En España, según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad, 80 ciudades presentan altos niveles de contaminación con efectos perjudiciales para la salud de sus habitantes, y en el debate sobre cómo mejorar la calidad del aire, las emisiones del sector industrial suelen ser protagonistas. Ahora que el conjunto de la economía rema en el mismo sentido es el momento de reinventarse, de resurgir más fuertes. La emergencia climática es una realidad que hace necesario reinventar de forma inmediata el modelo productivo español en general, y el sector industrial en particular.
La sostenibilidad es el nuevo digital. Es urgente que, desde la ingeniería, se ayude a cambiar la forma de diseñar y producir para, entre todos, impulsar la transición verde, reducir la huella de carbono y contribuir al cuidado del entorno y a la reducción del calentamiento global. Un imperativo para cumplir con las exigencias de los consumidores, inversores, reguladores y los empleados. Todo el espectro ESG debe integrarse en los procesos industriales de principio a fin, tanto por cuestiones medioambientales como por el interés de la cuenta de resultados.
Según un reciente estudio publicado por Accenture junto con el Pacto Global de Naciones Unidas, el 81% de los directivos globales afirmaron que sus empresas aprovechan la electrificación, los materiales sostenibles y el diseño circular a la hora de desarrollar nuevos productos y servicios. Por ejemplo, en el sector de los bienes de consumo envasados, el impacto medioambiental de un producto se tiene en cuenta en el 80% de las decisiones relativas al diseño. El sector industrial ya ha dado los primeros pasos hacia la sostenibilidad y en ese camino la innovación tecnológica es crucial para seguir avanzando.
En esta línea, las plataformas de gestión del ciclo de vida del producto (PLM) fomentan la eficiencia en el trabajo de desarrollo, mantenimiento y mejora de productos de todo tipo, y hacen posible que los procesos sean más sostenibles en cada una de las etapas del ciclo de vida de los productos. Facilitan el análisis de escenarios y las decisiones de diseño para optimizar los productos en la experiencia del usuario, la facilidad de fabricación, el rendimiento ESG y la capacidad de mantenimiento. Sin embargo, los sistemas PLM tradicionales no están preparados para manejar el enorme volumen de datos actual. Por ello, se requiere una transformación de los sistemas PLM, empezando por la migración a la nube, que permite la creación de una infraestructura conectada mucho más ágil y multidisciplinar. Esta transformación convertirá las plataformas PLM en herramientas clave para el seguimiento de la huella de carbono de la industria, lo que permitirá comprobar y medir los resultados de los esfuerzos en sostenibilidad del sector.
Si nos referimos a la relación entre sostenibilidad e innovación es inevitable hablar de gemelos digitales. Esta tecnología es capaz de mejorar la eficiencia energética del sector industrial a través de la representación digital de la compañía, de sus procesos, productos o servicios. Según nuestras investigaciones, los gemelos digitales podrían reducir hasta 7,5 gigatoneladas de emisiones de CO2 de aquí a 2030. Todo ello, gracias a simulaciones virtuales con las que recopilar datos para predecir cómo funcionarán y qué impacto tendrán los procesos o servicios testados, de modo que permitirán optimizarlos para que a la hora de implantarlos sean lo más sostenibles posible. Por ejemplo, en el sector de la construcción que genera alrededor del 40% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, los gemelos digitales pueden optimizar la utilización de recursos para los edificios en la fase de uso, como la iluminación, la calefacción y el agua. Pero no queda ahí, los gemelos digitales son útiles en cualquier área: son determinantes para tomar decisiones sostenibles -como el uso de materiales reciclados-, son clave para el diseño y pruebas del vehículo del futuro y -en la industria eléctrica y electrónica- pueden servir de base para decidir si se reutilizan, reacondicionan, reciclan o desechan los diferentes artículos.
La Industria, con mayúscula, debe evolucionar para adaptarse a las exigencias de las instituciones, las demandas de los consumidores y, en suma, a las necesidades del medio ambiente. No hay otra opción que no pase por la digitalización de la ingeniería y la fabricación para garantizar la sostenibilidad, y esa transformación tecnológica debe empezar ya en cada empresa industrial, en cada organización. Por la competitividad de la compañía y por el bien del planeta.