Nuestra profesión debe seguir evolucionando
No cabe duda alguna de que nuestra profesión sigue siendo protagonista en la evolución de la sociedad, y para ello solo hace falta observar los datos de empleo y proyectos visados, que demuestran no solo una vitalidad extraordinaria, sino que además nos convierte en agentes esenciales para la transición energética y digitalización de la economía.
Aumenta la demanda de nuestros profesionales y sube intensamente su retribución media (enlace a la noticia publicada en en la página web de COGITI), y además se aumentan los visados en relación al año 2019 en más de un 8%, siendo los proyectos visados en el ámbito energético en 2022 más de 70.000, y casi 25.000 proyectos de energías renovables, ocupando más de un 80% de la cuota de mercado en proyectos relacionados con la seguridad industrial (enlace a la noticia publicada en la página web de COGITI).
Y esta realidad no es fruto de la casualidad o de la suerte, sino que es el resultado del trabajo bien hecho, de la profesionalidad y rigor con la que afrontamos nuestras responsabilidades diarias, que nos ha permitido ganarnos el respeto y la confianza de la sociedad. Pero no podemos ni debemos caer en la autocomplacencia y debemos seguir teniendo nuestra mirada puesta en los retos que la sociedad nos propone, y para ello, y para seguir evolucionando y propiciando la evolución, tendremos además que interiorizar los cambios y nuevos modelos que se están imponiendo en el ámbito profesional.
Podemos ponernos de perfil, esperar a que sean otros los que nos impongan o, por el contrario, podemos ser proactivos e implantar nuestras propias soluciones, que tendrán como base la justicia y la objetividad, pero, sobre todo, que mantengan intacta la esencia de nuestra profesión, y me refiero a la seguridad, calidad, garantía e innovación que nos define y que tanto valora la sociedad.
No hablamos de nada improvisado, y desde el seno de nuestro Consejo General venimos estudiando sobre esta cuestión muchos años, hasta que ya en el 2021 aprobamos un documento de reflexiones y hoja de ruta, que a fecha de hoy se está madurando para presentar una propuesta innovadora que, sin duda alguna, marcará un nuevo modelo adaptado a la realidad social del siglo XXI, que reforzará el papel de los Colegios Profesionales y, sobre todo, que aportará soluciones a decenas de miles de titulados/as en Ingeniería, que han quedado atrapados por la incoherencia entre los mundos académicos y profesionales que estamos viviendo en nuestro país.
Nuestro papel siempre ha sido el de aportar soluciones, mejorar y crear, y eso es lo que hacemos de forma individual en el día a día, pero también debemos aplicárnoslo como conjunto, y de esta forma servir de elemento dinamizador, propiciar la evolución de la profesión en sintonía con el Espacio Europeo de Educación Superior y, sobre todo, poner en valor las competencias individuales adquiridas a través de la formación continua y la experiencia profesional.
No en vano, estamos en el Año Europeo de las Competencias, que se ha concebido como un impulso para la formación continua y el reciclaje de profesionales, con el objetivo de adaptarnos a los nuevos entornos, lo cual debe ser a su vez una herramienta clave para el acceso a determinadas actividades profesionales, y para seguir fortaleciendo nuestro modelo de Acreditación Profesional DPC Ingenieros, que en breve presentará su versión 2.0.
Por tanto, hemos de aprovechar el entorno, proyectar una visión de futuro e integradora y desligarnos de ciertos cánones preestablecidos, lo cual no será nada fácil, pero que no cabe duda será en beneficio y mejora de la profesión en su conjunto, afianzando nuestra posición y ampliando nuestro espectro, porque de no hacerlo, corremos un grave peligro de quedar desdibujados en un modelo que no encaja con la realidad actual.
Afrontamos, por tanto, un reto muy importante, que va a requerir de nuestra mejor versión, de mucha responsabilidad y debate constructivo, que nos permita alcanzar un consenso sólido, interno y externo, y llevar a buen puerto la evolución que necesita nuestra profesión y que demanda la sociedad.
“El mayor riesgo es no tomar ningún riesgo. En un mundo que cambia realmente rápido, la única estrategia que tiene garantizado fracasar es no tomar riesgos.” (Mark Zuckerberg).
José Antonio Galdón Ruiz
Presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España y de la Fundación Técnica Industrial