Eficiencia energética y seguridad eléctrica de instalaciones en la rehabilitación de edificios
Energy efficiency and electrical safety of installations in rehabilitation of buildings
RESUMEN
Inicialmente, se describe la relevancia de la rehabilitación en el parque constructivo español. A continuación, se presenta la eficiencia energética como necesaria dentro de la coyuntura del país, describiendo las fases que se deben desarrollar para proceder a una actuación rentable. Posteriormente, se desarrolla la problemática encontrada en las instalaciones eléctricas de la edificación, prestando especial atención en la puesta a tierra. se concluye mostrando la importancia y repercusión económica de la renovación de las instalaciones eléctricas en la toma de decisiones.
Encargado: 16 de mayo de 2016
Recibido: 22 de octubre de 2016
Aceptado: 8 de noviembre de 2016
Palabras clave
Rehabilitación de edificios, eficiencia energética, PIB, vida efectiva, renta, vida tecnológica, seguridad eléctrica
ABSTRACT
Initially, the relevance of rehabilitation in the Spanish construction is described. Then you have energy efficiency as required by the situation in the country and a methodology is described to have the best energy efficiency action. Subsequently, the problem is found in the electrical installations, especially in the electrical grounding. Finally, it is shown the economic impact of the renewal of electrical installations.
Commissioned: May 16, 2016
Received: October 22, 2016
Accepted: November 8, 2016
Keywords
Rehabilitation of buildings, energy efficiency, GDP, effective lifetime, profit-earning capacity, technological life, electrical safety
Introducción
La edificación representa cerca del
40% del consumo total de energía en
la Unión Europea. La reducción del
consumo de energía y el uso de energía
procedente de recursos renovables
en el sector de la edificación suponen
importantes medidas para reducir la
dependencia energética y las emisiones
de gases de efecto invernadero (Directiva
Europea, 2012).
Analizando el elevado coste de la
energía eléctrica de los últimos años
y sus perspectivas es interesante plantear
la eficiencia energética como una
actuación necesaria e interesante para
el usuario. Además, las edificaciones
en España poseen una antigüedad significativa
que, aparte de animar a una
actuación de reducción en el consumo
energético, estimulan la comprobación
de la seguridad eléctrica de las instalaciones,
pues si bien la eficiencia aporta
una reducción del consumo, la seguridad
eléctrica aportará una reducción
de los posibles costes asociados a los
riesgos humanos y materiales.
Inicialmente, el presente artículo
describe la situación actual de la rehabilitación
en España. A continuación,
animada por la evolución y perspectivas
del coste de la energía eléctrica se
presenta la necesidad de la eficiencia
energética, planteando una metodología
de estudio para valorar la rentabilidad
de las posibles actuaciones.
Posteriormente, se considera el estado
en el que se encuentran las instalaciones
eléctricas durante la rehabilitación
de edificios, sus causas y posibles
consecuencias desde el punto de vista
de la seguridad. Dada su relevancia,
se desarrolla un estudio específico de
las instalaciones de puesta a tierra,
desglosando sus problemáticas constructivas,
posibles soluciones y costes
asociados.
Rehabilitación en España
La incapacidad del mercado inmobiliario
español para absorber la gran
oferta de vivienda construida y vacía
disponible consecuencia de la burbuja
inmobiliaria acontecida ha hecho disminuir
la inversión en construcción
de vivienda nueva significativamente.
En los últimos años, las licencias concedidas
para vivienda nueva fueron
inferiores a las concedidas para rehabilitación
(figura 1) (Ministerio de Fomento,
2016), aun sin considerar la rehabilitación
de locales, que representa
del orden del 20% de la rehabilitación
total en edificios.
Todo lo cual hace tomar cierta
importancia a este tipo de actuación
constructiva, importancia que, además,
también se puede vislumbrar desde
los siguientes aspectos:
• Desde el punto de vista energético
la actuación de la rehabilitación conlleva
menor importe energético por
metro cuadrado frente la construcción
de obra nueva, pero además la construcción
de cerca del 60% del parque
residencial español es anterior a 1979
(BOE 86, 2013), fecha de la primera
normativa sobre la envolvente térmica.
Además, desde el punto de vista de la
seguridad de las instalaciones eléctricas,
la mayor parte de esta edificación
no se llegó a regular por el Reglamento
Electrotécnico de Baja Tensión de
1973. En líneas generales, 1,38 millones
de viviendas se encuentran en
estado deficiente. Por todo ello, la rehabilitación
de este parque antiguo de
viviendas puede tener un efecto muy
eficiente desde el punto de vista energético
y de seguridad eléctrica, dado el
deterioro sufrido por las edificaciones
y sus instalaciones y la existencia de
equipos y materiales mucho más eficientes
y seguros en la actualidad.
• La rehabilitación se ha presentado como una alternativa de empleo que alienta a los correspondientes Gobiernos a subvencionar mediante ayudas a su ejecución. El aumento de las ayudas para la rehabilitación en viviendas en España fue en 2011 de más del doble que en 2007. Posteriormente, el 5 de abril de 2013 el Consejo de Ministros aprobó para el periodo 2013-2016 el destino de una partida importante en subvenciones públicas e introducción de vías de financiación privada a la rehabilitación y a la mejora de las deficiencias encontradas en las correspondientes inspecciones técnicas de edificios (BOE 86, 2013). En la actualidad, se tienen decretos autonómicos, como el Decreto 141/2016, de 2 de agosto, por el que se regula el Plan de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía 2016-2020, que continúan estimulando esta tipología de actuación.
Esto se puede traducir en un ahorro para el consumidor en la inversión que realizar y un aumento de la rentabilidad de la correspondiente actuación.
• La rehabilitación de instalaciones eléctricas también se ha presentado como una medida de seguridad ante los importantes daños y riesgos que pueden acontecer dado su deterioro y deficiencias. De hecho, se tiene como ejemplo la comunidad del País Vasco, que en la resolución adoptada el 22 de mayo de 2015 subvenciona, a fondo perdido, la renovación de las instalaciones eléctricas en la edificación de más de 25 años (BOPV 94, 2015).
• Por último, hay que considerar la necesidad del cumplimiento de los objetivos marcados por la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios 2012 (Directiva Europea, 2012) referidos a la estimulación para la obtención de viviendas de nueva construcción y rehabilitadas de consumo energético “casi nulo”1.
Por tanto, con estas particularidades presentadas, se puede establecer la rehabilitación como alternativa constructiva, casi principal, en la actualidad y la relevancia de las correspondientes actuaciones en eficiencia energética y de seguridad eléctrica en las instalaciones.
Relevancia de la eficiencia energética
Una reducción de la demanda eléctrica es positiva para el usuario, pero también tiene una repercusión negativa para los costes regulados de la energía, puesto que los costes fijos del sistema eléctrico adquieren una mayor relevancia respecto a la cuantía del coste total de la energía eléctrica (Balbás, 2016).
Para analizar los costes que la energía eléctrica ha experimentado en los últimos años en España se va a realizar una comparativa con respecto a la media de la Unión Europea de los Veintiocho. Se utilizará el coste de la energía en euros con y sin impuestos deducibles2, relativizándolos mediante el producto interior bruto (PIB) per cápita en unidades PPS3 (Purchasing Power Standards) (Eurostat Home, 2016), para consumidores domésticos que facturan entre 5.000 y 15.000 kWh por año.
A finales de 2015, si se incluyen los impuestos, España ocupa el séptimo lugar de las energías más caras de la Unión de los Veintiocho. Ahora bien, si no se incluyen los impuestos, España ocupa el tercer puesto después de Italia y Chipre. Esta cuestión confirma que en nuestro país el peso de la energía eléctrica no se encuentra en los impuestos deducibles pues interesa tener asegurados ciertos ingresos para cubrir el coste del sistema eléctrico.
En la figura 2, se representa la evolución del coste de la energía eléctrica, del suministro y del sistema, sin impuestos deducibles. Aunque el gran incremento del coste de la energía se experimentó durante el periodo 20082012 y en los últimos años se ha experimentado una tendencia conservadora,
España sigue teniendo un coste
elevado de la energía eléctrica frente
al de la media de la Unión Europea, y
se ha incrementado el gradiente entre
ambas desde 2012.
Por otro lado, se pueden citar determinados
factores, como el «déficit de
tarifa»4, que supone una deuda establecida
cuantificada a 31 de diciembre
de 2015 en 25.056,5 millones de euros
(CNMC, 2016) que aunque se haya
frenado su crecimiento y facultado levemente
su reducción en el último año,
no ayuda a considerar una estimable
bajada del coste de la energía para los
próximos años (Balbás, 2016).
Por tanto, queda patente el interés
en reducir el consumo eléctrico de una
edificación, aunque también resulta
importante a la hora de valorar una actuación,
entre otros parámetros, tener
presente las partidas de la factura eléctrica
en las que se podrán reducir costes
para realizar un adecuado estudio
de viabilidad de la actuación, cuestión
que se trata a continuación.
Metodología de actuación
Para el desarrollo de la metodología se
expondrá una actuación sobre el consumo
eléctrico, extrapolable a otras
tipologías de actuación. Inicialmente
en el histórico de la factura eléctrica
se analizan por separado las partidas
de potencia contratada y energía consumida
(cuadro en negro de la figura
3). Ambas se comparan con los estudios
de potencia receptora y de horas
de utilización por año, hu, de los correspondientes
receptores, lo cual,
puede aportar una posible revisión del
contrato establecido con la compañía
eléctrica suministradora analizando
cuál es la parte más interesante para
buscar descuentos. Además, desde el
punto de vista de los receptores instalados
y su factor de simultaneidad, en
el caso de comunidades, puede asociarse
a una reducción de la potencia
contratada (ruta azul de la figura 3).
Cabe destacar que algunas compañías
suministradoras exigen el boletín de
instalación para reducir la potencia
contratada.
Del estudio realizado con los receptores
y sus horas de utilización, pueden
establecerse las alternativas de actuación
más aconsejables, de las cuales,
se deberá seleccionar la más rentable
técnica y económicamente (ruta verde
de la figura 3). A continuación, posiblemente,
se va a tratar el paso más
determinante de la metodología, el
análisis de viabilidad entre las posibles
alternativas de una tipología de actuación
(Balbás, et al., 2015).
Para este desarrollo comparativo se
propone comparar las distintas alternativas
desde las mismas condiciones
según las siguientes premisas y parámetros:
• La vida útil, Vu, de los equipos o
materiales se valora en función de sus
horas de utilización por año, hu, para lo cual, se define la “vida efectiva”, Vef,
como el cociente entre ambas.
• Se define el coste de inversión
anual, CiA, como el coste de la inversión
dividido por su vida efectiva.
• El ahorro anual, AHA, representa
el ahorro económico previsiblemente
experimentado en la factura eléctrica,
según la correspondiente reducción
anual de energía, EA.
• Se define la renta, R, o beneficio
económico anual, como la diferencia
entre la inversión anual, CiA, y el ahorro
anual, AHA.
Definidos estos parámetros para
cada tipo de alternativa se pueden obtener
una serie de puntos que se presentan
en la figura 4 como dos curvas, las
cuales representan los distintos costes
de inversión y ahorros, ambos anuales,
para cada alternativa. De dicha figura 4,
se desprende que existen actuaciones de
poca inversión anual que producen gran
ahorro, actuación, x, así como otras que
precisan elevadas inversiones que no se
amortizarán con el ahorro generado,
actuación, y. Aquella que aporte mayor
renta, Rmáx, será la elegida.
Respecto el análisis anual presentado
en la figura 4, hay dos últimos
comentarios. El primero referido a que
al coincidir distintas vidas efectivas de
las diferentes actuaciones, se tomará
como tiempo común a todas ellas el ciclo
de vida tecnológico de la correspondiente
tecnología. De esta manera se
limita el valor de la vida eficiente cuando
esta sea superior. Segundo, el punto
de corte entre ambas rectas, donde CiA
= AHA representa el límite entre las actuaciones
que se pueden amortizar y las
que no (rojo de la figura 3).
Para finalizar, volviendo a la figura
3, se obtienen unos resultados de
ahorro energético y de reducción de
potencia receptora en la ejecución de
la alternativa seleccionada (gris de la
figura 3), lo cual puede posibilitar una
nueva contratación respecto la potencia
contratada.
Mediante esta metodología se obtiene
una forma objetiva de seleccionar
las actuaciones más interesantes para
el usuario y poder reducir la cuantía
de la factura eléctrica. Pero, además,
las actuaciones de eficiencia energética
para reducir la demanda energética
ofrecen una segunda ventaja, muy
significativa, que aparece al reducir
la densidad de corriente y el calentamiento
de unos cableados en los que
las secciones no suelen corresponderse
con sus necesidades, tal como se trata a
continuación.
Seguridad de las instalaciones eléctricas
Primero la edición del Reglamento
Electrotécnico de Baja Tensión de 1955,
posteriormente la de 1973 y actualmente
la de 2002 han regulado las medidas
que adoptar en la ejecución de las instalaciones
eléctricas en la edificación. El
Código Técnico de Edificación de 2007
supuso una trasposición de las normativas
europeas respecto la eficiencia
energética, seguridad y sus requerimientos.
Por otro lado, el Real Decreto
Ley 8/2011, de 1 de julio, de fomento de
la actividad empresarial e impulso de la
rehabilitación, obliga a una inspección
técnica de las edificaciones de más de
50 años de antigüedad. Todo ello ha
supuesto un control y cumplimiento de
los objetivos bajo las necesarias medidas
de seguridad eléctrica.
En la actualidad, en las nuevas edificaciones
se ha mantenido un cierto
control en las instalaciones, reguladas
y controladas por los correspondientes
reglamentos y certificaciones de obra.
Ahora bien, en el caso de las edificaciones
existentes, la ampliación del número
de receptores, las reformas parciales
y la falta de supervisión y control de determinados
elementos han ocasionado
un incremento del riesgo eléctrico, lo
cual precisa una consideración (PRIE,
2006) (Toledano, et al., 2009). Así se
presentan edificaciones con menos de
50 años de antigüedad que no tienen
unas instalaciones eléctricas adecuadas,
algunas porque el mismo reglamento
que se encontraba en vigor no lo exigía
pues tampoco se preveían cargas semejantes
a las actuales. Estudios realizados
con anterioridad en un número significativo
de edificaciones (PRIE, 2006)
(Mapfre, 2010) ya destacaban estas deficiencias
y alarmaban sobre su relevancia
en la seguridad material y humana.
Los fallos o defectos más comunes se
encuentran principalmente en:
• Receptores con suministro energético
deficiente.
• Bases de enchufe o puntos de luz
sin puesta a tierra (figura 5).
• Tomas de enchufe originarias
insuficientes animando a la posterior
prolongación de los tendidos de los cables
e introducción de prolongadores
y bases múltiples o ladrones (figura 5).
• Falta de protecciones adecuadas a
la instalación.
• Sección de cableado insuficiente
en instalaciones sobrecargadas (figura
5) con el correspondiente sobrecalentamiento
y pérdidas asociadas.
• Falta de equipotencialidad en zonas
problemáticas como baños o zonas
húmedas con la posibilidad de existencia
de diferencias de potencial peligrosas
entre partes metálicas.
• Contactos deteriorados y deficientes
(figura 6).
• Aislamientos deteriorados o no
adecuados a los requerimientos (fig. 7).
• Falta o deterioro de las puestas a
tierra y de los elementos asociados.
• Masas que no se encuentran conectadas a tierra y que pueden estar sometidas accidentalmente a tensión.
• Actuaciones desarrolladas por personal no cualificado y desconocimiento del propio usuario.
Se tienen ejemplos cotidianos de las consecuencias originadas por los defectos comentados anteriormente: el horno que no calienta adecuadamente, la lavadora que da calambres al tocar, el sobrecalentamiento de los mecanismos, etc. El Observatorio de Siniestros de Hogar de Asitur (Asitur, 2016) publica que el número de siniestros de daños eléctricos lleva creciendo de manera constante en los últimos años y su peso sobre el total de siniestros de hogar atendidos por esta empresa se ha duplicado des-de 2011 hasta 2015, hasta representar el 12% de los siniestros de este ramo.
Pero aparte de las irregularidades o pérdidas materiales asociadas a los posibles incendios o explosiones que puedan ocurrir donde un fallo eléctrico ha sido la causa del foco de ignición, se tiene la integridad del usuario. Los riesgos de baja tensión, BT, suelen aminorarse frente los de alta tensión, AT. Ahora bien, no se debe olvidar que la BT es la más utilizada, principalmente a nivel doméstico, con personal no preparado y que además, con una intensidad alterna de defecto o de fuga de 50 mA, intensidad de cuantía mínima en el consumo de un receptor doméstico, una persona que se electriza, si el tiempo es lo suficiente amplio, puede sufrir la fibrilación ventricular, principal causa de defunción por causa eléctrica con paso de corriente a través del organismo. Esta cuestión, además, puede agrandarse según la resistencia experimentada y el recorrido a través del cuerpo humano.
Si se considera una vivienda perteneciente a un bloque, construcción más habitual hace 20 años, los elementos involucrados en la seguridad eléctrica son por una parte propiedad particular del usuario (cableado, enchufes, diferencial, etc.) y por otra parte, propiedad de la comunidad (conexiones de enlace y puesta a tierra [PAT]). El usuario puede desarrollar una mejora interna de la instalación eléctrica de su vivienda pero si la edificación no tiene una toma de tierra adecuada, parte de sus medidas no tendrán efecto. Además, la complejidad de actuación y particularidades de la edificación hacen que la puesta a tierra pueda resultar una tarea complicada para el instalador.
Puesta a tierra
En los estudios realizados, el 22,5% de los hogares carecían de red de tierra y, como es lógico, al tratarse de un defecto estructural, predomina en las viviendas más antiguas (44,6%) y, en menor medida, en las construidas entre 1975 y 1985 (17%). Este hecho puede deberse a un periodo transitorio inicial en el que una parte de las instalaciones no se realizó correctamente. Pero, además, en el caso de su existencia, el deterioro de los elementos y su falta de verificación han incrementado negativamente esta situación, y se han encontrado PAT muy deficientes. Los instaladores, en sus correspondientes actuaciones, deben realizar las tareas que se comentan a continuación de comprobación y en caso de requerirlo, instalar, ampliar o activar la PAT.
• Inicialmente, en caso de existir PAT, el instalador deberá comprobar su magnitud y estado, siguiendo entre otras consideraciones generales, las de estacionalidad5 que puedan afectar a la medición efectuada.
El método de caída de potencial es el método de medida tradicionalmente utilizado, usando para ello el telurómetro (figura 8) (Comex, 2016). Ahora bien, la imposibilidad de acceso o planteamiento de las picas en línea recta con las distancias adecuadas suele ser un problema en los bloques de viviendas antiguos. La problemática de la colocación de las picas puede subsanarse utilizando paños húmedos sobre las picas auxiliares en contacto con el terreno pero también se deberían utilizar cables más largos que los habitualmente utilizados y vendidos por los fabricantes para, además de posibilitar la colocación de las picas auxiliares en el lugar adecuado, también asegurar la medida respecto un potencial de valor cero y así precisar una correcta medición.
En ocasiones, se recurre a la medida de impedancia de bucle de tierra, el cual ni precisa picas, ni desconexión de la toma de tierra. Eso sí, en la medida se debe considerar la incorporación de la resistencia del neutro a tierra de la instalación (Fluke, 2016). Además, la interacción con otros elementos cercanos, como electrodos, tuberías o conductores enterrados puede falsear la medida con lecturas reducidas. La calidad de la medida dependerá del número de rutas paralelas que no interaccionen con el electrodo que medir.
• Habiendo realizado la correspondiente comprobación, se procede a la instalación, ampliación y/o activación de la PAT. Tanto si no existe PAT como si existe, pero experimenta una resistencia excesivamente alta puede solicitarse la necesidad de instalación de nuevas picas o sustituir las que existen por otras con menor resistencia entre el electrodo y tierra.
En el caso de rehabilitación de edificios ya construidos, es evidente la imposibilidad de incorporar electrodos mallados, por lo que hay que recurrir al empleo de picas colocadas en los patios de luces, con la dificultad evidente de obtener valores de la resistencia del sistema de puesta a tierra de la magnitud necesaria. En muchas ocasiones para la realización de la instalación de PAT se tiene una reducida superficie de trabajo. En ocasiones las comunidades ofrecen un espacio de sótano aproximado a 1 m2 para realizar el enterramiento de una única pica, la cual, después de realizar el estudio, podría tener más de 6 metros de profundidad, cuestión que sumada a las características del terreno pueden dificultar enormemente su enclavamiento. Para ello, se plantea la opción de hincar picas de muy baja resistividad que reducen su número y magnitud.
Para mejorar una instalación de puesta a tierra existente o recién instalada que ofrezca medidas insuficientes para cumplir con la normativa se presentan dos opciones: la ampliación de la instalación existente utilizando electrodos auxiliares o la activación de los electrodos existentes.
Para la ampliación mediante electrodos auxiliares se participa de la disminución resistiva que ofrecen los conductores cuando se conectan en paralelo. Ahora bien, también es adecuado tener presente la influencia entre los electrodos, lo cual, si no se respeta puede ocasionar que la utilización de picas auxiliares en el lugar no adecuado no tenga el efecto deseado de reducir la resistencia de la puesta a tierra. Es más, en muchos casos dos electrodos en paralelo no reducen la resistencia de PAT a la mitad pues su influencia mutua precisaría mayor distancia entre ellos, mínimo dos veces la longitud del electrodo (Dufo, 2004).
Por otro lado, dado que un limitante de significativa importancia en la resistencia experimentada en una PAT es el contacto entre electrodo y terreno, también se opta por la mejora de la conductividad entre ambos. Existen casos en los que la actuación elegida para disminuir la resistencia de la puesta a tierra existente consiste en humedecer copiosamente el terreno que rodea al electrodo, en otros casos se utilizan sales vertiéndolas alrededor del electrodo. Ambas aportan un buen resultado, ahora bien, la primera puede tener el inconveniente de una reducida durabilidad y la segunda puede acarrear un deterioro del electrodo, similar al provocado por el agua de mar.
Al día de hoy se opta por la denominada “activación”, acción que consiste en conseguir la generación de iones en el terreno próximo al electrodo que faciliten la conductividad. Para ello se utilizan activadores comerciales como los de la firma Comex (Comex, 2016), los cuales, se vierten alrededor del electrodo en una cantidad adecuada facultando la conductividad entre electrodo y terreno y dilatando la durabilidad del efecto debido a sus cualidades adherentes.
Similar función pero de mayor efecto se encuentra utilizando grafito alrededor de la pica existente. Ahora bien, dado su coste más elevado, la tipología del terreno existente alrededor de la pica y la fiabilidad que pueda ofrecer la aplicación de un líquido activador, serán las razones que puedan animar a la utilización del grafito e incremento de la inversión o desestimar dicha opción. Un error muy habitual que hacen los usuarios para reducir el precio de la inversión con el grafito se trata de mezclarlo con tierra, pues esta mezcla que inicialmente ofrece una reducción de la cantidad de grafito utilizado, al mismo tiempo y en mayor proporción, reduce la activación ofrecida por el grafito utilizado, lo que llega a presentar su utilización como inservible.
Tanto la mejora interna de la vivienda como la PAT conllevan un gasto que es difícil de cuantificar dadas la variabilidad de su estado y particularidades de la edificación. Ahora bien, el ciclo de vida de la actuación es muy amplio, 25-30 años, partiendo de las revisiones propuestas por las comunidades en las instalaciones, pero, además, en el caso de los elementos comunes, se cuenta con la reducción de la cuantía al tratarse de una inversión comunitaria y en el caso de la PAT precisando de una leve inversión para su activación y mantenimiento. La activación de una pica, una vez conocida la edificación, puede precisar la necesidad de una garrafa de activador6 (168,14 euros) más la mano de obra precisa (1-2 horas de instalador) alrededor de una vez cada 5 años.
Por último, hay que destacar que el no cumplimiento de la normativa de las instalaciones puede ser motivo para descargar las responsabilidades en caso de daños ocasionados, cuestión que todavía deja al usuario más desprotegido frente los riesgos que puedan acontecer.
Conclusiones
Una vez descrita la relevancia de la rehabilitación en España y las perspectivas del coste de la energía eléctrica para un futuro, se ha presentado una metodología referida a las actuaciones eléctricas que “objetivamente” facilita un mecanismo para la selección de las actuaciones más rentables para el usuario, metodología extrapolable a otras fuentes energéticas del tipo gas, agua, etc.
Se destaca una necesidad recíproca entre la eficiencia energética y la seguridad de las instalaciones, pues si bien la eficiencia reduce el consumo energético disminuyendo el exceso de amperaje soportado por las instalaciones eléctricas, la renovación de las instalaciones eléctricas aporta seguridad a los nuevos equipamientos que se instalen en las actuaciones de eficiencia. Encontramos un ejemplo en la toma de tierra de la instalación fotovoltaica de autoconsumo. Ahora bien, puesto que la seguridad eléctrica se presenta como la actuación que mayor ahorro material y humano puede presentar, la renovación de las instalaciones eléctricas se presenta como una medida prioritaria de actuación o parte adicional que considerar en las actuaciones de eficiencia energética.
Esta seguridad se fomenta contratando a los instaladores y profesionales autorizados para desarrollar las comprobaciones e instalaciones necesarias, cuya dificultad ha quedado patente con la puesta a tierra de las edificaciones.
Según el Reglamento Electrotécnico en Baja Tensión de 2020, la responsabilidad del mantenimiento de dicha instalación es del propio usuario, por lo cual, cabe destacar que, aunque los organismos oficiales no lo exijan, las revisiones periódicas y actuaciones necesarias deben ser interés propio del consumidor, quien, además, figura como el máximo perjudicado.
Conclusiones similares se podrían obtener en la seguridad de las instalaciones de gas u otros combustibles en la rehabilitación.
Agradecimientos
Se agradece el amable trato, asesoramiento y colaboración ofrecidos para este artículo por Javier Garfella, técnico especialista en tomas de tierra de la empresa Comex, Comercializaciones Exclusivas SL.
notas
1 Una edificación de consumo de energía “casi nulo” representa un edificio con un nivel de eficiencia energética muy alto y un requerimiento de energía muy bajo. Y esta energía requerida es cubierta en gran parte por sistemas de generación de fuentes renovables propios o del entorno próximo.
2 Impuesto deducible para una actividad empresarial, sociedad o autónomo, no para un particular.
3 PPS (Purchasing Power Standards) es un indicador que permite realizar comparativas del esfuerzo económico para adquirir un bien, entre consumidores de distintos países miembros de la Unión Europea.
4 El déficit de tarifa representa un saldo negativo de capital entre los costes asociados a la energía y los ingresos adquiridos en su venta.
5 Por estacionalidad entendemos las variaciones en la resistencia de tierra de una instalación como consecuencia de las variaciones del tiempo (lluvia, viento, insolación y cambios de temperatura).
6 La empresa Comex ofrece dos envases de 25 kg de activador Ion Forte más un protector contra la corrosión, referencia TT1060, para aumentar la conductividad del terreno y atenuando el factor de estacionalidad y la corrosión, con un coste de 168,14 euros + IVA.
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