Clausura de los actos de celebración del 50º aniversario de la constitución del colegio

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“Esta tarde llegamos ya al último eslabón de una cadena de iniciativas conmemorativas que han sido organizadas en la ciudad durante los últimos meses por el Coitivigo y el Consejo Gallego de ITI”, afirmó con solemnidad el pasado 21 de noviembre el decano del Colegio de Vigo, José Pose Blanco, en el Centro Social Caixanova de la ciudad gallega. Y es que ha sido realmente solemne la celebración del 50.º aniversario de esta entidad corporativa constituida como Colegio Oficial de Peritos Industriales de Galicia el 2 de abril de 1958, a partir de la que era, por aquel entonces, la Agrupación Gallega de la Asociación Nacional de Peritos Industriales. La efeméride ha sido conmemorada con interesantes actos promovidos y organizados por el decano de este colegio, con el apoyo y entusiasmo de su junta de gobierno.

Como colofón de las celebraciones, en el acto de clausura de los distintos actos que se han venido celebrando con motivo de este 50.º aniversario, se ha homenajeado a las instituciones y personas que han trabajado y han venido fomentando el desarrollo de nuestros profesionales en la ingeniería técnica industrial, y específicamente en el ámbito territorial gallego: ya son más de 1.800 los ingenieros técnicos industriales los colegiados en Coitivigo y más de 6.000 los profesionales colegiados en el conjunto de colegios de la Comunidad Autónoma Gallega.

Por ello, en el acto de clausura el decano tuvo palabras de homenaje para el sector empresarial por su esfuerzo en el conocimiento, su capacidad de innovación y su carácter multidisciplinar para afrontar los desafíos del sistema productivo como pieza esencial del engranaje industrial gallego. Y recordó que, como agradecimiento, el pasado 25 de septiembre, la Junta General de Colegiados de Coitivigo, en sesión extraordinaria, acordó por unanimidad conceder la distinción honorífica de “Empresa Distinguida” al centro PSA Peugeot Citroën de Vigo.

Como se destacó en el acto, su gran vinculación con la profesión –más de 500 titulados trabajan en la planta de Vigo– y su contribución al progreso de nuestra comunidad y a su de sarrollo industrial y productivo, resumen los méritos destacados. Y digo “resumen”, porque como se podrán imaginar, la planta viguesa, en sus también 50 años de actividad, ha evolucionado a un ritmo imparable gracias a los aciertos y cualificación de su equipo directivo y su plantilla.

Comenzó su actividad en 1958 con alrededor de 100 trabajadores. En 1965 la factoría viguesa fabricaba uno de cada cinco vehículos vendidos en España y ya contaba con una plantilla de 500 empleados. Las décadas de 1970 y 1980 fueron años de lanzamientos industriales que convirtieron a Vigo en Centro Piloto de producción. A finales de la década de 1990 nace CEAGA, el cluster de empresas de automoción de Galicia, que agrupa a las empresas gallegas de componentes.

A partir del año 2000, el esfuerzo por poner en marcha las “mejores prácticas industriales” se traduce en éxitos. Según el Grupo, este año “el último lanzamiento ha situado a la planta de Vigo en el mejor nivel europeo en cuanto a calidad de sus ve hículos”. Hoy, se destacó en el acto, “les felicitamos por ello y les animamos a que sigan incentivando el futuro profesional de nuestros ingenieros técnicos industriales”. Por estos merecidos méritos, el decano, José Pose Blanco, le hizo entrega al director general de la planta viguesa de PSA Peugeot Citroën, Pierre Gianni, de una placa conmemorativa que acredita dicha distinción.

Finalmente, y continuando con los actos programados, se pasó a la entrega de las insignias de oro, recayendo en primer lugar en Enrique Ballester Sarrias, por su aportación en la modernización e innovación docente en las enseñanzas de Ingeniería Técnica Industrial, además de su continuada colaboración con las instituciones colegiales durante más de 20 años, el Consejo Gallego de ITI, según el acuerdo alcanzado por unanimidad de su Junta Ejecutiva el 23 de julio del pasado año. Enrique Ballester Sarrias es catedrático de la Escuela Universitaria en el departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad Politécnica de Valencia.

Actualmente y desde 1986, ocupa el cargo de director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño de la misma Universidad. Es de destacar su papel como presidente, desde 1987 a 2006, de la Conferencia de Directores de Escuelas de Ingeniería Técnica Industrial, siendo además el principal impulsor de los Congresos de Innovación Educativa en las Enseñanzas Técnicas. Asimismo, ha sido coordinador de los Libros Blancos de las Ingenierías de la rama industrial en los años 2005 y 2006. Y es autor de 25 publicaciones docentes y ha dirigido más de 150 proyectos final de carrera.

Su trabajo ha sido reconocido dentro y fuera de nuestro país y ahora el Consejo Gallego de Ingenieros Técnicos Industriales ha sumado a su “palmarés” una nueva condecoración con la entrega de su Insignia de Oro, cuya entrega corrió a cargo del concejal del Ayuntamiento de Vigo, Julio Calviño, en representación de dicha corporación.

La siguiente Insignia de Oro de la que se hizo entrega en la tarde del pasado 21 de noviembre, cuya concesión fue acordada unánimemente por la Junta Ejecutiva del Consejo Gallego de ITI, en su reunión del 23 de julio de 2008, fue a Alfonso Guerra González, en reconocimiento al importante impulso que supuso para la profesión la aprobación en 1986 de la Ley de Atribuciones de los Ingenieros Técnicos Indus triales. Con la promulgación de esta ley se favoreció de modo decisivo la implantación de la Ingeniería Técnica Industrial en el tejido productivo de nuestro país, llegando a convertirse en la actualidad en la ingeniería más demandada por las empresas.

Alfonso Guerra, ex vicepresidente del Gobierno español y actual presidente de la Comisión Constitucional del Congreso de los Diputados, es perito industrial por la Escuela de Sevilla y licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. Ha sido profesor en la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica y en la Universidad Laboral, ambas en Sevilla, desde 1964 hasta 1976. Es doctor honoris causa por varias universidades y presidente de fundaciones como la Fundación Sistema o la Fundación Pablo Iglesias. Su intensa trayectoria política y su contribución a la democracia española es conocida por todos.

En el acto, quedó de manifiesto que los ingenieros técnicos industriales de Galicia le agradecen el respaldo institucional a esta profesión que ejerció desde la vicepresidencia del Gobierno de España. La entrega de la Insignia de Oro del Consejo Gallego de Ingenieros Técnicos Industriales a Alfonso Guerra corrió a cargo de la presidenta del Parlamento Gallego, Dolores Villarino.

Sin menoscabar a ninguno de los homenajeados, cabe resaltar asimismo algunos de los aspectos más significativos de este acto recogidos en el periódico Faro de Vigo, del sábado 22 de noviembre del pasado año, con el titular “Guerra sigue dando guerra”: “Sereno, sencillo pero rotundo, el histórico dirigente socialista Alfonso Guerra (1940), dejó ayer en Vigo un pozo de ese orador sarcástico que recuerdan los que ansiaban verlo de nuevo en la palestra.” Le sobró tiempo para arremeter contra personajes públicos, hablar de la memoria histórica, las selecciones autonómicas y de otras cosas más.

El citado medio de comunicación escribía que “se fue con una medalla de oro por su única profesión, ingeniero técnico industrial”. Y añade: “La ironía no abandona al político promotor de la ley que reguló las atribuciones de los Ingenieros Técnicos Industriales. Por eso, Alfonso Guerra fue reconocido ayer por ese colegio profesional de Vigo, que cumple 50 años, y quiso entregarle la insignia de oro. Lo hizo la presidenta del Parlamento, doña Dolores Villariño, no sin dificultad para clavarla en su solapa. Y Guerra se reconoció entre ellos, recordando su “única profesión”, porque la otra, dijo, “es una actividad, larga, pero sólo una actividad” (por la política).

También destacó este medio otras palabras de Alfonso Guerra: “La amistad es la ciencia de los hombres libres”, parafraseando a Camus, y “por eso falta amistad entre los hombres de pensamiento diferente”. Y cerró, el último y largo aplauso.

Desde aquí sólo nos queda añadir la felicitación al decano, José Pose Blanco, y a su junta de gobierno, por la organización y desarrollo de estos actos, congratulándonos al mismo tiempo por los homenajes a personas e instituciones que se han distinguido por trabajar en pro de la defensa de la ingeniería técnica industrial.

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