Anna Navarro Schlegel
Vicepresidenta de NetApp y recientemente nombrada como “la mujer más influyente en el mundo de la tecnología”
“Para trabajar a esta velocidad es necesario estar muy atento y abierto a la adaptación constante”
De Olot, en la provincia de Girona, a Silicon Valley, en San Francisco (EE.UU), esta es la historia de éxito y superación de esta catalana que ha sabido forjarse una trayectoria profesional brillante hasta convertirse en “la mujer más influyente en el mundo de la tecnología”, en 2020, según la prestigiosa revista tecnológica de EE.UU. Analytics Insight (especializada en información sobre el sector tecnológico y el análisis de Big Data).
Tras licenciarse en Filología Alemana e Inglesa, y cuando trabajaba en la compañía British Airways, le surgió la oportunidad de pasar un año en San Francisco. Allí comenzó su particular escalada en el epicentro del mundo tecnológico, hasta llegar al puesto de responsabilidad que ocupa en la actualidad, como vicepresidenta de NetApp, una de las compañías de almacenamiento de datos más destacadas a nivel mundial. ¿Cómo lo ha conseguido? Así nos lo cuenta en la siguiente entrevista.
¿Qué significa para usted que la revista Analytics Insight la haya nombrado como “la mujer más influyente en el mundo de la tecnología”?
Un gran reconocimiento del trabajo en equipo, de tantos años, de tanta innovación, reuniones, sesiones imaginativas sobre qué nos traerá el futuro, un reconocimiento a las mujeres que están en este campo. ¡No sé! Un gran conjunto de experiencias, esfuerzo y resultados de productos técnicos que ayudan a millones de personas alrededor del mundo.
Con tan solo veintitrés tres años, en 1992, decidió hacer las maletas y marcharse a EE.UU ¿Qué le llevó a tomar esta decisión? ¿Cómo recuerda la experiencia?
¡Creo que cumplí justo los 24 al llegar porque recuerdo que enseñaban los Oscars por la tele y recuerdo pensar que por primera vez lo podría ver en directo! Fue una experiencia de coraje, de juventud, de querer ver más mundo, pero también de no conocer a casi nadie, de choque cultural, ¡de conocer a un montón de gente ese primer año que todavía son mis mejores amigos aquí ahora! Había estado en Los Ángeles un año antes, y venir a San Francisco me pareció mejor para mí. Me pareció una ciudad más como las europeas. Eso fue importante para entender cómo moverme.
Una vez allí, empieza a escalar de una empresa tecnológica a otra hasta llegar a ser vicepresidenta de NetApp, una de las compañías de almacenamiento de datos más potentes del mundo, y al mismo tiempo una de las grandes empresas de Silicon Valley. ¿Fue un camino difícil llegar a este puesto de responsabilidad?
Cuando llegué a California trabajé primero para British Airways en el aeropuerto un par de años, y en paralelo fundé mi primera compañía, que era una agencia de traducciones, y partir de ahí tuve clientes ya del Sillicon Valley que estaban preparándose para llevar su negocio y productos técnicos a Asia, Latinoamérica o Europa. Uno de mis clientes me conectó con Cisco Systems; ellos querían formar su primer equipo de globalización, y con otros tres chicos europeos empezamos a trabajar juntos para ayudar a Cisco a expandirse internacionalmente. Fue ahí cuando vendí mi compañía y me dediqué enteramente a trabajar con Cisco unos 6 años. Aprendí muchísimo, y éramos uno de los primeros equipos de globalización del Silicon. Teníamos que pensar cómo el mundo más importante de telecomunicaciones entraría en países como la India o Japón.
Desde entonces pasé por Xerox, VeriSign, VMware y también fui la responsable de una agencia neoyorquina de temas de globalización. Siempre trabajando en cambiar cómo estas compañías cambiarían sus finanzas, de hacer que sus porcentajes de ganancias entren en gran parte de fuera de los EE.UU, o que lo complemente. Mi responsabilidad es que las empresas introduzcan sus productos en más de 140 países de manera muy exitosa. Aprender eso significa que he trabajado para jefes de estrategia, de producto, de ingeniería, de marketing, operaciones, transformación, etc. A mí me cambiaban el jefe una vez al año, a veces cada dos. Tenía que aprender cómo funcionan las empresas muy detalladamente, porque entrar en otro país es toda una orquestra. Normalmente he sido yo la que ha pedido el cambio.
¿Qué cualidades piensa que es necesario tener para lograr el éxito profesional?
Para mí ha sido un conjunto de cosas, comprender qué quiere hacer la compañía y presentar cómo les vas ayudar a ser mejores o lograr sus metas. Prepararse para explicar las cosas en un minuto y que personas de varias culturas lo entiendan más o menos la primera vez que lo explicas, aprender a escuchar de verdad, a entender la tecnología en la que trabajas, aprender a ser líder en cada promoción, aprender diplomacia, aprender a escribir bien… A llevar un equipo de varios países. A dejarte criticar, y a que te den feedback constantemente. A reír. A levantarte con energía cada día. A descansar y cuidarte.
¿Cuál es la base del trabajo que se desarrolla en NetApp? ¿Qué innovaciones tecnológicas se desarrollan en la empresa?
Conseguir el cloud más adecuado es la especialidad de NetApp. Hemos pensado en todo para que no tenga que hacerlo el cliente. Somos los líderes en soluciones de almacenamiento en cloud híbrido, público y cualquier otra opción intermedia. Como experto en almacenamiento en cloud, no hace falta decir que los servicios cloud de NetApp son insuperables. Por fin permiten desbloquear el verdadero potencial del cloud.
Desde el almacenamiento y los servicios a la mayoría de soluciones cloud pioneras del mundo, NetApp simplifica la vida de los equipos que organizan las instalaciones y arquitecturas de más de 42.000 empresas.
¿Cómo es el equipo de trabajadores que lidera?
Está en 22 países. Tengo 6 directores que trabajan para mí directamente, y un equipo de 3 personas que me organizan constantemente. Cada director lidera un equipo. Estas 9 personas son con quien hablo constantemente, con quien diseño la innovación de globalización, de mecanismos de ingeniería, de políticas digitales. También soy patrocinadora de 3 equipos más, uno de ellos el de 1.300 mujeres en tecnología NetApp.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo y, por el contrario, lo que le resulta más difícil de llevar?
Me encanta Women in Technology, donde hacemos un trabajo excelente para preparar a las mujeres de NetApp a que realicen sus sueños técnicos y personales. Lo más difícil es quizás adaptarse muy rápidamente cuando adquirimos una nueva compañía de varias partes del mundo. No lo encuentro difícil, pero es un proceso largo y delicado.
Por otra parte, me encantó ser parte del equipo que llevó NetApp a China, como también lo hice para VMware.
En 2008 fundó, junto a otras personas, la ONG Women in Localization, de la que fue presidenta de 2016 a 2018. ¿Cuál es el objetivo de esta organización sin ánimo de lucro?
Fundamos esta ONG con dos amigas del alma en 2008, con las que hablo casi semanalmente. Creo que las tres hemos sido “presidenta” varias veces desde entonces, pero nos vamos rotando para dar la oportunidad a nuevas mujeres. Ser la presidenta ahora mismo viene con muchísima responsabilidad, ya que tenemos miles de miembros, estamos en 30 países y la lista de espera para expandir es muy larga.
La asociación agrupa a mujeres y hombres del mundo de la globalización. Tenemos tres pilares: avanzar a las mujeres profesionalmente, avanzar la innovación de la globalización, y ofrecer una gran plataforma y comunidad para los profesionales de globalización. Empezamos tres amigas… es una organización que me orgullece día a día. Cada día me llama o escribe alguien de un país para decirme que son las jefas de ese país, o que atendieron una sesión que les animó a cambiar su tecnología, o aprendieron palabras nuevas para hablar mejor delante de su jefa. Tiene muchísimo impacto.
¿Qué piensa del papel que desempeñan las mujeres en el ámbito de la tecnología y la innovación?
Igual que el de los hombres. No son ni peores ni mejores. Pero somos menos desafortunadamente.
¿Cómo se podría mejorar la situación actual de las mujeres en estos ámbitos?
Cambiando las tradiciones dentro de cada compañía. Las compañías necesitan un plan efectivo para hacer entrar a las mujeres desde los equipos de dirección a jefes de proyecto que salen de la universidad, añadiendo formación para todos los empleados de cómo ser un equipo diverso. Aquí, por ejemplo, no solo hablamos del tema hombre mujer, sino también de la diversidad de orientación sexual, culturas, intentamos reincorporar a veteranos de la guerra, etc. A mí me gusta poner objetivos y métricas para entender la base de la que partimos y luego entender que jefas y jefes las cumplen. No podemos esperar.
¿Llevan a cabo algunas medidas e iniciativas en NetApp, en este sentido?
Sí, tenemos grupos de diversidad, nos reunimos cada semana para entender cómo lo estamos haciendo, ofrecemos entrenamientos, muchísimas sesiones para que todos los empleados puedan sentirse que están aprendiendo y que vean que los empleados representen a la sociedad. Buscamos a gente de diferentes grupos culturales en universidades…
¿Cómo ve el futuro de la Inteligencia artificial y del almacenamiento de datos? ¿Queda todavía mucho camino por recorrer en este aspecto?
La Inteligencia Artificial no es el futuro, está aquí hace muchos años. En las empresas Fortune, hospitales, grandes instituciones financieras, redes sociales, centros espaciales, etc., usan IA desde hace muchos años. Quien no la use todavía se está quedando atrás. Poder analizar billones de datos solo se consigue rápidamente con inteligencia artificial. A nuestro nivel y velocidad para ser muy relevante no tenemos otra solución. Les invito a mirar el producto de NetApp que se llama Active IQ. Cada uno de nuestros clientes recibe esta plataforma de inteligencia artificial, les explica en cada segundo si su infraestructura tiene que cambiarse, identifica problemas y los resuelve independientemente, les indica la salud de sus datos, temas de seguridad, etc. Usamos la inteligencia artificial para cientos de cosas. Es por eso que las empresas aquí están empleando a muchos analistas de datos.
¿Nota una gran diferencia en la mentalidad, capacidad de innovación y liderazgo entre Estados Unidos y Europa?
Creo ver equipos muy tradicionales en Europa. No digo que aquí tampoco los haya, pero la velocidad con la que trabajamos aquí, a esta escala, viene con la mentalidad de Google, Microsoft, Amazon; el cambio es en cada hora, no en cada día, las cosas cambian de la mañana a la tarde. Y para eso tienes que estar muy atento, dedicado, y abierto mentalmente a la adaptación constante.
¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?
Hacer que una desarrolladora o un desarrollador de código no tenga que corregir el código que se utiliza para expandir cualquier producto globalmente. Hemos creado unos mecanismos para que la inteligencia artificial lo haga durante la noche y aprenda a hacerlo mejor basándose en los errores humanos. Estamos a punto de explicarlo al mundo. Somos los primeros en lograrlo y estamos super emocionados.