FreshWater o cómo conseguir agua del aire

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Tres ingenieros chilenos desarrollan un dispositivo se comporta como una nube artificial, captando
micropartículas de la humedad relativa del aire para convertirlas en agua pura y potable

¿Es el agua el oro transparente del futuro?
Eso parecen presagiar los expertos
en un futuro no muy lejano: el Secretario
General de Naciones Unidas,
António Guterres, señalaba el pasado
mes de junio que la demanda global de
agua limpia crecerá el 40% de aquí a
2050 y que al menos un cuarto de la
población mundial habitará entonces en
países con escasez de agua «crónica o
recurrente». Sin embargo, lo que para nosotros
puede parecer quizá una realidad
lejana ya forma parte del día a día para
más de 800 millones de personas en el
mundo que no disponen de agua potable
para beber y para más de 2.500 que no
cuentan con servicios sanitarios básicos,
según los últimos datos de la ONU.

Pero, ¿y si pudiéramos extraer agua
del aire, aquí y ahora, con una simple máquina
de una forma accesible y barata?
Este es el reto que asumieron tres ingenieros
chilenos al desarrollar FreshWater,
un dispositivo similar a un tanque de agua
o una pequeña fuente que puede instalarse
en pequeñas comunidades sin acceso
a agua potable de calidad y cambiar definitivamente
las vidas de sus habitantes.

El dispositivo, que retoma tecnología
de origen militar, produce agua purificada
al capturar micropartículas de H2O que
se encuentran suspendidas en la humedad
relativa del aire, proporcionando de
manera fácil agua sin sodio, preservantes
ni químicos. «Se trata de una iniciativa
que busca llevar agua purificada de
calidad a zonas remotas donde esta no
existe o es de mala calidad», explica Héctor
Pino, uno de los tres desarrolladores
de FreshWater, además de su director
ejecutivo. «Producimos agua del aire a un
precio justo», señala.

Para la elaboración de este dispositivo
se unieron las habilidades de Pino, ingeniero
forestal, un diseñador industrial con
experiencia en proyectos aeronáuticos,
Alberto Gónzalez, y un experto en gestión
del agua, submarinos y tecnología militar,
Carlos Blamey.

Cada dispositivo puede generar entre
9 y 30 litros de agua al día, cantidad que
varía en función a las condiciones climáticas
donde se encuentra instalado, fundamentalmente
temperatura y humedad del
ambiente, y opera tanto con electricidad
como con energía solar.

«La solución lo que hace es capturar
micropartículas de agua por principios
de condensación, pasa por procesos de
filtrados, purificación y estirilización y se
mantiene oxigenada dentro del sistema.
Es un agua que no caduca, se mantiene
en una situación pristina en el tiempo»,
explica.

Agua barata para beber

El coste del litro de agua varía en función
de la electricidad utilizada para producirla,
pero en general ronda los 0,04 euros
por litro. «Estamos hablando de un agua
sin químicos, sin sodio, sin flúor, sin preservantes,
sin cloro, agua de calidad que
pueden tomar personas con diabetes u
otras patologías», destaca Pino. «Se trata
de agua para beber, es agua barata si se
destina a este uso, pero resulta cara si se
usa para lavar, regar las plantas o tirarla
por el inodoro», señala.

Para evitar problemas con la tecnología
se pensó en un diseño lo más simple
posible, que permitiese al dispositivo tener
una buena relación con sus usuarios.
«Aunque realizamos distintos diseños
para el aparato nos dimos cuenta de que
la gente le tiene susto a la tecnología y
decidimos hacer el aparato lo más simple
posible, lo que wresultó muy complejo».

«El sistema tiene un computador dentro,
parece mágico (para las comunidades
que lo usan) pero tiene inteligencia,
hay una tecnología, un software, mecatrónica
y un desarrollo de este programa,
aunque al usuario final eso no le importa;
le importa tener agua: para los niños esto
es una nube no es una máquina», explica
Pino.

El dispositivo de FreshWater está destinado
a cambiar la vida de algunos de los
34 millones de personas que carecen de
ningún tipo de agua en América Latina, un
problema que se ha ido acrecentando en
la región, pero podría tener más aplicaciones
en un futuro en el que no se viva a
merced de las nubes.

«Sabemos que en el futuro va a haber
problemas de agua. El cambio climático
modifica las condiciones del entorno y
hacen que no se produzcan habitualmente
las condiciones de lluvias o que estas
lleguen de manera intensiva o en forma
de aluviones», explica Pino. «El dispositivo
que nosotros hemos desarrollado hace
que se produzca la nube de manera artificial
y genera agua. De alguna forma no
tenemos que esperar a que haya nubes,
nosotros producimos una especie de
cambio de clima dentro del sistema, que
se ajusta a las condiciones ad hoc del
lugar donde se va a instalar la máquina»,
añade Pino.

«Es una solución sustentable que tiene
que ser autónoma», indica, apuntando a
que los componentes del dispositivo son
fáciles de reparar y a que no es necesario
conectarse a una red convencional
de agua potable, sino que simplemente
funciona al ser conectada a una fuente
eléctrica.

Tecnologías como esta –una solución
simple, efectiva y sustentable– podrían
tener un rol importante en un futuro en el
que «el agua, la paz y la seguridad estarán
unidas de forma inextricable», como
apuntó Guterres. «Sin un manejo efectivo
de nuestros recursos hídricos, nos arriesgamos
a intensas disputas entre distintos
sectores y comunidades y mayores tensiones
entre naciones».

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