Antonio Díaz Ruiz

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«La prevención es clave para la competitividad»

Apostar por la prevención en tiempos de recortes es garantía de éxito en las empresas, ya que se logra la reducción de la siniestralidad y el absentismo laboral. Así resume Antonio Díaz Ruiz, subdirector de Promoción de la Salud en la Sociedad Estatal Correos, vicepresidente de la Asociación Española de Servicios de Prevención Laboral (AESPLA) y colegiado de Navarra, el acierto y la necesidad de integrar esta área en las actividades cotidianas de las organizaciones, ya que, a su juicio, «es clave para su competitividad».

Ingeniero técnico industrial por la Universidad Pública de Navarra en 1999 y máster en Seguridad, Higiene, Ergonomía y Salud Psicosocial, Díaz Ruiz reúne uno de esos currículos que avalan de entrada su trayectoria. Se ha formado con diversos cursos de alta gestión, como el Programa de Dirección General del IESE y el curso de alta dirección empresarial de la Universidad de Deusto y profesionalmente siempre ha estado vinculado con la prevención de riesgos laborales. Ingresó como técnico de prevención en Mutua Navarra en 1997, hasta ocupar el cargo de director del Servicio de Prevención.

En 2009 se decidió a dar el salto a Madrid para abordar un «apasionante reto»: fomentar un cambio cultural en la empresa Correos, una organización de más de 50.000 empleados y 5.000 centros de trabajo. ¿Su objetivo principal? Mejorar los resultados de la salud en esta compañía, es decir, prevenir la aparición de enfermedades, generar hábitos saludables y gestionar de forma eficaz la incapacidad laboral que no se haya podido evitar.

Los resultados en cifras son claros. Se ha logrado reducir el absentismo en torno al 45% y la siniestralidad, al 56%. Según señala, esto es «fruto de un proceso continuo de cambio cultural que se está produciendo en la compañía y que tiene como motor del mismo el plan de formación en prevención de riesgos laborales».

Y todo ello, además, con el apoyo de la dirección de la compañía, tanto a nivel económico como de recursos humanos y materiales. A su juicio, todo esto redunda en unas mejores condiciones de seguridad y salud para los empleados, que hacen que la empresa sea más competitiva, tal como se ha reflejado con las cifras mencionadas anteriormente».

No obstante, añade, «aún tenemos ante nosotros un gran reto, que no es otro que el de conseguir una mayor implicación de la línea operativa de la compañía en cuestiones de salud laboral, haciendo que la línea de mando se comporte de la misma forma que un padre lo hace con su hijo en la vida cotidiana». Por ello, Correos «está dedicando importantes recursos económicos, materiales, temporales, etc. a favorecer este cambio cultural en la organización, desarrollando todo tipo de actividades encaminadas a promover en los mandos de la compañía el desarrollo eficaz de sus funciones y responsabilidades en prevención de riesgos laborales».

La prevención en España

Convencido de que la colaboración de cada empleado y la implicación de la dirección son claves en este proceso, Díaz Ruiz reconoce que el sector de la prevención tampoco ha logrado escapar a los «efectos devastadores de la crisis», aunque se aprecien síntomas de una leve recuperación. En este sentido, asegura que en España «aunque se ha mejorado sustancialmente, se siguen prestando servicios para que el empresario pueda cumplir con la legislación vigente y son pocos los que están orientados a la obtención de resultados en prevención, que es lo fundamental».

«Aún queda un camino largo por recorrer, tanto por los SPA [Servicios de Prevención Ajenos], como por las empresas que solicitan sus servicios, en aras de fijar un objetivo común y que no es otro que la reducción de la siniestralidad y, por tanto, la mejora de la salud de los trabajadores de una compañía», sostiene.

A su juicio, la PRL es clave para la competitividad de las empresas. «Cada año que pase, iremos observando más y más la diferencia entre unas compañías y otras en esta materia. Apreciaremos que aquellas que hayan apostado por una integración de la PRL en sus procesos operativos serán mucho más competitivas que aquellas que no hayan adoptado este modelo de gestión, con todas las consecuencias que de ello se derivan. Obviamente, cada empresa es libre de tomar sus propias decisiones, que le llevarán al éxito o al fracaso en el mercado tan competitivo que ya estamos viviendo».

En este sentido, apuesta por la formación de todos los profesionales. «Cometeríamos un error si pensamos que solo los perfiles técnicos deberían formarse y capacitarse en esta materia. Este conocimiento es transversal a toda la compañía, y tan importante es la formación del personal técnico como puede ser la de un ingeniero técnico industrial o, por ejemplo, la de un economista que debería tener entre otras funciones las de facilitar recursos económicos para el buen desarrollo de la prevención en la empresa.

Por último destaca el papel de AESPLA, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como fin colaborar en la mejora de la gestión de los servicios de prevención laboral, mediante las siguientes actividades: compartir experiencias en el campo de la prevención, reconocer las mejores prácticas, participar en foros de análisis de la gestión y funcionamiento de los servicios de prevención, estudiar la aplicación de los requerimientos legales en esta materia y presentar planteamientos y consultar a la Administración.

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