Modelos para la edificación sostenible
El sector de la construcción produce el 40% de las emisiones de CO2, consume el 60% de las materias primas, el 50% del agua y genera el 35% de residuos. Los datos hablan por sí mismos y ante esta situación la única solución es edificar de una forma sostenible. Estos son algunos buenos ejemplos.
La primera vez que se definió formal-mente el concepto de desarrollo sostenible fue en el Informe Brundtland, presentado por la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y de Desarrollo de Naciones Unidas, en 1987. Este informe lo definía como: «aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones«. Hoy este término ya es habitual en nuestro lenguaje y es una realidad aplicable a muchas actividades económicas y sociales que nos rodean. La edificación en los últimos años ha tomado conciencia real de su impacto en el medio ambiente; y es que absorbe el 50% de todos los recursos mundiales y ocasiona un importante deterioro ecológico y paisajístico, lo que la convierte en una de las actividades menos sostenibles del planeta. La construcción sostenible tiene el objetivo de reducir estos daños en la medida de lo posible, fomentando ahorro energético, construyendo espacios confortables y saludables para sus habitantes, reduciendo el impacto ambiental del edificio durante su construcción, su uso y su demolición si llegase a producirse. Para conseguir estos objetivos, Europa se ha marcado como meta que en el año 2020 se conseguirá el 20% de ahorro energético y una reducción también del 20% de las emisiones de CO2, lo que supondrá que la edificación disminuirá su consumo en 164 millones de toneladas de petróleo y generará otras 50 utilizando sólo fuentes renovables.
España ha vivido una gran revolución en el sector de la construcción desde que en el año 2006 entrará en vigor del Código Técnico de la Edificación. Hoy construir y diseñar edificios que sean respetuosos con el medio ambiente no es una opción, es una exigencia según la normativa vigente. Pero mucho antes de que la reglamentación lo exigiese, nuestro país ya apostaba por la construcción sostenible. La Ecociudad de Sarrigueren, diseñada a finales de la década de 1990, y cuyo proyecto ha sido catalogado de «buena práctica» en el concurso internacional Prácticas para la Mejora del Entorno Urbano de la Organización de Naciones Unidas, es uno de los muchos ejemplos de una edificación sostenible que se han realizado en los últimos años, antes de que la normativa lo exigiese. Aún queda un largo camino por recorrer, pero ya contamos con algunos ejemplos de una buena construcción sostenible.
Un proceso de I+D+i
Nueva sede Contratas y Obras
L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) En construcción Premio nacional GreenBuilding 2010 Diseñado para una calificación energética tipo A, aspira a una conseguir certificación LEED oro o platino
El edificio de la nueva sede corporativa de las empresa Contratas y Obras, en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), se ha concebido como un proyecto de investigación, desarrollo e innovación de nuevos materiales, soluciones constructivas, tecnologías, diseño, paisajismo, etcétera, basado en los criterios de sostenibilidad y bioconstrucción. No cabe duda de que el jurado de los premios nacionales GreenBuilding 10 debió de valorar positivamente este proceso de I+D+i, cuando lo seleccionó como el mejor edificio en su última edición.
El principal objetivo del proyecto ha sido el de crear un «edificio energía cero». Este concepto se aplica a las construcciones que generan la totalidad de la energía que consumen mediante fuentes renovables. Para conseguirlo, se ha optado por una serie de medidas para fomentar el ahorro energético y la construcción sostenible, entre las que destacan:
– La orientación para aprovechar la penetración del sol en el interior, ahorrar en iluminación artificial y aprovechar la ganancia térmica de la radiación solar en invierno.
– Las secciones del edificio disponen de una planta de poca profundidad entre las fachadas laterales, facilitando la ventilación natural transversal y la diferencia térmica entre las fachadas este-oeste, lo que minimiza el uso de aire acondicionado convencional.
– Mayor superficie útil con menor envolvente es lo que se define como una edificación compacta. Esto favorecen el desarrollo sostenible, ya que las pérdidas energéticas por las fachadas del edifico se ven disminuidas.
– El edificio contará con zonas ajardinadas verticalmente, lo que facilita la refrigeración ambiental de las fachadas, pues controlará y regulará la humedad y temperatura perimetral, reduciendo el consumo energético. La cubierta también presentará una importante área ajardinada, aumentando así el aislamiento térmico y acústico.
– La cubierta dispondrá de una gran superficie de placas fotovoltaicas y de captación solar que, a la vez, se usará de pérgola o filtro solar y generará superficies de sombra a los espacios exteriores de conexión. Las placas fotovoltaicas reducirán la demanda de electricidad para iluminación y refrigeración. Los paneles solares estarán integrados en el sistema de producción de calefacción y agua caliente sanitaria.
– Uso de energía geotérmica. En el interior de la tierra, la temperatura es constante, independientemente de la que hay en la superficie. Aprovechando este principio, se instalará bajo tierra un tubo de PVC a través del cual circula el aire que entra del exterior a la temperatura ambiente. El aire a lo largo del recorrido cambiará su temperatura hasta estabilizarse con la temperatura existente en el subsuelo. Al entrar en el edificio, el aire disminuirá su gradiente de temperatura, por lo cual se necesitará un menor aporte energético en equipos de aire acondicionado o calefacción para estabilizar el ambiente a la temperatura deseada. El aire será propulsado por un ventilador de 200 m3/hora, que consumirá menos que una bombilla.
– La caldera por biomasa, a pesar de usar la combustión, es más ecológica que los combustibles fósiles, pues su contenido en sustancias nocivas es mucho más bajo y la emisión de CO2 resultante es equivalente a la que un árbol habría absorbido de la atmósfera.
– A pesar de los muchos avances que se han conseguido en el uso de energías renovables, estas instalaciones no son suficientes, con lo cual se apoya la instalación de calefacción con una caldera de gas y la de climatización con una torre de refrigeración, sistemas que, gestionados correctamente y junto con las instalaciones anteriores, harán que el edificio reduzca sus emisiones de CO2.
– Uno de los mayores problemas en la gestión de la energía es evitar que los sistemas de climatización trabajen en exceso y consuman más recursos de los necesarios. Un estudio energético del edificio permite conocer cuáles son las fuentes de calor más activas. En el caso de las oficinas, una de las más importantes es la causada por los ordenadores, por lo que se optará por modelos de baja emisividad; esto supondrá un ahorro de energía.
– El cerramiento exterior será total-mente transparente y el juego de retranqueos del edificio garantiza que la iluminación con luz natural llegue al 100% de las superficies de trabajo, evitando zonas oscuras en el interior. Gestionando correctamente los recursos naturales de iluminación y los recursos de la iluminación artificial, regulados de forma automática mediante el control de la luz diurna, equilibrarán la iluminación requerida entre natural o artificial.
– La nueva sede incorporará un sistema de recogida de aguas pluviales que se almacenan en la cubierta aljibe, y en un depósito de 100 litros en el sótano. Esta agua se utilizará, principalmente, para el riego automático de las terrazas ajardinadas y la reposición del agua de la cubierta que vaya desapareciendo por evaporación. Las aguas grises, es decir, el agua de los lavabos, duchas y fregaderos, se recogen en otro depósito y se utilizarán para la descarga de las cisternas de los inodoros. Otros sistemas pasivos de ahorro del consumo de agua que se utilizarán son grifos automáticos con temporizador o inodoros de descarga reducida. Gracias a todas estas medidas, el edificio conseguirá el 55% de autosuficiencia en la demanda de consumo de agua de red.
– En la selección de materiales se ha intentado reducir el impacto ambiental causado por el transporte, al utilizar materiales autóctonos. Los materiales elegidos son, en su mayoría, reciclados o de origen natural, como el aislante térmico de lana de oveja, que tiene unas propiedades óptimas. El empleo de la lana como material aislante lleva implícito unos tratamientos consistentes en un lavado mediante jabón biodegradable y un posterior tratamiento con sal bórica para fortalecer y proteger la fibra contra el ataque de xilófagos, a la vez que aumenta su capacidad de resistencia contra la combustión. La lana posee una durabilidad ilimitada y, una vez tratada, no le atacan los insectos; además, como residuo es totalmente biodegradable. También se ha utilizado como pavimento un suelo técnico con acabado de bambú, material alternativo a la madera, 100% sostenible, ecológico y natural. La simplicidad del proyecto ha reducido a tan sólo cuatro elementos preindustrializados la solución de los cerramientos exteriores del edificio: perfilería de aluminio, vidrio, GRC (glass reinforced concret) y cubierta vegetal.
– Apuesta por una distribución flexible, modular, diáfana y sin función predeterminada, que se adapta fácilmente a la futura evolución de la sociedad, posibilitando la flexibilidad de nuevos usos. Todo ello favorece notablemente el desarrollo de la sostenibilidad al no tener que derribar un edificio porque su uso se ha quedado obsoleto por cualquier motivo.
Certificaciones
Según la certificación de eficiencia energética que establece el Código Técnico de la Edificación, este edificio está diseñado según una clasificación tipo A. Para conseguir esta clasificación energética, las medidas pasivas y activas adoptadas en el proyecto han conseguido las siguientes reducciones:
– En el consumo de energía anual en el 61%.
– En el consumo por climatización en el 24%.
– En el consumo por agua caliente sanitaria en el 97%.
– En el consumo por iluminación en el 72%.
– En las emisiones de CO2 en el 61%.
– En el consumo de agua anual en el 65%.
Otra de las clasificaciones que se pretenden conseguir es la certificación americana LEED, que cataloga los edificios por su grado de sostenibilidad analizando desde la elección de la parcela, hasta los últimos acabados, pasando por toda una serie de conceptos relacionados con la construcción responsable y concienciada con el medioambiente. Actualmente, existen cuatro niveles de certificación de LEED de acuerdo al cumplimiento de 69 créditos:
– Sostenible, 26-32 créditos.
– Nivel plata, 33-38 créditos.
– Nivel oro, 39-51 créditos.
– Nivel platino, 52-69 créditos.
El edificio de Contratas y Obras ha sido diseñado con un criterio ecológico y enfocado a obtener la certificación LEED nivel oro o platino, es decir, consiguiendo un mínimo de 39 créditos de los 69 créditos posibles.
Un ecoedificio como tarjeta de presentación
Ecoedificio de Lavola
Manlleu (Barcelona) Año de construcción: 2006 En el año 2008, este ecoedificio consumió el 24% menos de energía que un edificio estándar, produjo 5.585 kWh con su instalación solar fotovoltaica y ahorró el 71% de agua potable con relación a un edificio convencional
La sede principal de la compañía Lavola, servicios para la sostenibilidad, situada en Manlleu, ha sido reconocida con premios como Solar 2007, otorgado por Eurosolar, la Asociación Europea para la Energías Renovables, el premio a la Sostenibilidad 2004 por el Colegio de Ingenieros Técnicos e Industriales de Barcelona y el premio GreenBuilding 2008, convocado por el Programa GreenBuilding y patrocinado por la Comisión Europea, que reconoce edificios no residenciales eficientes energéticamente. Este edificio fue diseñado siguiendo criterios de sostenibilidad; sus objetivos principales eran conseguir un uso eficiente de los recursos, en especial de la energía y también del agua y los materiales, además de una integración en el entorno y una adaptación a la climatología local. En su fase inicial de diseño se llevaron a cabo estudios de viabilidad técnica, económica y ambiental previos a la toma de decisiones sobre determinadas instalaciones o ecosoluciones, como el tipo de climatización y el aprovechamiento de las aguas pluviales. Gracias a estos estudios se pudieron prever unos ahorros en los consumos de energía y agua, respecto a un edificio convencional, que, en buena parte, se han cumplido y, en algunos casos, incluso se han superado. El diseño del ecoedificio se distingue por:
– Cubierta vegetal de 100 m2 formada por 25 cm de sustrato de suelo agrícola, extraído del solar preexistente. Esta cubierta consigue estabilidad térmica que mejora sustancialmente la climatización pasiva del edificio.
– En las diversas fachadas se proyectaron soluciones diferentes según conviniera. Destaca la fachada multicapa, en el conjunto de las exteriores, formada por un paramento ligero de estructura de perfiles metálicos con aislamiento de lana de roca interior, revestida interiormente con placas de cartón-yeso y exteriormente con placa de madera tratada y fachada ventilada de paneles de hormigón bitensado y coloreado.
– En la fachada oeste se realiza un control solar mediante la aplicación de persianas mallorquinas dirigidas por un sistema centralizado. Las aberturas quedan protegidas por un voladizo reticular orientado al sur.
– En la fachada sur se ha instalado un invernadero sonorreductor que en invierno precalienta el aire que se introduce en sistema de ventilación, de tal manera que permite reducir en con-sumo en la calefacción de las oficinas, y en verano se deja abierto permitiendo evacuar el aire caliente de su interior, evitando que estos aportes térmicos se introduzcan en el interior del edificio.
– En el aspecto energético, se han instalado dos colectores solares térmicos (5,04 m2) para reforzar la producción de agua caliente sanitaria. Por otra parte, se han instalado 16 placas solares fotovoltaicas que producen 3,36 kW pico, que se venden íntegramente en la red.
– En el momento de definir el sistema de climatización, se hizo un estudio de alternativas para escoger el sistema más eficiente y adaptado al clima de la zona de temperaturas extremas y niebla. Se optó por un sistema de calefacción de suelo radiante con agua caliente generada a unos 40 ºC por una caldera de gas natural, con una salida de humos a 45 ºC y un rendimiento PCI del 103%.
– En verano se aprovecha el suelo radiante para hacer pasar agua a unos 17 ºC, que, junto con la aportación de aire higiénico de renovación a una temperatura inferior a la del ambiente, per-mite la refrigeración del edificio.
– Respecto al ahorro energético, la iluminación es de alta eficiencia, con balastro electrónico. El sistema de encendido es sectorizado y cuenta con detectores de presencia en espacios de uso esporádico.
– El aprovechamiento de las aguas pluviales en el ecoedificio se basa en la recogida de la lluvia que cae sobre el tejado, sobre piedras y cubierta vegetal y el posterior transporte por medio de bajantes hasta un depósito subterráneo. Este depósito, de 5.000 litros de capacidad, está situado bajo el garaje. El agua de lluvia se utiliza para los aparatos sanitarios y para regar la cubierta vegetal. Para garantizar el correcto funcionamiento del sistema, en el depósito hay varias boyas: una detecta cuando no hay agua y permite la entrada de agua potable de red. Otra detecta cuando el depósito está lleno y cierra una electroválvula que evita la entrada de agua de lluvia. Si falla este sistema se puede utilizar una válvula manual. Finalmente, otra boya cierra el circuito si no hay agua en la cisterna, ni pluvial ni de red, y se lleva el agua de red directamente a los sanitarios. El sistema dispone de dos contadores, por un lado para el consumo de los sanitarios y del riego y, por otro, para agua de red introducida. El resto de ambos valores indica la cantidad de agua pluvial aprovechada.
– Aparte del aprovechamiento de agua de lluvia, el ahorro del ecoedificio tiene también otros elementos destacables como la grifería y sanitarios de bajo consumo, ascensores de bajo consumo, gestión de las instalaciones, etcétera.
El resultado
El resultado es un edificio eficiente desde el punto de vista energético y de con-sumo de agua. Esto se ha podido comprobar con datos obtenidos durante su funcionamiento, en los últimos años comparándolo con un edificio de oficinas estándar.
Modelo de sostenibilidad
Ecociudad
Sarriguren (Navarra) En construcción El proyecto de esta ciudad ha sido reconocido internacionalmente por la Organización de Naciones Unidas y el Consejo Europeo de Urbanistas
Uno de los primeros proyectos que se desarrollaron en nuestro país en materia de sostenibilidad es la ecociudad de Sarriguren, promovida por el Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda del Gobierno de Navarra, en 1998. Sarriguren se diseñó siguiendo los criterios de arquitectura y urbanismo bioclimáticos, en un momento en el que la construcción sostenible estaba poniendo sus primeros cimientos. Hoy se ha convertido en un modelo de construcción, no sólo para España, sino para el resto del mundo.
La empresa Taller de Ideas fue la ganadora del concurso de ideas para el desarrollo y redacción del Plan Sectorial de Incidencia Supramunicipal de Sarriguren, proyecto que en octubre de 2000 consiguió la catalogación de «buena práctica» en el concurso internacional Prácticas para la Mejora del Entorno Urbano de la Organización de Naciones Unidas. En 2008 recibió el Premio Europeo de Urbanismo concedido por el Consejo Europeo de Urbanistas, el máximo reconocimiento oficial en materia de ciudades en Europa.
La ecociudad de Sarriguren es ya una realidad habitada que responde a los principios del llamado ecourbanismo, en el que se plantea el medio natural como soporte del modelo urbano, la preservación de la estructura de núcleos rurales de la comarca, la diversidad de tipologías arquitectónicas y la gestión responsable de los residuos urbanos. Este barrio comprende diferentes espacios, como el área residencial, con alrededor de 5.000 viviendas, un centro cívico, la casa consistorial, guarderías, centros escolares, centro de salud, atención a discapacitados, zonas deportivas, centro cultural, centro social, otros usos privados como terciario, administrativo, parroquial, etc. También cuenta con un área denominada La Ciudad de la Innovación dedicada exclusivamente a usos relacionados con la investigación, la innovación y el desarrollo. De los 1,44 millones de metros cuadrados urbanizados, casi 600.000 están dedicados a espacios verdes.
Dentro de los criterios de sostenibilidad de este proyecto, el aprovechamiento y el ahorro energético son bases fundamentales; el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) fue el responsable de elaborar un modelo bioclimático específico para la ecociudad, general para toda la urbanización y particular para cada manzana, en el que se incluyen medidas como:
– En el ámbito urbanístico se han dispuesto los edificios posibilitando la captación solar directa en periodos fríos y evitando en lo posible su oscurecimiento por sombras arrojadas por otros contiguos. En este sentido, la altura de las edificaciones decrece sutilmente hacia el sur y hacia los límites este y oeste de la urbanización. Del mismo modo, descentra los edificios dentro de sus parcelas con el objetivo de aprovechar de forma óptima las orientaciones sur y oeste.
– Los edificios tienen colores claros que permiten reflejar la radiación solar. Incluyen, además, cubiertas de colores oscuros para conservar la temperatura del sol.
– Las casas cuentan con un aislamiento térmico el 30% superior a lo que obliga la ley.
– Las paredes y tabiques tienen hasta 8 cm de espesor, lo que garantiza también el aislamiento acústico.
– Se han colocado paneles solares que ayudan al suministro de electricidad y agua caliente.
– Calefacción es central de gas natural para las comunidades de vecinos.
– Ventanas de doble acristalamiento, amplios balcones y miradores que proporcionan una carga de calor extra cuando luce el sol, produciendo un efecto invernadero positivo.
– La orientación de los edificios es siempre doble, para favorecer las corrientes de aire y ventilación natural.
– Las fachadas están revestidas con materiales que cuentan con sellos de calidad medioambiental y utilizan materiales renovables: fibras minerales para los aislantes, pladur, yeso laminado, etcétera.
– El lago central cuenta con un sistema de toma de agua para un automatizado y limpio sistema de riego, que capta el agua desde el río.
– Reutilización de aguas grises y agua de lluvia, con un tratamiento local de saneamiento.
– Sistema arbolado con 72 especies de hoja perenne orientados al norte, y de hoja caduca orientados al sur, situados de manera que en verano refresquen los edificios y en invierno no produzcan sombras.
– Farolas con lámparas de bajo con-sumo que integran un programa de ahorro energético para atenuar su luminosidad en la madrugada y evitar la contaminación lumínica.
– Recogida selectiva de residuos a través de contenedores soterrados y móviles.
Con la aplicación de estas medidas, los habitantes de Sarriguren disfrutan de un ahorro energético de hasta el 50% y se cumple con la idea original con la que se diseñó la ecociudad, que se basa en el respeto a tres pilares fundamentales: favorecer el ahorro de combustible, de electricidad y agua y la integración de energías renovables.
La chispa de la sostenibilidad
Nueva sede Coca-Cola
Madrid Año de construcción: 2010 Diseñado para obtener la certificación LEED nivel platino
Este edificio tiene un ahorro energético del 25%, reutiliza el 100% de las aguas grises y pluviales para servicios y riego, reduce en un 40% el consumo de agua, cuenta con placas solares y fotovoltaicas, una cubierta ajardinada, fachada de doble piel que actúa como toldo solar, en su construcción se han utilizado aproximadamente el 20% de materiales reciclados, ecológicos y bajos en compuestos orgánicos. Todo ello está diseñado con el fin de obtener la certificación LEED nivel platino. Para conseguirlo son muchas las medidas empleadas:
– La orientación del edificio ha sido cuidadosamente estudiada para optimizar la entrada de luz natural al interior de las oficinas.
– Cuenta con fachada de doble piel, que actúa como un toldo de vidrio permanente en el lado sur.
– El conjunto de factores previstos en el diseño de los huecos, tamaño y orientación de ventanas, sistemas exteriores de protección solar y tipo de vidrio permite superar los límites del factor solar modificado exigido por el Código Técnico.
– El acristalamiento de la fachada, diseñado para alcanzar un valor de transmitancia térmica, factor solar y transmisividad luminosa coherentes con la máxima eficiencia. Los sistemas de carpintería cuentan con gomas de cierre que aseguran una permeabilidad al aire inferior a 27m3/h/ml. Los vidrios disponen de capa solar de baja emisividad.
– El aislamiento del edificio se realiza con vidrio celular en lugar de poliuretanos o poliestirenos.
– El índice de reflectancia solar de la cubierta es muy alto (SRI > 78). Su impermeabilización se ha ejecutado con EPDM.
– El consumo de agua se reduce en el 40% si se compara con un edificio convencional.
– El edificio dispone de mecanismos de ahorro de agua: perlizadores, inodoros de doble descarga y dotados de fluxores, junto con las duchas, grifos electrónicos o temporizados.
– El agua de lavabos, duchas y aguas pluviales se recupera y trata para reutilizarse en inodoros y urinarios, así como en el sistema de riego enterrado de jardines.
– Sistemas de ahorro de agua para riego: se han sembrado especies autóctonas y de bajo consumo de agua en la zona ajardinada exterior y se han incorporado sistemas de riego automático de bajo consumo. También se han instalado sensores de humedad de suelo y de lluvia para evitar riegos innecesarios. De esta forma, se asegura cero con-sumo de agua potable para riego.
– Depuración de aguas: cuenta con una depuradora con separador de grasas y decantación, aireación, clarificador y desinfección por ultravioleta.
– Se han instalado 16 paneles solares para captación solar y uso en agua caliente sanitaria que suponen el 70% de la energía necesaria para alimentar la instalación de agua caliente sanitaria, así como 140 módulos fotovoltaicos con un total de 24 kWp de potencia fotovoltaica.
– El edificio se ha diseñado para proporcionar una calidad del aire óptima mediante el aumento de la proporción de aire exterior en la ventilación del interior del edificio por encima de los estándares internacionales. Se ha realizado una ventilación adicional tras la construcción y previa a la ocupación, para prevenir la presencia de contaminantes en el aire en el momento de ocupación del edificio.
– La climatización y ventilación se realiza mediante un sistema de impulsión por falso suelo que ahorra energía por un aumento del CEE de la enfriadora al trabajar a mayor temperatura de evaporación (impulsión del aire a 19 ºC frente a 13 ºC). Se han instalado sistemas de distribución de ventilación independientes de la climatización para reducir el consumo energético. Además, los ventiladores de los climatizadores requieren menor presión estática y consumen menos comparado, por ejemplo, con un sistema de caudal variable. A estas medidas también se añade la recuperación del calor del aire de extracción mediante un sistema de recuperación por baterías. Los climatizadores con free-cooling permiten utilizar la capacidad del aire para enfriarlo en el interior sin utilizar los sistemas de refrigeración a primeras horas de la mañana durante la primavera o verano. Estos sistemas de free-cooling suponen un ahorro energético estimado del 17-19%.
– Los grupos frigoríficos utilizan refrigerante R-134a y cuentan con protección acústica, y son de nivel sonoro bajo y alto rendimiento: COP = 5,08 y rendimiento estacional EER > 3. Disponen de seis etapas de capacidad en función de la demanda; pueden trabajar al 70%, 80%, 90%, etcétera, por lo que se reduce el consumo energético.
– Las calderas son de baja temperatura y alto rendimiento (96%/PCI).
– Para optimizar el funcionamiento de las instalaciones se dispone de un sistema de regulación y control centralizado, que dispone de capacidad de gestión de todos los elementos eléctricos y electrónicos de la instalación. Permite la regulación de iluminación, climatización, agua caliente sanitaria y placas solares en función de los horarios o de la situación.
– En todo el edificio no se utilizan PVC.
Bibliografía
Informe Brundtland. Comisión Mundial para el Medio Ambiente y de Desarrollo de Naciones Unidas. 1987.
Presentación sobre el proyecto de construcción de la nueva sede de Contratas y Obras, en L’Hospitalet. Contratas y Obras. 2009.
Sostenibilidad, bioconstrucción y la nueva sede de Contratas y Obras. Contratas y Obras. 2009.
Información técnica sobre Ecoedificio Lavola. Lavola, servicios para la sostenibilidad. 2007.
Presentación técnica Edificio Lavola. Lavola, servicios para la sostenibilidad. 2008.
Dossier informativo de la Ecociudad de Sarriguren. Nasursa. 2009.
Documentación técnica del proyecto de ejecución de la nueva sede de Coca-Cola en Madrid. 2009.