El inventor Diego Benítez Manzano recibe una medalla de oro en el Salón de Ginebra

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La Junta de Gobierno de este Colegio, presidida por su decano, Antonio Marrero Nieto, ha ofertado a su colectivo en la provincia desde el comienzo del presente ejercicio un amplio pro-grama de actividades e iniciativas, tanto en el ámbito de la formación como en el ejercicio libre y en el ámbito cultural y de ocio.

En esta ocasión, por novedoso e interesante, queremos resaltar lo que ha significado que un ingeniero técnico industrial canario haya sido galardonado con una medalla de oro en Ginebra. Se trata del colegiado Diego Benítez Manzano. El invento por el que ha sido objeto de la citada medalla ha consistido en calcular la separación de seguridad con los ciclistas en carretera, teniendo en cuenta que con frecuencia resulta una tarea bastante ardua para los conductores. Por ello, este compañero ha creado un dispositivo para atajar el margen macabro. Este invento está tomando bastante auge en el sector, si se tiene en cuenta que cada año en nuestro país mueren aproximadamente 60 ciclistas, como consecuencia de accidentes ocasionados por no respetar la separación reglamentaria.

Dado que en la actualidad se hacen campañas para concienciar a los conductores en general y así evitar la muerte en carretera, el ingeniero técnico industrial y naval, Diego Benítez, ha creado un dispositivo pionero que consiste en un distanciador regulable realizado en fibra de carbono, que permite al ciclista señalar su posición en la carretera sin soltar el manillar de la bicicleta. Este dispositivo se puede instalar en cualquier tipo de bicicleta y no afecta a la maniobrabilidad. Además, permite realizar una regulación manual en la franja de seguridad hasta alcanzar el metro y medio de longitud. Su peso, de poco más de 200 g, no produce ningún obstáculo para la práctica del ciclismo.

La idea de este ingeniero técnico ha tenido una interesante acogida en Ginebra, donde se le ha concedido la Medalla de Oro del XXXV Salón Internacional de los Inventos, con el premio denominado García Cabrerizo, como mejor invento español ante los más de mil inventos de 42 países.

A la vista del éxito cosechado, el autor ha decidido presentarlo en Estados Unidos, Europa y Japón. A pesar de la larga carrera de obstáculos que ha tenido el compañero Diego Benítez en este invento, merece la pena que continúe en esta línea de trabajo para que siga aportando a la sociedad su capacidad inventiva. Desde esta sección, queremos felicitar principalmente a Diego Benítez, así como a su colegio profesional, teniendo en cuenta que todos estos logros enriquecen al colectivo de la Ingeniería Técnica Industrial. Por ello, merece la pena su divulgación.

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