento a través de seis líneas de acción principales relativas a la seguridad, aseguramiento de la calidad, diseño del proceso de enseñanza, transformación digital, mejora de los posibilitadores e investigación. Cada línea de acción tiene, a su vez, una serie de objetivos. Le mencionaré únicamente dos, para no extenderme. Por una parte, el proceso de enseñanza debe proporcionar una formación integral equilibrada y centrada en los valores. Esto no es un mantra, sino el hecho diferencial de la formación en la Escuela Naval. No enseñamos a “hacer” algo. Enseñamos a “ser” algo, y eso se consigue con una formación sólida en valores. Para ello, hemos desarrollado e implementado un Plan de Formación en Valores, objetivo central para mí. El segundo objetivo que le mencionaré es la explotación del éxito en el proceso de transformación digital que experimentó la Escuela durante la pandemia. Se trata de transformar el reto que supuso esta situación extrema, en una oportunidad de cambiar.

¿Qué puede contarnos sobre el conocimiento, la innovación tecnológica y el desarrollo de proyectos de Inteligencia Artificial en la Escuela Naval Militar?
En la Escuela Naval se encuentra ubicado el Centro de Inteligencia Artificial de la Armada que está desarrollando, junto con el Estado Mayor de la Armada,  un documento estratégico que ordene los fines y objetivos de Inteligencia Artificial en la Armada, las formas de llegar a esos objetivos y los medios necesarios para alcanzarlos. Los ámbitos de actuación son muchos y las posibilidades enormes, desde las aplicaciones de carácter operativo hasta las relativas a logística, o personal y enseñanza, por ejemplo. Este Centro ha establecido ya convenios de colaboración y relaciones de diversa índole con el mundo académico, el institucional o el empresarial, entre otros. “Algunos proyectos, particularmente los operativos, tienen aspectos clasificados, de modo que me referiré únicamente a tres proyectos en marcha que afectan directamente a la enseñanza”. El CIA2, como le llamamos nosotros, está desarrollado un algoritmo de IA que evalúe los ejercicios de Oficial de Guardia en Puente que hacemos en los simuladores de navegación. Un segundo proyecto, pretende elaborar un algoritmo que permita el mantenimiento basado en la condición de una serie de equipos de los buques de instrucción de la Escuela, aprovechando la cantidad ingente de datos que procesan los sensores del barco. Finalmente, se está trabajando en algoritmos que permitan medir el progreso de cada estudiante y aplicar medidas personalizadas, en caso necesario.

¿Con cuántos alumnos cuenta la Escuela actualmente? ¿Cuál es el porcentaje de mujeres?
El número varía a lo largo del año por diversas circunstancias, pero ahora mismo son 470. Esto nos permite realizar una enseñanza de muy alta calidad y muy personalizada, en grupos pequeños. En cuanto a la segunda pregunta que me formula, la mujer se incorporó a la Armada hace más de treinta años. Para nosotros se trata de algo fundamental, ya que no podemos renunciar al talento que tiene ese 50% de la población. Actualmente tenemos 57 alumnas en la Escuela, lo que supone en torno al 12 % del total. Esta distribución no es homogénea. En algunos Cuerpos, como por ejemplo, Intendencia, son aproximadamente el 35%. No estamos satisfechos con estos porcentajes y trabajamos para explicar mejor a las mujeres lo que es la Armada y las oportunidades que tienen aquí y, de esa manera, incrementar estos números.

Como especialista en energía y propulsión, y en guerra electrónica, ¿qué papel juega la ingeniería en este ámbito?
Las unidades de la Armada, en general, y los barcos, en particular, son una de las cosas más complejas que construyen los seres humanos. Son, básicamente, sistemas de sistemas cada uno de los cuales es, en sí mismo, un milagro de la ingeniería. Le pondré un ejemplo. El programa de control del sistema de guerra electrónica de una fragata tiene más líneas de código que el programa de vuelo de los trasbordadores espaciales. Nuestras unidades son a la vez barcos, pequeñas ciudades flotantes, centros de control y detección muy sofisticados, y máquinas de robustas de combate. Se puede imaginar lo que todo esto supone en términos de ingeniería y el papel que esta juega a bordo. Es como un parque temático para ingenieros.

En la Escuela Naval se estudian cuatro ramas diferentes, ¿qué diferencia hay entre unos cuerpos y otros?
La diferencia fundamental entre los diferentes Cuerpos son sus cometidos. Simplificando un poco, el Cuerpo General es el encargado de preparar y emplear la fuerza, así como del apoyo a la fuerza. Los cometidos operativos del Cuerpo de Infantería de Marina se centran en las operaciones anfibias, que permiten proyectar el poder naval sobre tierra, y operaciones de protección. El Cuerpo de Intendencia se encarga del planeamiento y gestión del recurso económico y del aprovisionamiento. Finalmente, el Cuerpo de Ingenieros se encarga de la supervisión de la construcción naval, así como de la inspección y asesoramiento de todos los aspectos de ingeniería naval y de armas navales.

¿Cuáles son los principales valores y capacidades que han de tener los alumnos de la Escuela Naval Militar?
Creo que hay ser sinceros en este punto y decir algo que, posiblemente, no se espera oír de alguien que expone las virtudes de una profesión: no todo el mundo vale para ser oficial de la Armada. La Escuela Naval es dura y exigente. Es un reto que no todos están en disposición de superar. Hay varias cosas que son imprescindibles aquí. Por una parte, hay que tener amor a España, generosidad y una buena predisposición a servir a los demás. Defendemos a España, a sus ciudadanos y a sus intereses, anteponiéndolos siempre a los nuestros propios. Los marinos somos parte de algo mucho más grande que nosotros mismos y hay que estar dispuesto a aceptar los peajes que suponen ese servicio, esa entrega. También es necesaria una cierta capacidad intelectual. La nota de corte es alta y el currículo que se imparte aquí es complejo, y hay que compatibilizarlo con múltiples actividades, lo que limita el tiempo de estudio disponible.

“En la Escuela Naval se encuentra el Centro de Inteligencia Artificial de la Armada que se está desarrollando”

Una de las peculiaridades de la Escuela es que cuentan con un Erasmus Militar, ¿cómo está siendo la experiencia en este intercambio de alumnos procedentes de otros países de la Unión Europea?
Sinceramente, no creo que sea una peculiaridad. Los alumnos de la Escuela Naval y de las instituciones similares de nuestros amigos y aliados no son más que un extracto de la sociedad actual y experimentan los mismos beneficios que un universitario corriente cuando se va de intercambio: conocer otras culturas, gentes, formas de hacer las cosas, aprenden a resolver los problemas que les surgen de manera autónoma… en fin, lo normal.

“Cerca de un 10% del batallón de alumnos son extranjeros de cuatro continentes. Somos una de las escuelas navales más demandadas para formarse fuera”

Desde el punto de vista de la Escuela, este asunto tiene una segunda derivada importante y es el prestigio de la institución. Cerca de un 10% del batallón de alumnos son extranjeros que proceden de cuatro continentes. Somos una de las escuelas navales más demandadas para formarse fuera. Tenemos varios países que nos confían a alumnos para formarlos completamente aquí, cursando la totalidad de currículo y no sólo un intercambio temporal. Países como Estados Unidos, que tiene intercambios con más de 60 países, manda a nuestra Escuela Naval más alumnos que a cualquier otra escuela naval del mundo. En fin, creo que hay que ser humilde y nada autocomplaciente, pero también creo que hay que sentirse orgulloso de lo que tenemos en Marín.

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