El perro del hortelano

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Cuenta un antiguo relato la historia de un hortelano que tenía un perro que ni se comía las verduras de su huerto ni dejaba que nadie se las comiese, y este hecho en sí, que recuperó y popularizó Lope de Vega, es algo que ha quedado arraigado en nuestra cultura no solo como concepto, sino como una forma de actuar propia del egoísmo del ser humano. Por ello, el sabio refranero español recoge otras expresiones similares que reflejan este paradigma social, como el de «agua que no has de beber déjala correr» y otras muchas que definen nuestra forma de ser.

¿Y por qué salgo ahora con estas expresiones? Pues precisamente porque desde nuestra profesión estamos viviéndolas por parte de otros representantes de profesiones que ni evolucionan ni quieren que los demás evolucionen, y como «no hay mal que por bien no venga», este hecho en sí está significando un enorme estímulo para continuar nuestra línea de progreso en pro de la competitividad profesional.

En este caso en concreto, contamos además con la complicidad de una sociedad que no quiere permanecer estática, que ha abierto sus miras al exterior y que busca nuevas fórmulas de mejora continua, por lo que por más que se empeñen algunos «no se le pueden poner puertas al campo».

Estamos en el siglo XXI, en la Unión Europea, en un mundo globalizado, y hay quien se empeña en continuar en el concepto del siglo XIX y etapas posteriores que no nombraré, con el fin de mantener su hegemonía e idiosincrasia, pero no por méritos propios, sino tratando de avasallar a otros.

«En 2013, pusimos en marcha nuestro sistema de acreditación DPC y llevamos bastante camino andado, estamos en sintonía con otros países europeos y somos un referente en este campo respecto a otras profesiones»

Pues bien, nosotros a lo nuestro, «despacito y con buena letra» y sin entrar en provocaciones que nos desvíen del camino que tenemos marcado, porque llevamos muchísimos años ganándonos el respeto y admiración de la sociedad con nuestro trabajo y profesionalidad, y ese es nuestro mejor aval para conseguir nuestros objetivos.

Uno de nuestros principales baluartes es el desarrollo profesional continuo (DPC) y el modelo casi unánime seguido por todos los países del reconocimiento de competencias a partir de la experiencia y la formación continua, además de las propias adquiridas por las diferentes titulaciones académicas.

La carrera profesional no es estática y, por tanto, las profesiones tampoco han de serlo, y eso ya lo tiene en cuenta el Gobierno de España, que en el informe sobre el Plan Nacional de Acción que para determinadas profesiones ha remitido a la Comisión Europea hace especial hincapié en la acreditación del desarrollo profesional continuo como base para el reconocimiento de las profesiones, facilitar la movilidad y ayudar a los clientes, tanto privados como públicos, a obtener información sobre el perfil profesional y la actualización de los estándares.

Y para ello pide el compromiso de las organizaciones profesionales como garantes de la calidad, seguridad y confianza al contratar un servicio profesional, para poner en marcha estos sistemas de certificación del DPC de forma coordinada por parte de Unión Profesional, en la que participamos casi todas las corporaciones profesionales colegiadas.

En un mundo tan competitivo, se valora muchísimo la experiencia y la formación de cada uno de nosotros, que es lo que en parte nos diferencia del resto y, por tanto, es necesario que dichos aspectos se visualicen y se conozcan por parte de nuestros clientes y la sociedad en general, porque no todos los que tenemos el mismo título académico somos iguales. Cada uno de forma individualizada progresa en unos determinados campos y lo hace de diferente forma, y eso es lo que nos hace diferentes y nos permite ser competitivos. Pero todo ello debería servir, además, para que nuestras atribuciones profesionales pudieran ir aumentando en función de nuestras competencias adquiridas a lo largo de la vida y no permanezcan estáticas como ocurre en la actualidad, así que este es uno más de los retos que hay que conseguir.

Nosotros, ya en 2013, pusimos en marcha nuestro sistema de Acreditación DPC y llevamos bastante camino andado, estamos en sintonía con otros países europeos y somos un referente en este campo respecto a otras profesiones, pero nos queda mucho por hacer y por mejorar, y no cabe duda de que esta y otras tantas actuaciones que estamos llevando a cabo forman parte de la evolución que tenemos que liderar en nuestra sociedad, le pese a quien le pese.

José Antonio Galdón Ruiz

Presidente del Consejo General de Graduados en Ingeniería rama industrial e Ingenieros Técnicos Industriales de España

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