Los ingenieros y graduados, pieza clave en el desarrollo e innovación del sector automovilístico en España
Con unas previsiones de crecimiento del empleo cercanas al 30%, el sector automovilístico se ha
convertido en una fuente de oportunidades laborales para los graduados en ingeniería de la rama
industrial e ingenieros técnicos industriales
La industria del automóvil es un sector
estratégico en nuestro país, ya que representa
más del 10% del producto interior
bruto (PIB) y se ha convertido, pues, en
el motor del mercado laboral de los profesionales
con perfil técnico, activando la
demanda de personal cualificado, especialmente
los vinculados a los departamentos
de calidad, tanto en los fabricantes
de vehículos como en la industria de
componentes. De este modo, se demandan
principalmente profesionales con formación
en ingeniería mecánica, electrónica
y en mecatrónica (piezas de plástico,
de metal o componente electrónico).
Además, en función de las necesidades
de las empresas, todo apunta a que
la demanda de profesionales en el sector
automovilístico se incrementará en
los próximos meses, en prácticamente
todas las divisiones: posventas, chapistas
y pintores, comerciales, operarios
especialistas y expertos en matricería y
mecanizado y, por supuesto, ingenieros
de procesos.
Según un informe reciente elaborado
por Acecco Automotive, la división
del Grupo Adecco especializada en el
sector de la automoción, la demanda de
trabajadores estará determinada por la
zona geográfica en la que se desarrolle.
De este modo, la Comunidad de Madrid,
Cataluña, País Vasco, la Comunidad Valenciana,
Aragón y Castilla y León, que
son las comunidades que cuentan con
plantas de fabricación, serán las que
más profesionales necesiten en 2016,
pues la compra de vehículos ha crecido
durante los primeros meses del año y se
prevé que continúe con esta tendencia
durante todo este año.
Reforzar los departamentos de ingeniería
Con los proyectos que están surgiendo
en los últimos meses, las compañías se
ven en la necesidad de reforzar los departamentos
de ingeniería, por lo que
uno de los perfiles profesionales más
demandados en la actualidad es el de
ingeniero de procesos, para los que se
requiere formación específica en ingeniería
eléctrica, electrónica o mecánica,
así como un alto nivel de inglés. Estos
ingenieros son los encargados de trabajar
en la definición y desarrollo de los
procesos de mejora de la competitividad
de las plantas. Además, entre sus funciones
están las de apoyar al departamento
de diseño para mejorar la calidad de los
vehículos y la productividad. Dentro de la
factoría, se demandan ingenieros de calidad
en planta, que coordinan y lideran
las auditorías externas y de cliente, y al
mismo tiempo hacen seguimiento de las
incidencias.
En general, en todos los perfiles se
buscan profesionales con titulaciones
técnicas, con gran experiencia en la
gestión de la calidad de un producto en
concreto, según la especialidad de la
empresa auxiliar o el proyecto que gestionar
y, como norma general, es necesario
contar con un mínimo de 3 a 5 años
de experiencia en un puesto similar.
En cuanto a las competencias técnicas,
es importante conocer toda la normativa
de calidad, tanto a nivel general,
como pueden ser las diferentes normas ISO, como aquellas certificaciones específicas del sector, que asignan a los fabricantes para poder ser homologados.
Para el vicepresidente ejecutivo de Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), Mario Armero, los ingenieros de la rama industrial (graduados en ingeniería de la rama industrial e ingenieros técnicos industriales) “siempre han tenido un peso capital en el desarrollo del sector de la automoción en España. Nuestras fábricas lideran la I+D de los procesos industriales. Por ello es de suma importancia que la innovación, la realidad virtual, la tecnología 3D formen parte de la nueva formación de ingeniería que se necesita para atender las necesidades futuras de la población”. Y a ello añade que las factorías españolas “pelean día a día por atraer nuevas inversiones, nuevos modelos, nuevas cargas de trabajo. En este sentido, hay que ensalzar el capital humano que integra este gremio. Son personas que con su trabajo y su tesón han conseguido el reto de formar parte del crecimiento de la industria de automoción y de la economía española”.
Bandas salariales
España cuenta con 17 plantas de fabricación de vehículos y su ubicación determina, en gran medida, la demanda de profesionales del sector, aunque cabe destacar que los salarios de estos profesionales varían en función de la zona geográfica. Madrid, País Vasco y Cataluña son las comunidades autónomas con los salarios más altos. En cualquier caso, en líneas generales, las bandas salariales de los ingenieros oscilan en la horquilla de los 30.000 a los 40.000 euros brutos al año.
Si desglosamos los diferentes niveles de especialización, el tope salarial (sobre salarios fijos, variable y beneficios sociales aparte) para un plant manager se sitúa en 120.000 euros brutos anuales y el de un project manager está en torno a los 75.000 euros, mientras que el salario de un profesional de calidad se sitúa entre 35.000 y 45.000 euros (en función de los idiomas que domine), el de director de calidad entre 50.000 y 75.000 euros, y el de ingeniero de procesos, especializado en ingeniería de
producto, entre 30.000 y 45.000 euros.
Recuperación del empleo
El empleo en la industria fabricante de
vehículos se está recuperando de forma
significativa, con crecimientos importantes
que le acercan a los niveles de 2008. El
conjunto del sector, constructores y componentes,
se encuentra entre los que más
puestos de trabajo han generado en el año
2014, según la EPA, de tal forma que uno
de cada tres empleos nuevos que genera
la industria manufacturera española corresponden
a la fabricación de vehículos
y sus componentes. Además, la industria
del automóvil utiliza empleo estable en mayor
medida que el conjunto de la economía
española y el total de la industria manufacturera.
El empleo temporal en este sector
viene condicionado por la figura de los
«relevistas» (contratos de relevo por jubilación),
que suponen el 4% del total del
empleo en ensambladores de vehículos;
mientras que el de equipos y componentes
se encuentra cinco puntos por debajo
de la media de la temporalidad en toda la
economía, aunque por encima de la media
de los constructores de vehículos.
Tomando como referencia el primer
trimestre de 2015, respecto al mismo periodo
del año anterior, el crecimiento del
conjunto del sector se eleva al 6,4%, casi
27.000 empleos más que el año anterior,
de los que los constructores acaparan
24.500 (el 9% del total) y los equipos y
componentes 2.400, casi el 2% más respecto
al primer trimestre de 2014, según
el Informe de situación sobre el sector de
automoción en España, elaborado por
CC OO de Industria (julio de 2015).
En el conjunto del sector de automoción
europeo trabajan más de 12 millones
de personas, lo que representa el 5,6%
de la población activa del continente. De
este total, 2,3 millones de personas lo
realizan de forma directa, lo que representa
el 7,6% del empleo industrial en
Europa, y del resto, 4,3 millones, lo hacen
en el mercado de vehículos usados (ventas
y mantenimiento), 4,1 millones en el
transporte (pasajeros y mercancías) y 1,4
millones en otras actividades (construcción,
electrónica, etc.).
El mayor nivel de empleo se sitúa en
Alemania, con el 35% del total, seguido
a mucha distancia por Francia, con el
10,6%, e Italia, con el 7%, además de
Polonia (6,8%), el Reino Unido y la República
Checa, con el 6,3% y 6,2%, respectivamente.
Estos países incorporan
el 72% del total del empleo de la UE-27.
Por su parte, España cuenta con más de
130.000 empleos, algo menos del 6% de
participación sobre el total, al igual que
Rumanía.
El vicepresidente ejecutivo de Anfac,
Mario Armero, destaca, además, un dato
revelador: más de ocho de cada diez
puestos de trabajo en la industria del automóvil
son indefinidos. También hay que
resaltar el efecto tractor: se estima que
por cada puesto de trabajo directo en las
fábricas de vehículos se crean cuatro en
las fábricas de componentes, y entre siete
y ocho en el sector servicios.
Nuevos retos
Los fabricantes de automóviles tendrán
que afrontar en la próxima década importantes
retos en materia de software,
electrónica y automatización para adaptarse
a la nueva era del coche conectado.
Para hacer frente a esos desafíos, existe
la necesidad de que la industria desarrolle
alianzas con proveedores de servicios
del ámbito de las TIC, con el objetivo de
ampliar sus conocimientos en campos
como la programación y el desarrollo de
software, ya que más de la mitad de las
innovaciones que logran los coches tiene
que ver con el software y la electrónica.
Pero, además, las nuevas tecnologías y
el ahorro de costes que pueden llegar a
generar en el proceso de producción parecen
hoy por hoy el último recurso para
que potencias como EE UU o Europa
puedan competir con los países asiáticos.
De hecho, Volkswagen está impulsando la
conectividad en sus vehículos a través del
programa Future Tracks para el impulso
de la electromovilidad y la digitalización
de los vehículos y factorías, lo que suscita
el interés de Apple y Google por esta
industria.
Por lo tanto, la robotización llegará
cada vez a más fases de producción de
los automóviles. Estos robots serán más
fáciles de mover y ya no se dedicarán solo
al trabajo más mecánico de la fabricación,
sino que serán una especie de «asistentes” para los técnicos y sus tareas serán flexibles y adaptables. Este avance supone que los sistemas que desarrollan “cubran todo el sistema de producción”, desde el diseño hasta su última aplicación.
Según el citado informe de CC OO de Industria, las exigencias de la demanda de mejores prestaciones, mayor calidad, reforzamiento de la seguridad y más eficiencia en el consumo energético suponen un mayor esfuerzo innovador que no puede repercutirse en los precios de venta, dada la situación del mercado. De esta manera, los mayores gastos e inversiones en I+D+i que requieren esas mejoras exigen una mayor eficiencia que, en parte, descansa en nuevos sistemas de organización y más progreso técnico.
El grupo Volkswagen es el que más dinero ha dedicado a I+D en todo el mundo en el pasado, y cuenta con 46.000 ingenieros y 10.000 expertos en tecnologías de la información. En la actualidad, se dedica a estudiar la movilidad del futuro y la digitalización de los vehículos y las factorías, por lo que todo hace pensar que las marcas deberían orientar sus expectativas de progreso hacia esos objetivos basados en la innovación.
Formación teórica y práctica
Además de lo anterior, también es necesaria la implantación de un modelo que facilite la combinación de la formación teórica y la práctica en el puesto de trabajo, como puede ser la formación dual, aplicada con buenos resultados en Alemania, adaptándola a las circunstancias de la estructura industrial del sector, como empezó a desarrollar la factoría de Seat en 2012. Pero para ello es necesario solucionar algunas cuestiones, como la adecuación de los contenidos de la formación a las necesidades reales de la industria o la distancia entre las instituciones académicas y las necesidades de las empresas.
Con esa finalidad, las empresas reclaman cambios en los sistemas educativos, mediante la creación de especialidades laborales que faciliten la empleabilidad de verdaderos expertos tecnológicos en la materia, e instan a iniciar un debate político centrado en el problema de la cualificación profesional en el que participen todos los agentes implicados (autoridades políticas, empresarios y sindicatos). En este marco se inscribe el proyecto en el que participan las asociaciones empresariales del sector (Anfac y Sernauto), los sindicatos (CC OO de Industria y MCA-UGT) y el Ministerio de Industria, enmarcado en el recientemente creado Foro Sectorial de Automoción, además de contar con la presencia de representantes de comercio exterior y del Ministerio de Empleo.
En esta línea se manifiesta Mario Armero, cuando indica: “Estamos en la era digital y los avances en este sentido se desarrollan tan rápidamente que se está creando una revolución personal y laboral. Esta corriente de nuevos estímulos digitales trae con ellos riesgos y desafíos que debemos empezar a modular a través de la formación de las nuevas generaciones. Las nuevas tecnologías pueden ser el mejor pretexto para pro-bar cambios organizativos y abrir las aulas a las necesidades de la sociedad, de los jóvenes y de la industria. Tenemos una oportunidad para promover una verdadera transformación educativa”, explica. A su juicio, “la formación de los jóvenes determinará el camino del mañana, y para trazar puentes hacia ese futuro, también es importante que todos los que trabajamos en este mundo tan apasionante del automóvil, aprendamos también de lo que nos reclaman las generaciones futuras”.
Perfil del ingeniero del sector automovilístico
Los ingenieros del sector de la automoción se encargan de diseñar, probar, desarrollar
y fabricar automóviles. Ayudan a la industria del automóvil a afrontar
nuevos retos, por ejemplo, asegurándose de que los vehículos que se diseñan
son seguros, respetuosos con el medio ambiente y con un consumo mínimo de
combustible. Se encargan, por lo tanto, del diseño, prueba, desarrollo y fabricación
de automóviles, y se suelen especializar en una de estas áreas. El diseño y
el desarrollo de un vehículo implican una amplia gama de conocimientos de ingeniería,
especialmente de la rama mecánica, así como sobre materias relativas
a combustión, estructuras de vehículos y aerodinámica.
También necesitan conocimientos de informática y de sistemas electrónicos y
eléctricos, pues los coches son cada vez más sofisticados. Además, muchos ingenieros
están especializados también en el diseño de automóviles. Para esta tarea,
necesitan considerar la fuerza, la seguridad, la eficacia, el aspecto y el coste de las
piezas. Otros profesionales se especializan en la investigación y el desarrollo. En
estos casos, tienen que considerar el coste, la seguridad y el confort (incluyendo
pruebas de choque y de seguridad del vehículo), la eficiencia de combustible y las
cuestiones ambientales, tales como la reducción de las emisiones de carbono.
Los ingenieros que se dedican a la investigación trabajan tanto en productos
nuevos como en los existentes, creando nuevas tecnologías, como baterías eléctricas
y motores de biodiésel, y poniendo a prueba la seguridad y el rendimiento
mediante el uso de prototipos. Trabajan, además, con los fabricantes para planificar
y poner en práctica la producción a gran escala una vez completadas todas las
pruebas. En cuanto a las habilidades que las compañías automovilísticas buscan
en los ingenieros que trabajan para ellas, destacan la capacidad para trabajar con
plazos y presupuestos ajustados, el pensamiento lógico y ordenado, tener imaginación
y creatividad, soportar bien el trabajo bajo presión y tener excelentes habilidades
de comunicación para trabajar en equipo con otros profesionales, como
profesionales especializados en diseño, técnicos y trabajadores de producción.