Clarisa Doval

Vicepresidenta global de Soluciones Digitales en Neumáticos Continental Gmbh (Hannover, Alemania)

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Los profesionales del mundo de la ingeniería son fundamentales, y sin ellos, el progreso se detendría

Clarisa Doval

Clarisa Doval se considera feliz aprendiendo cosas nuevas y buscando nuevos retos personales y profesionales. Y no es para menos, pues su pasión por el trabajo que desarrolla le ha llevado a vivir en varios países: España, Reino Unido, Francia y Alemania, donde reside en la actualidad, además de pasar largas temporadas en América y Asia.

Esta versátil ingeniera de la rama industrial es gratamente reconocida por su habilidad para crear nuevos modelos de negocio y transformar organizaciones en los ámbitos en los que ha enfocado sus esfuerzos, como el sector aeroespacial y, en estos momentos, el de automoción. Centrada en la innovación y la mejora de la experiencia de sus clientes, lidera el desarrollo de productos y servicios físicos y digitales, combinados para ofrecer soluciones integrales a problemas reales.

Clarisa Doval forma parte del elenco de ingenieras que han sido elegidas para participar en la iniciativa “Mujeres ingenieras de éxito y su impacto en el desarrollo industrial”, el programa que hace varios años puso en marcha la Unión de Asociaciones de Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la rama industrial de España (UAITIE), y que incluye la exposición itinerante “Mujeres ingenieras de éxito”, que recorre los distintos Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de España.

Comencemos hablando de los estudios que ha realizado: Ingeniería Industrial, Económicas, MBA, y Máster en Inteligencia Artificial. ¿Cuáles fueron sus motivaciones para realizar toda esta formación que, por cierto, comenzó con una Ingeniería Técnica Industrial?
Me encanta descubrir cosas y nunca me conformo. Tengo una obsesión permanente por seguir aprendiendo y cuestionarlo todo. Comencé con una base en Ingeniería Técnica Industrial, a la que sumé una visión más global con estudios adicionales en Económicas y Administración de Empresas, así como programas de formación específicos en Estrategia e Innovación. La Inteligencia Artificial representa la próxima frontera de la que quiero formar parte.

No se trata de acumular títulos, sino de mantener viva la curiosidad intelectual; de buscar nuevos enfoques que me permitan repensar las convenciones de cualquier sector. La combinación de una educación formal, estructurada por expertos, con la oportunidad de aprender en un área relacionada es el punto ideal al que siempre intento aspirar.

¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo laboral?
Empecé a trabajar muy pronto. El mundo laboral siempre me ha producido curiosidad y traté de encontrar formas de ser parte de él desde muy joven. Mientras cursaba Ingeniería Industrial, ya hacía prácticas en un pequeño gabinete de ingeniería. Combinar estudios y trabajo era un reto, pero me apasionaba aplicar lo aprendido sobre la marcha.

Esa curiosidad por trasladar los conceptos teóricos a la práctica marcó mis inicios laborales. No buscaba empleos a tiempo completo, sino aprovechar cualquier oportunidad que me permitiera ir familiarizándome con entornos profesionales reales.

Una parte muy importante de su trayectoria profesional la ha desarrollado en el ámbito aeronáutico, concretamente en Airbus, en puestos de gran responsabilidad, ¿cuáles son las principales funciones y retos a los que ha tenido que enfrentarse en esta compañía?
La industria aeronáutica es fascinante. En Airbus tuve la suerte de trabajar en diferentes divisiones, con diferentes líneas de producto, desde los sistemas más pequeños hasta los aviones comerciales más grandes. He trabajado gestionando inversiones, infraestructuras, desarrollando la estrategia corporativa de la compañía, y liderando equipos de productos y servicios digitales. Me considero enormemente privilegiada por haber podido hacer cosas tan diferentes a lo largo de mi carrera.

Sin esta variedad de experiencias en un sector tan tecnológicamente complejo y en constante transformación, me habría resultado imposible forjar una visión verdaderamente integral. Airbus fue una escuela inigualable para ejercitar mi agilidad estratégica y operativa.

Además de en España, ha vivido también en Reino Unido, Francia y Alemania, donde reside en la actualidad, y también ha pasado largas temporadas en América y Asia. ¿Qué ventajas y dificultades ha encontrado al trabajar en el extranjero?
Me hacen mucho esa pregunta, y creo que se percibe como una elección más dramática de lo que es. Vivimos en un mundo bastante globalizado y muchas de las empresas que hacen productos y servicios punteros son organizaciones internacionales, incluso aquellas con una matriz española. Si quieres trabajar en la frontera del desarrollo tecnológico tienes que estar dispuesto a considerar vivir en diferentes sitios. Creo que se exagera un poco el riesgo que se acepta al cambiar de país, y que siempre puedes volver.

Para mí, la oportunidad ha sido incomparable. Trabajar en otros países me ha hecho mejor persona porque he ganado en empatía y en la capacidad para entender cómo trabajan otros.

En la actualidad reside en Hannover (Alemania), ya que es vicepresidenta global de Soluciones Digitales en Neumáticos Continental GmbH, donde lidera el desarrollo de productos y servicios físicos y digitales, combinados para ofrecer soluciones integrales a problemas reales. ¿Cómo recaló en esta empresa? ¿Cómo es su día a día en este puesto de responsabilidad y liderazgo?
Llevaba tiempo trabajando en productos y servicios digitales en Airbus, y en Conti buscaban a alguien con experiencia en el desarrollo de este tipo de modelos de negocio. Me gustó la visión que me presentaron, y me pareció un reto interesante cambiar completamente de industria después de tantos años en aeronáutica.

Mi día a día se centra en orquestar las capacidades de mi organización para desarrollar e implementar soluciones tecnológicas innovadoras que resuelvan los desafíos operativos de nuestros clientes. Gran parte de mi tiempo lo dedico a interactuar con clientes clave, comprender en detalle sus necesidades y cocrear soluciones a medida. Paso de reunirme con gerentes de flotas revisando datos de rendimiento, a sesiones de diseño con ingenieros repensando la experiencia de usuario.

Liderar la innovación requiere empatía y coordinación constante. Conecto las diferentes piezas – ingeniería, producto, ventas, servicio – para que trabajen con un propósito unificado. Traduzco requisitos técnicos a casos de negocio y viceversa. Inspiro a mi equipo diverse a cuestionar supuestos y explorar ideas disruptivas. Pero también asumo riesgos calculados, avalamos pilotos con startups punteras, y adquirimos e integramos nuevas capacidades tecnológicas. Aceleramos el ciclo de las ideas más prometedoras para adelantarnos a la competencia.

En este mercado dinámico, la clave es mantenerse ágil y cercano a las operaciones del cliente. Mis días son intensos porque me apasiona este trabajo.

Sin duda, su trabajo en Continental, y también el que ha desarrollado anteriormente en el ámbito aeronáutico, tiene como pilar fundamental la innovación y la creación de nuevos modelos de negocio, ¿cómo vive el proceso de transformación de las compañías en este sentido?
La innovación no es un objetivo, es una obligación constante para cualquier empresa que quiera mantener su competitividad. Las compañías que no se reinventan continuamente, que no desafían las convenciones de su sector, que no cuestionan sus propios modelos de negocio, están condenadas a la obsolescencia.

La verdadera transformación no se logra con parches cosméticos, sino abrazando plenamente el cambio desde la cultura corporativa. Implica atraer talento creativo, empoderado para desafiar dogmas y romper las estructuras establecidas. Es un camino plagado de resistencias internas, pero la alternativa es quedar atrás. En un mundo que avanza sin frenos, la innovación no es un proceso lineal, es un ejercicio de agilidad mental extrema.

La innovación no es un objetivo, es una obligación constante para cualquier empresa que quiera mantener su competitividad

En su opinión, ¿qué pueden aportar los ingenieros de la rama industrial en este sentido?
Versatilidad. Si hay algo que caracteriza a esta ingeniería es la posibilidad de encajar en multitud de industrias y en multitud de trabajos. Vivimos en un mundo de sistemas conectados, y los ingenieros industriales somos capaces de orquestar esta complejidad.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
La incertidumbre. Quizá esto pueda sonar extraño en un momento en el que como sociedad necesitamos más estabilidad, pero me encanta tener la oportunidad de crear y dar forma a lo que pasa en nuestra industria. El futuro no está escrito, lo estamos escribiendo cada día, y lo hacemos juntos personas, empresas, organizaciones no gubernamentales y organismos públicos. Es divertido, es emocionante, y tenemos la capacidad de crear un impacto positivo en la sociedad.

¿Piensa que hoy en día es difícil encontrar y retener talento en este campo tan especializado?
No creo que encontrar talento sea un problema hoy en día. El talento sobresaliente siempre ha existido y seguirá existiendo. Lo que ha cambiado son los canales para captarlo.

Antes las empresas publicaban ofertas y los candidatos aplicaban. Ahora nosotros vamos a la caza de los mejores perfiles de manera más proactiva mediante redes de contacto y presencia online. Ya no confiamos únicamente en bases de currículums tradicionales. Aprovechamos recomendaciones cruzadas e identificamos a profesionales valiosos que brillan fuera de los cauces convencionales.

A pesar de las buenas oportunidades laborales que se presentan para los perfiles más técnicos, en los últimos años se ha detectado una falta de vocaciones por los estudios de ingeniería y carreras técnicas, ¿qué les diría a los jóvenes que no acaban de decidirse por realizar estos estudios?
Tres cosas. La primera es que los profesionales del mundo de la ingeniería son fundamentales para el desarrollo de nuevas tecnologías, infraestructuras, y productos y servicios que mejoran nuestra calidad de vida. Sin ellos, el progreso se detendría. La segunda, que se trata de carreras con excelentes oportunidades laborales y con salarios competitivos. La tercera, que el abanico de potenciales trabajos a los que se puede acceder es inmenso, y es casi imposible no encontrar un campo de ingeniería que se adapte a los intereses y habilidades de cada uno.

Yo elegí estudiar una ingeniería porque quería entender mejor cómo funcionaba el mundo. No sé si lo he conseguido, pero el viaje está siendo extraordinario.

Por último, ¿cuáles son sus próximos proyectos? ¿Tiene pensado regresar a España y continuar aquí su trayectoria profesional?
No lo sé… El mundo es enorme y nunca se sabe dónde y cómo aparecerán las oportunidades más interesantes. Mi estrategia favorita es hacer planes para el futuro para luego ignorarlos y hacer algo distinto y más estimulante. Sea lo que sea, me gustaría aportar mi granito de arena para que podamos progresar como sociedad, y para que lo hagamos desde el respeto, el diálogo, y la colaboración.

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