EDUARDO MESTRE RODRÍGUEZ
La Tribuna del Agua es una de las estrellas indiscutibles de la Expo Zaragoza 2008. Concebida como plataforma de debate y encuentro que permita generar soluciones en materia de agua y desarrollo sostenible, la Tribuna del Agua tiene ante sí el desafío de transformar las conclusiones de este gran evento en un cambio de mentalidad de toda la sociedad hacia este preciado recurso del que una gran parte de la humanidad aún carece en nuestros días. Este reto apasiona a su director, el ingeniero mejicano Eduardo Mestre, quien ha desempeñado a lo largo de su vida una reconocida labor como experto en la planificación y gestión de los recursos hídricos en su tierra natal y en varios países de América Latina, África y Asia. Satisfecho por poder realizar este trabajo que le ha traído a orillas del Ebro, Mestre dice encontrarse sumamente motivado para alcanzar grandes resultados.
A lo largo de su carrera profesional ha desempeñado cargos de alto nivel, tanto en su México natal como en otros pa íses del mundo. ¿Qué sintió cuando le ofrecieron dirigir la Tribuna del Agua de Expo Zaragoza 2008 y qué supone para usted vivir esta nueva aventura?
He vivido en muchos lugares del mundo realizando interesantes trabajos relacionados directamente con el agua. Venir a Expo Zaragoza 2008 me va a permitir cristalizar una serie de proyectos que se concentran en impulsar el cambio del actual paradigma de agua y desarrollo sostenible. Por este motivo, estoy sumamente satisfecho y motivado para alcanzar grandes resultados.
Su participación en los numerosos foros, jornadas, debates y seminarios que se celebran a nivel mundial en torno al tema del agua le aporta un conocimiento directo de estos actos. ¿Qué novedades presenta la Tribuna del Agua respecto de todos estos encuentros y por qué le gustaría que fuera recordada en el futuro?
La diferencia sustancial es que la Tribuna no es un foro para el mero debate, ni es tampoco un foro de denuncia sino que todo está orientado al encuentro del conocimiento y de las soluciones en materia de agua. Esta Expo va a ser recordada como el evento que por fin pone énfasis en que lo importante es resolver los desafíos a los que nos enfrentamos.
Según el Informe de Sostenibilidad del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 1.100 millones de ciudadanos de la Tierra carecen de agua potable y 2.400 millones no cuentan con sistemas de abastecimiento. ¿Cree que la declaración de Zaragoza contribuirá a reducir estas escandalosas cifras?
Definitivamente sí, pues las propuestas de políticas públicas y de acciones concretas van a ser múltiples, incluyendo mecanismos concretos para transferir tecnología y know-how.
El pasado año pronunció una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en la que dijo que hoy se dispone de tecnología y capacidades para revertir procesos. ¿Qué falta entonces?
Faltan fundamentalmente tres elementos: la voluntad de cambio de los tomadores de decisiones y de la sociedad en general como corresponsable; la coordinación entre naciones y sociedades y entre acto-res económicos, políticos y sociales, y por último, es necesario realizar una provisión de recursos financieros y tecnológicos, a través de mecanismos adecuados a las circunstancias, entre los países e instituciones que cuentan con esos recursos y aquellos que los necesitan.
El cambio climático y sus efectos sobre la disponibilidad del agua, unido a la magnitud de los sucesos extremos a los que estamos asistiendo, tales como las sequías e inundaciones hacen cada vez más compleja la gestión del agua. ¿El futuro depende de encontrar la medida exacta en la que han de combinarse gobernanza y gobernabilidad?
Sí, el filtro pasa por resolver adecuadamente el nuevo equilibrio que necesitamos en materia de gobernabilidad y gobernanza ante los efectos del cambio climático. La sociedad está perfectamente preparada para hacerlo si hubiera voluntad.
En Expo Zaragoza 2008 se ha diseñado una plaza denominada ‘Agua compartida’. ¿Invitaría a visitarla a todos esos políticos que lejos de apelar a la solidaridad entre pueblos han convertido el agua en un elemento de confrontación?
Invitaría no sólo a los políticos sino a toda la sociedad entera que es finalmente la que decide que los políticos accedan a sus cargos. Sólo haciendo consciente a la sociedad entera de las grandes posibilidades que tiene el agua como elemento de unión entre los pueblos podrá tener realmente una visión clara de hacia dónde deben estar encaminados sus esfuerzos.
En estos días, la búsqueda de soluciones para abastecer de agua a Cataluña ha derivado en un exhaustivo y meticuloso examen de las distintas medidas que se pueden aplicar. Trasvases, desaladoras, embalses, mejoras en la red de distribución que eviten fugas y unos sistemas de regadío más eficientes parecen ser los pilares sobre los que debe asentarse la política del agua en nuestro país. ¿Podría decirnos brevemente qué ventajas e inconvenientes ve en cada uno de ellos?
Al igual que en el caso de la energía habrá que confiar en un futuro cercano en la denominada cesta energética que nos permita distribuir el riesgo y los beneficios entre distintas opciones (nuclear, renovables, térmica, hidroeléctrica, combustibles fósiles…). En el caso del agua existe también una cesta hídrica que incluye las opciones enumeradas en la pregunta. La clave para afrontar de forma eficiente una adecuada gestión del agua pasa por encontrar el equilibrio entre esas opciones, para apuntar hacia la sostenibilidad en su acepción más amplia, esto es, conjugando a partes iguales los factores de tipo ambiental, político, social, económicos y éticos.
“UNA DE LAS OMISIONES QUE HAN AGRAVADO LA CRISIS DE LA GESTIÓN DEL AGUA ES LA AUSENCIA O FRAGILIDAD DEL CONCEPTO QUE LA SOCIEDAD Y LOS GOBIERNOS TIENEN ACERCA DEL VALOR ECONÓMICO DEL AGUA”
Al analizar los problemas del agua se alude, entre otros muchos factores, a que no le hemos sabido dar valor económico. ¿Está de acuerdo? ¿Piensa que es necesario subir el precio del agua para que seamos conscientes de que es un recurso escaso?
Una de las omisiones que han agravado la crisis de la gestión del agua es la ausencia o fragilidad del concepto que la sociedad y los gobiernos tienen acerca del valor económico del agua. Tan cierto es que apenas en la década de los 90, en la Conferencia de Dublín, se ha reconocido universalmente la conveniencia de conferirle claramente al agua un valor económico, que no sólo es reconocerle un precio y un coste. Respecto a la segunda pregunta, está probado que la respuesta de los individuos a la elevación del precio del agua provoca un uso más eficiente en la mayoría de los casos. Desde luego, como todo instrumento económico, la elevación del precio del agua no es una panacea. A largo plazo es mejor inculcar la conciencia social de la escasez de agua a través de la educación y de la cultura.
¿Cree que la cultura del agua a la que alude constantemente es una asignatura pendiente de los gobiernos de países desarrollados como el nuestro?
Es una asignatura pendiente de sociedades y de gobiernos debido a que los elementos de cultura del agua actuales no están en sintonía con la magnitud y diversidad de los problemas y desafíos existentes y los que están por venir en el futuro cercano.
Usted ha aportado sus conocimientos sobre gestión y planificación de los recursos hídricos en diversos puntos del planeta. ¿En qué país ha sentido que el vínculo entre el agua y la vida es más fuerte?
El agua ha sido a lo largo de la historia y en todas las sociedades un elemento muy fuerte de cohesión y desarrollo.