La falta de control de gestión digital puede incrementar drásticamente la vulnerabilidad de las organizaciones

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Es común afirmar que vivimos en la era digital. Pero, ¿qué significa esto para los profesionales del control de gestión? ¿Qué efectos tendrá esta revolución para el trabajo diario del controller (controlador), su capacidad para tomar decisiones y para la planificación estratégica de la organización?

La transformación digital está redefiniendo los modelos de control de gestión y afectando a todas las áreas de la organización. En este nuevo entorno, el controlador es y será una figura clave en el éxito de las organizaciones en la era digital. Esta nueva era no es solo tecnología; es mucho más. Es pensar y gestionar de forma diferente.

Almacenar y compartir información entre empresas y organizaciones nunca ha sido tan sencillo y barato. Su irrupción en el mercado ha dado lugar a la creación de muchas nuevas oportunidades de negocio, pero también, hay que aceptarlo, ha cambiado y sigue cambiando la forma de hacer negocios a un ritmo cada vez más rápido.

Del mismo modo, las métricas de rendimiento y eficiencia tradicionales ya no capturan el valor generado por los activos intangibles y las organizaciones, y el control de gestión necesita nuevos procedimientos, técnicas y habilidades para poder medir y controlar los elementos impulsores de valor. Por ello, el controlador digital se está convirtiendo en un profesional diferencial y vital en las organizaciones, aportando valor tanto en la obtención de resultados como en la transformación digital.

Más que nunca esto también afecta al trabajo de los controladores y les enfrenta a nuevos retos. ¿Cómo será el nuevo escenario en el que se desenvuelva? ¿Cómo pueden los controladores de forma proactiva iniciar y gestionar el cambio?

La era digital y la transformación digital han redefinido los modelos de control de gestión. La digitalización de los negocios afecta a todas las áreas de la organización, desde operaciones, hasta marketing, finanzas y estrategia. En este nuevo entorno el controlador, mediante su visión global y transversal del negocio, es y será una figura clave en el éxito de las organizaciones en la era digital. Esta nueva era no es solo tecnología, es mucho más, es pensar y gestionar de forma diferente.

La importancia del control de gestión

Tal como sostiene el Estudio la radiografía del controller en la empresa española 2016, presentado por el Global Chartered Controller Institute (GCCI) junto con KPMG y Microsoft, y en colaboración con Partners e ICADE Asociación, “en la actualidad, el 41% de las empresas no cuentan con un departamento exclusivamente de control de gestión, aunque con el tiempo va ganando peso por su importancia a la hora de la toma de decisiones. Por ello, es una función con gran recorrido en las empresas españolas en la medida en que se constituyan como el business partner de las organizaciones y sean capaces de analizar el pasado, gestionar el presente y mejorar el futuro”.

El estudio también considera que el controlador dentro de la organización tiene un gran impacto, no solo por su credibilidad y confianza (…), sino también porque es quien tiene capacidad de representar a la empresa en las situaciones más críticas y guía hacia el cumplimiento de metas concretas y efectivas”. La valoración de los encuestados y las conclusiones del informe confirman así “la importancia que cobra el departamento de control de gestión en una empresa”.

La evolución de la figura del controlador en los últimos años ha estado marcada por su desvinculación del área financiera-administrativa para involucrarse más en el área de gestión y operativa, concluye el estudio, abriendo la puerta así a que la figura del control de gestión se amplíe a otros espacios de la organización y aporte sus conocimientos en nuevas áreas de trabajo, entre ellas la del entorno digital, un movimiento que pasó de ser una moda hace ya tiempo y que se ha convertido en un desafío permanente para las empresas.

La transformación digital

“En cualquier organización, independientemente de su tamaño y actividad, el controlador ha pasado a considerarse una pieza clave para impulsar el alineamiento entre las áreas organizativas, tanto de so-porte como de negocio, así como el principal responsable de anticipar y facilitar la toma de decisiones a la dirección. En paralelo, la tecnología se ha convertido en un activo competitivo y crítico para las organizaciones, pasando a ser una prioridad estratégica. La transformación digital, de la que todos hablamos constantemente, no es más que una señal inequívoca de lo anterior”, explica Benigno Prieto, director de Función Financiera en KPMG en España y uno de los autores del estudio.

De igual forma, continúa, “cada empresa debe abordar cambios tecnológicos, siempre en función de su nivel de madurez y considerando que la tecnología no puede ser un fin en sí mismo, sino una palanca adicional para mejorar su competitividad”. Sobre todo, teniendo en cuenta que la era digital es una realidad vigente y un desafío presente y futuro para las organizaciones. Y más aún cuando los profesionales actuales todavía reconocen que se sienten “poco cómodos” con la tecnología, salvo en áreas concretas como el reporting, utilizando gran parte de su tiempo en este tipo de tareas.

Unai Alejandre, senior finance controller de Microsoft España, manifiesta en el estudio presentado que la contrapartida “es el escaso margen que queda para convertir tales datos en información y utilizarla para influir y tener mayor impacto en la toma de decisiones. Desde aquí apostamos por un uso intensivo de las últimas herramientas que proporciona la tecnología para minimizar el tiempo dedicado a las tareas de reporting (y de planning y forecasting). Las aplicaciones de business intelligence simplifican el proceso de extracción de datos y su visualización, lo que permite al controlador volcarse en el análisis y la búsqueda de soluciones que ofrecer a los directores encargados de dicha toma de decisiones”

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