La reciente celebración de la 65.ª edición de la Feria del Libro de Madrid bien merece algunos comentarios que pueden ser de interés para los profesionales de la ingeniería. Por lo que se ha dicho y escrito en los diferentes medios de comunicación, la feria ha dado una especial relevancia a las ciencias y las letras, además de conmemorar el centenario del Premio Nobel de Medicina concedido al español Ramón y Cajal, eligiendo como hilo conductor de esta nueva edición las obras científicas.
Queremos hacernos eco especialmente de la divulgación científica y el reciente éxito que los libros sobre la misma está alcanzando, porque los conocimientos que en otro tiempo estaban reservados a los especialistas, hoy pueden estar al alcance de todos, simplemente buscando esa anhelada información. El lector, sin lugar a dudas, es el mayor beneficiado al tener a su alcance una oferta de conocimiento científico sin precedentes históricos. El mensaje que estos libros contienen no es otro que el de que la ciencia debe ser comprensible, porque una ciencia que no se haga entender, quizá esté incompleta.
Son innumerables las obras sobre ciencia que en esta feria se ofertan, pero no podemos dejar de hacer mención a la otra gran vía de divulgación científica: internet. Esta red de redes ofrece un importante abanico de intercambios y mantiene en comunicación permanente al mundo de la ciencia, aunque no goza de la aprobación de todos, ya que la red cuenta con detractores que le achacan el vaciar de sentido –y contenido– a los volúmenes encuadernados. En internet se encuentra un sinfín de portales sobre divulgación científica, algunos avalados por un amplio y acreditado equipo de periodistas y científicos, del que destacamos la página web de Redes, uno de los programas de televisión que, de la mano de Eduardo Punset, más ha hecho por la divulgación de la ciencia en España.También hay que citar otras webs que con información e imágenes conmemoran los 100 años de la concesión del Nobel a Ramón y Cajal, un reconocimiento que también destaca la web de CSIC.
La importancia de la divulgación de la ciencia ha sido una constante para la Fundación Técnica Industrial, reflejada a través de artículos publicados en la revista Técnica Industrial y en las tres ediciones de las Jornadas de Ingeniería y Sociedad mediante conferencias impartidas por relevantes especialistas, como ha sido el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (1992), Federico García Moliner, o el catedrático de Electromagnetismo de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio Fernández-Rañada, autor de diversos libros sobre divulgación de la ciencia, o Ignacio Fernández de Lucio, Premio Nacional de Investigación en Transferencia de Tecnología (2005).
En lo que a literatura se refiere, y ahondando en el empeño por el binomio que desde esta columna hemos querido siempre resaltar entre ciencias y humanidades, citaremos para la reflexión estas palabras pronunciadas por el periodista y escritor canario Juan Cruz: “La literatura detiene el tiempo, da alegría y dulzura a la vida…”
De las novedades editoriales presentes en la feria, vale la pena citar las que conmemoran el quinto centenario de la muerte de Cristóbal Colón, como el libro de Mariano Fernández Urresti Colón: el almirante sin rostro. Una biografía heterodoxa, que recoge un cúmulo de variaciones sobre las diversas cuestiones debatidas en torno a la vida y obra del almirante, o El último viaje de Cristóbal Colón, de Klaus Brinkbäumer y Clemens Höges, reporteros de Der Spiegel, prologado por Consuelo Varela, una importante especialista en la temática colombina. También la editorial Espasa Calpe se suma al quinto centenario aludido con la publicación de Los cuatro viajes del Almirante y su testamento, del propio Cristóbal Colón, una edición de los textos colombinos básicos que, según el parecer de críticos literarios, no se trata de la mejor entre las que están a nuestro alcance.
Finalizamos con un peculiar y sencillo homenaje al Premio Nobel Ramón y Cajal, a quien debemos que la divulgación de la ciencia en nuestro país empiece a gozar de mayor prestigio y que nuestros científicos hayan empezado a abandonar prejuicios academicistas y se muestren dispuestos a explicar sus conocimientos.
