EDUARDO GONZÁLEZ GÓMEZ

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Mientras España se debate entre mantener o no la vida útil de las centrales nucleares existentes, en Europa se impulsa la construcción de nuevos reactores. Francia, Gran Bretaña, Finlandia, Rumanía y Bulgaria son sólo algunos de los países que han apostado por la generación atómica como vía para satisfacer una demanda energética que en los próximos años no parará de crecer. La energía nuclear, condenada y demonizada durante décadas, parece haber encontrado argumentos en su defensa que le permiten gozar de un indulto a nivel mundial. Eduardo González Gómez, presidente del Foro de la Industria Nuclear Española, apoya su desarrollo y esgrime, entre otras razones para posicionarse a favor de esta fuente de energía, el hecho de que permite reducir la dependencia de materias primas y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.

Durante años, la energía nuclear ha sido un tema tabú en determinados foros. Ahora, a nivel mundial, se reabre de nuevo el debate sobre la conveniencia o no de su utilización y parece que ya no existe tanto recelo hacia esta tecnología. ¿Qué ha cambiado?

El cambio climático, la dependencia de los combustibles fósiles y el incremento de la demanda eléctrica han hecho que se vuelva a mirar de frente a la energía nuclear. Es una fuente que garantiza el suministro eléctrico, produce electricidad barata, no contamina la atmósfera y reduce la dependencia de las materias primas energéticas. Por estas razones, organismos nacionales como las cámaras de comercio, sindicatos, grupos empresariales, así como políticos de distintos signos se muestran cada vez más a favor de la utilización de esta fuente de energía. A nivel internacional, la Agencia Internacional de la Energía, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático o el Consejo Mundial de la Energía han señalado la necesidad de las centrales nucleares para reducir la dependencia del petróleo y las emisiones de gases contaminantes. Por su parte, la Comisión Europea considera que es decisión de cada Estado miembro apostar o no por esta fuente de energía, si bien reconoce que las centrales nucleares producen un tercio de la electricidad de la Unión Euro-pea sin contaminar la atmósfera.

¿A qué cree que obedece la percepción social de riesgo que, tradicionalmente, se ha sentido hacia la generación atómica?

Está demostrado que a mayor información, más aceptación. De ahí la importancia de informar de forma objetiva sobre la energía nuclear y establecer debates plurales y transparentes, en los que participe la opinión pública con el fin de que se conozcan las características de cada una de las fuentes, sin demonizar ninguna de ellas. Por ejemplo, en los entornos nucleares, la población recibe información continua-mente por parte de la central, convive con ella al formar parte de su entorno y, en muchas ocasiones, trabaja allí. Salvo excepciones, son conscientes de que la central funciona correctamente y que es segura, al tratarse de una de las instalaciones mejor protegidas.

Acaba de darnos argumentos de peso para posicionarse a favor de las centrales nucleares. Sin embargo, todos ellos parecen desvanecerse ante la peligrosidad de los residuos radiactivos que generan las plantas y la falta de soluciones para deshacerse de ellos.

La operación de las centrales nucleares se hace según las mayores exigencias de seguridad. Junto a esto, es importante que se conozca que los residuos radiactivos están perfectamente vigilados, almacenados, controlados y gestionados por profesionales cualificados y, de esta forma, no perjudican a la población ni al medio ambiente. Por otro lado, se siguen realizando investigaciones que avanzan en la reutilización del combustible gastado en otras centrales y la reducción de su radiactividad y volumen. Los de baja y media actividad están almacenados en El Cabril (Córdoba) y los de alta actividad, es decir, el combustible ya utilizado, queda almacenado en las propias centrales nucleares. En la actualidad, existe solución técnica para el almacenamiento temporal, el reproceso de los combustibles y la disposición final. Y es una empresa pública, Enresa, la encargada de su gestión. Las alternativas avanzadas para aprovechar mejor los recursos energéticos y facilitar la disposición final están en fase de desarrollo.

Recientemente ha señalado que ante los retos energéticos a los que nos enfrentamos hoy en día y en un futuro próximo, necesitamos de todas las fuentes de energía disponibles, incluida la nuclear. ¿De estas palabras puede desprenderse que aboga por la complementariedad de fuentes, sin excluir las renovables?

Hemos escuchado decir que sería suicida prescindir de cualquier fuente energética, y así es. Todas son necesarias dentro de la cesta eléctrica de nuestro país, y la nuclear también. Por un lado, las centrales nucleares producen electricidad las 24 horas, todos los días del año, de forma segura, constante y con precios estables y competitivos. De hecho, en el año 2007 los ocho reactores nucleares produjeron cerca de una quinta parte de la electricidad que consumimos. Además, permiten reducir las importaciones de materias primas por un valor de unos 3.000 millones de euros y ayudan a evitar el cambio climático. Las emisiones de CO2 en España están un 35% por encima del compromiso adquirido en el Protocolo de Kioto y, sin las nucleares, esta cifra estaría por encima del 60%. En España, al igual que en Suiza, Holanda o Estados Unidos, es necesario mantener a largo plazo el parque nuclear existente y construir próximamente nuevos reactores nucleares, de manera que la aportación al sistema eléctrico español en el horizonte de 2030 alcance el 30%, un porcentaje similar al de la UE. El enfrentamiento nuclear versus renovables es absolutamente falso porque en la actualidad hay que impulsar todas las fuentes no emisoras de CO2.

“LAS ENERGÍAS NO TIENEN IDEOLOGÍA AUNQUE, EN OCASIONES, PAREZCA LO CONTRARIO. LA TECNOLOGÍA SE PONE A DISPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD PARA MEJORAR SU BIENESTAR Y NO ENTIENDE DE POLÍTICA”

A juzgar por las declaraciones realizadas durante la campaña electoral parece que PP y PSOE mantienen posiciones antagónicas respecto a la energía nuclear. ¿Cree que sus posturas buscan dar respuesta a la creciente demanda energética o se trata de discursos populistas?

Los políticos tienen que escuchar las recomendaciones de organismos internacionales de renombre que, por medio de estudios e informes, han demostrado la necesidad de la energía nuclear. Tienen que ser conscientes de que España se enfrenta a importantes retos medioambientales y energéticos. La demanda eléctrica crece a un ritmo de un 3% anual, la dependencia energética se sitúa en el 85%, muy por encima del 50% de la Unión Europea y no cumple con los compromisos de Kyoto. Los políticos tienen que ser conscientes de la necesidad de abrir debates plurales en los que participe la opinión pública junto con una planificación energética a largo plazo. Por otro lado, las energías no tienen una ideo logía aunque, en ocasiones, parezca lo contrario. La tecnología se pone a disposición de la sociedad para mejorar su bienestar y no entiende de política.

Parece que en otros países no existe tanta oposición hacia las nucleares.

En el mundo hay actualmente 439 reactores nucleares que producen el 17% de la electricidad mundial y 34 más están en construcción. Este número va a seguir en aumento, ya que cada vez más gobiernos consideran la energía nuclear un elemento clave en la planificación energética. Gran Bretaña, consciente de su gran dependencia del petróleo y de sus preocupantes emisiones de gases de efecto invernadero, acaba de dar luz verde a la construcción de nuevas centrales nucleares. Otro claro ejemplo es Finlandia, un país muy sensibilizado con el medio ambiente, y que con el 30% de su electricidad de origen nuclear, construye un nuevo reactor. Francia, el país europeo más partidario de la energía nuclear, construye actualmente una nueva unidad que se sumará a las que ya tiene en funcionamiento y que producen el 78% de la electricidad. Conscientes de su vulnerabilidad energética, también construyen nuevos reactores países como China, India, Japón, Corea del Sur o Rusia.

¿Cree que la inversión en I+D+i que se realiza en nuestro país en materia energética es suficiente y que atiende a todas las fuentes de energía por igual?

En el campo nuclear, la industria mantiene y mejora cada año sus capacidades y su tecnología mediante importantes inversiones, que representan en su conjunto más de 150 millones de euros anuales. Entre otras medidas, se introducen mejoras relativas a los aspectos funcionales y de seguridad y los programas de operación a largo plazo de las centrales existentes. La estabilidad de funcionamiento y la ausencia de hechos o incidentes operativos significativos es la mejor garantía de la operación segura de las centrales nucleares españolas. La energía nuclear se basa en capacidades tecnológicas. Por eso hay que seguir investigando en la gestión de los residuos radiactivos para reducir su volumen y radiotoxicidad, así como en la reutilización del combustible gastado en otras centrales. También es importante que se siga investigando en técnicas de almacenamiento de los residuos radiactivos. Además, ante el impulso de la energía nuclear que existe a nivel mundial, hacen falta nuevas generaciones de científicos y técnicos. Hay que continuar trabajando para seguir siendo capaces de exportar tecnología nuclear. Para ello, se tiene que investigar en materiales, combustibles, etcétera. Por otra parte, es necesario un mayor apoyo institucional a los nuevos reactores de cuarta generación y abrir líneas de investigación orientadas a aplicaciones no puramente eléctricas, sino a otras tan necesarias como la producción masiva de hidrógeno o la desalación del agua de mar.

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