El final de túnel

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El sector de material eléctrico y electrónico confía en cerrar el año en positivo tras soportar una larga y profunda crisis que se ha llevado por delante cerca del 40% del mercado nacional

La industria de material eléctrico y electrónico empieza a dar síntomas de recuperación. Después de seis años consecutivos de estar con la soga al cuello y de acumular pérdidas del 61,8%, las empresas fabricantes de material, equipos y aparellaje de media y baja tensión esperan cerrar el presente ejercicio con un crecimiento del 2,4%, hasta alcanzar una producción de 3.410 millones de euros. El dato, adelantado el pasado mes de agosto por la compañía del seguro de crédito Cesce, vendría a poner fin a una larga y profunda crisis que se ha llevado por delante cerca del 40% del mercado nacional que existía en 2007 y a corroborar la desaceleración de la caída registrada por el sector en los dos últimos años, en los que las ventas cayeron el 17,5 y el 7,97%, respectivamente.

Para la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME), la patronal que representa el 90% de la facturación del sector, este crecimiento esperado constituye la mejor noticia para las maltrechas economías de muchas empresas, especialmente de aquellas que focalizan su oferta en material de instalación y que, por tanto, dependen en gran medida de la evolución de la construcción.

El estudio destaca que estas favorables perspectivas descansan en lo ocurrido en los dos primeros meses de este año, en los que el sector creció el 6,9% con relación al mismo periodo de 2013, y fía el acierto de su pronóstico al comportamiento futuro de las exportaciones, de las que esperan sigan siendo, al igual que hasta ahora, clave en este cambio de tendencia.

Según este informe, las ventas de material eléctrico en los mercados extranjeros se incrementaron el 15,9% en el periodo 2008-2013 y obtuvieron, en agosto del pasado año, un valor total de 1.140 millones de euros. Supone una importancia que previsiblemente continuará sin variar durante 2014, cuando se estima que las exportaciones se incrementen el 8% y alcancen un volumen de unos 1.880 millones de euros.

En el nuevo escenario, que compendia la integración de las energías renovables, la eficiencia energética y el control de las emisiones, los consumidores se convierten en gestores inteligentes interconectados con la red

Aunque Europa continúa siendo, con el 56% del total de las ventas internacionales, el mercado natural de contadores, transformadores, tomas de corriente industriales, luminarias y fuentes de luz, aparatos y equipos eléctricos y electrónicos, cajas de registro, cuadros y cables eléctricos, antenas, climatización, automatización, control industrial y una larga lista de productos fabricados en España, el estudio de Cesce apunta a la creciente importancia de países del norte de África, en especial de Argelia y Marruecos, en los que se observan grandes oportunidades de negocio.

Por otro lado, los expertos vaticinan que los materiales eléctricos y de iluminación serán una vez más en este ejercicio los segmentos más internacionales del sector, con unas ventas estimadas de 3.413 millones de euros, el 9,7% más que en 2013. En estas previsiones también coincide la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (Anfalum), que, tras ver la luz por primera vez desde 2008, espera poder cerrar el año con un incremento de las ventas del 5,2%. Este cálculo obedece fundamentalmente a la excelente evolución mostrada en todo este tiempo por las luminarias leds, un producto que ha pasado de facturar apenas 10 millones de euros en 2007 a los cerca de 238 millones que la patronal cree que alcanzará este año.

En cualquier caso, son muchas las voces que insisten en que estos crecimientos están y estarán íntimamente ligados al desarrollo de la eficiencia energética, la rehabilitación de viviendas, la construcción y, sobre todo, a la capacidad que demuestre la industria de material eléctrico de aportar soluciones tecnológicas a los retos energéticos del siglo XXI. Con todo, tampoco son pocos los que creen que a corto plazo aún se prolongará la caída del mercado nacional de material eléctrico, que cerrará el año con un valor de 3.040 millones de euros (el 1,4% menos que en 2013) como consecuencia de la marcha todavía negativa de la construcción, y a pesar de la buena evolución del sector de automoción.

Electricidad a la carta

En este sentido, la gestión inteligente de las redes eléctricas se presenta como un campo experimental en el que la industria española -y europea- tiene mucho que decir, y que aportar. En síntesis, se trata de que la industria del material eléctrico asegure que los usuarios finales de los sectores industrial y de edificios residenciales y comerciales recogen los beneficios de las Smart Grids, entendida como una pieza clave, aunque no única, para el correcto uso e interconexión de los recursos energéticos y la movilidad urbana sostenible. Un nuevo escenario que compendia la integración de las energías renovables, la eficiencia energética, el control de las emisiones y un menor consumo eléctrico en el que los usuarios dejan de ser meros consumidores para convertirse en gestores inteligentes interconectados con la red.

A las puertas del II Congreso de Smart Grids, que se celebrará en Madrid a finales de octubre casi en paralelo al Salón Internacional de Soluciones para la Industria Eléctrica y Electrónica (Matelec), el Comité Europeo de Coordinación para las Asociaciones de Fabricantes de Material Eléctrico y Control Industrial (Capiel) subraya el esfuerzo llevado a cabo durante estos años por el sector para identificar necesidades y ser capaz de suministrar soluciones inteligentes que faciliten el paso de las redes eléctricas centralizadas y controladas por las compañías suministradoras, más propias del siglo pasado, hacia las nuevas redes descentralizadas y muy eficientes en las que el flujo de potencia e información es bidireccional (se estima que la eficiencia media de las redes actuales es del 33%, mientras las basadas en las últimas tecnologías alcanzan un aprovechamiento del 60% de la producción) y evita los efectos negativos de cambios bruscos en el consumo o deficiencias esporádicas en la generación.

En opinión del sector, este necesario tránsito es irrenunciable si se tiene en cuenta que en la actualidad ya existen tecnologías de la información que, aplicadas a los sistemas eléctricos, permiten reducir hasta el 30% el consumo de electricidad. Además, se calcula que en el horizonte de 2020 la electricidad cubrirá un porcentaje cada vez mayor de la demanda energética global.

Los materiales eléctricos y de iluminación siguen siendo en 2014 los segmentos más internacionales del sector, con unas ventas estimadas de 3.413 millones de euros, el 9,7% más que en 2013

Pero las redes inteligentes y cómo los hogares, industrias y edificios utilizan la energía y se adaptan a los nuevos requisitos normativos no son los únicos desafíos o retos a los que se enfrenta esta industria, que ha visto con muy buenos ojos la reciente creación por parte del Gobierno del Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), que contará con una dotación de hasta 350 millones de euros anuales.

Eficiencia energética

Aprobado en junio pasado, este fondo de ámbito estatal nace con el objetivo de cofinanciar inversiones de eficiencia energética en edificación, entre otros sectores. De hecho y en primera instancia, el nuevo FNEE destinará buena parte de sus recursos a cofinanciar actuaciones de eficiencia energética en edificios residenciales y no residenciales (hoteles, centros del Sistema Nacional de Salud, comercio minorista, etc.), dentro del Plan de Ahorro de Energía y Reducción de Emisiones en la Edificación que está previsto aprobar y que supone una inversión anual total estimada de 892 millones de euros.

Por su parte, las comunidades autónomas habrán de llevar a cabo acciones complementarias, invirtiendo en torno a 133 millones de euros anuales de sus fondos Feder en actuaciones de ahorro energético en edificación. El plan incluye medidas para la renovación de salas de calderas, la mejora de la eficiencia energética de las instalaciones de iluminación interior de los edificios existentes, la rehabilitación de edificios con alta calificación energética y la mejora de la eficiencia energética en instalaciones eléctricas, así como de los centros de proceso de datos existentes.

Adicionalmente, el plan se ve complementado con los 200 millones de euros que el Plan de Vivienda 2013-2016 va a destinar a actuaciones de rehabilitación de edificios para la eficiencia energética.

Una vez en marcha el plan de rehabilitación, el FNEE iniciará un segundo plan orientado a la mejora de la tecnología de equipos y procesos industriales, a fin de ayudar a emprender actuaciones en el sector industrial destinadas a optimizar la eficiencia energética de los procesos productivos -ámbito que presenta el mayor potencial de ahorro energético en menor plazo- y que se prevé que movilizará una inversión total de unos 828 millones de euros

El lío de los contadores inteligentes

La renovación de los aproximadamente 28 millones de los antiguos contadores eléctricos analógicos de luz por los conocidos como contadores inteligentes o smart meters, que deberá estar concluida antes de que finalice 2018, está levantando una gran polvareda entre consumidores y fabricantes. Los primeros no dudan de su bondad para leer de forma precisa y en tiempo real el consumo, pero sí de su utilidad para poder gestionar la demanda eléctrica -una de las principales ventajas de estos aparatos- a no ser que se tiren el día pegados al visor de su dispositivo.

Por su parte, la industria española de material eléctrico lamenta que una buena parte del negocio que representa esta colosal operación de reemplazo de equipos esté yendo a parar a manos extranjeras, al menos en esta primera fase en la que ya se han instalado unos ocho millones de contadores. A pesar de lo visto hasta ahora y de que se trabaja con precios muy ajustados, según reconoce la mayoría de empresas, el sector aún confía en poder cambiar las tornas y monopolizar las multimillonarias inversiones derivadas de la producción y venta de contadores, el pago a instaladores y a los desarrolladores de software, así como de las comunicaciones M2M (máquina a máquina).

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