Alfonso Castro Rodríguez

Presidente de la Asociación Estatal de Representantes de Alumnos de Ingenierías en el Ámbito Industrial (AERRAAITI)

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“Es un gran momento para estudiar una ingeniería de la rama industrial, por la alta demanda de nuestros perfiles”

Alfonso Castro Rodríguez

A finales de la década de los años 80, del siglo XX, nacía una asociación estudiantil denominada Asamblea Nacional de Estudiantes de Ingeniería Técnica Industrial. Tras unos años de trabajo conjunto, en la que destacan los logros conseguidos y la experiencia adquirida, se constituye, el 22 de octubre de 1994, en la EUITI de Barcelona, la Asociación Estatal de Representantes de Alumnos de Ingeniería Técnica Industrial, precursora de la actual AERRAAITI, que adopta su denominación definitiva, Asociación Estatal de Representantes de Alumnos de Ingenierías en el Ámbito Industrial, en abril de 2014.

Desde entontes, numerosos estudiantes han formado parte de las diferentes Juntas de Gobierno de la asociación, con el objetivo común de conseguir mejoras en su formación y de cara a su futuro profesional como ingenieros. De ahí que la relación con los Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales, y con su Consejo General, haya sido siempre de estrecha colaboración.

Alfonso Castro Rodríguez, presidente de la AERRAAITI desde marzo de 2023, cuando fue elegido para dicho cargo en el marco del LXVIII Congreso, celebrado en Ciudad Real, nos habla a lo largo de esta entrevista de las principales inquietudes y objetivos más inmediatos de la asociación.

Cuando está a punto de cumplirse un año de tu elección como presidente de la AERRAAITI, ¿cuál es balance de este primer año?

Creo que el balance de este año ha sido positivo. Uno de los objetivos que nos hemos fijados ha sido fortalecer la colaboración con el resto de sectoriales de Ingeniería. A lo largo de estos meses, hemos tenido la oportunidad de colaborar con RITISI (informática) y el CEET (telecomunicaciones), participando en mesas redondas y ponencias, y en sus actividades. A finales de abril confío en poder tener firmado un convenio de colaboración para formalizar la relación que hemos tenido estos meses.

En cuanto al trabajo interno, creo que hemos conseguido continuar el nivel de actividad que venimos teniendo durante los últimos años. Aunque se nos han quedado algunos proyectos en el tintero, que estamos trabajando para poder tener listos antes del LXI Congreso, que tendrá lugar en Ferrol a mediados de abril.

“Actualmente revisamos la relación empresauniversidad”

¿Cómo fue tu incorporación a la asociación?

Es curioso, porque mi incorporación a la asociación fue un imprevisto de última hora. En aquel momento yo estaba muy involucrado con la representación en mi centro, y cuando se pidieron voluntarios para ir al Congreso de Almería, ni siquiera me planteé ir. A pocos días de salir, una de mis compañeras se puso enferma y el delegado me convenció para acudir en su lugar.

En Almería me enamoré de la asociación, de su labor y de la gente que participaba. A partir de entonces, desde mi delegación decidimos tener una mayor implicación con la sectorial, participando en las comisiones y organizando un congreso. Recuerdo con mucho cariño esa primera toma de contacto, y es un ‘giro del destino’ del que estoy muy agradecido.

¿Cuáles son las principales inquietudes y reivindicaciones que lleváis a cabo desde la AERRAAITI?

Nosotros tenemos una línea de reivindicaciones que se mantienen comunes a lo largo del tiempo, como puede ser la relación entre los centros y las empresas, la garantía de la calidad de los estudios o la internacionalización.  Son parte de una lucha de mejora continua que siempre son tema de debate en nuestros congresos. Actualmente nos encontramos revisando uno de nuestros posicionamientos con respecto a la relación empresa-universidad, con especial foco en las prácticas y la implementación de los grados duales, en los que parte del currículo se desarrolla en la propia empresa, impartiendo los conocimientos teóricos en paralelo con la práctica.

Además de estos temas inherentes a la representación estudiantil, también tratamos de estar muy pendientes de los cambios legislativos que nos afecten como estudiantes o como futuros profesionales, para poder aportar nuestro punto de vista durante los periodos de exposición pública. Recientemente remitimos una enmienda al proyecto de ley en el que se matizaban las ramas de conocimiento del RD 822/2021, que quedó en el aire con las elecciones, y estamos a la espera de ver cuál es el rumbo que toma el nuevo Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

En tu opinión, ¿debería haber una mayor relación entre la universidad y las empresas, especialmente en materia de prácticas y en la incorporación de los graduados al mundo laboral?

Las prácticas en empresa deberían ser una parte fundamental en la transición entre la vida académica y la vida laboral de nuestros estudiantes universitarios. Es una fórmula que permite que la empresa incorpore a futuros profesionales a sus vacantes durante unos meses, y en la que comprobar que ambos están conformes y cumplen con las expectativas del otro.

Sin embargo, en la actualidad estas prácticas se convierten en muchos casos en un trámite o una formalidad para la obtención del título, o en una fórmula para que las empresas ahorren en costes salariales, utilizando a los estudiantes como mano de obra para tareas básicas de administración. Creo que tanto escuelas como empresas deberían realizar un esfuerzo para poder sacar el máximo partido de una excelente oportunidad como son las prácticas en empresa.

En la actualidad, estás cursando cuarto curso del Grado en Ingeniería en Organización Industrial, en la intensificación de Producción y Logística, en la Escola de Enxeñería Industrial de la Universidade de Vigo. ¿Qué te llevó a estudiar una Ingeniería?

Aunque me planteé estudiar Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, siempre me gustaron las asignaturas técnicas y las TIC, así que decidí seguir los pasos de mi padre, que siempre ha trabajado en protocolos de comunicación en red, y comencé el Grado en Ingeniería de Telecomunicaciones. Sin embargo, durante mi etapa como estudiante allí, entré en el equipo de Formula Student de mi universidad, UVigo Motorsport, que estaba muy vinculado con la Escuela de Ingeniería Industrial.  Tras pasar un año rodeado de estudiantes de todas las ramas de industriales, me di cuenta de que la Organización Industrial era algo que despertaba en mí mucha más pasión que las telecomunicaciones, y decidí cambiarme de grado.

¿Estos estudios están cumpliendo tus expectativas? ¿Qué aspectos se tendrían que mejorar? En general, diría que tenemos unos estudios de calidad, que funcionan y que forman ingenieros resolutivos y capacitados. Sin embargo, en las últimas décadas hemos vivido unas grandes y rápidas transformaciones sociales e industriales, como la globalización o el cambio a un Espacio Europeo de Educación Superior, con el famoso ‘Plan Bolonia’. Creo que estos cambios nos han dejado unos desafíos que sólo se pueden responder en clave internacional, como la cooperación en la docencia y la investigación, la estandarización de las titulaciones y los conocimientos o los retos que afronta la industria española por la fuerte competencia de los mercados globales.

¿Qué metas y objetivos te planteas de cara a tu trayectoria profesional? ¿Cuáles son tus aspiraciones profesionales cuando finalices tus estudios? Las ingenierías de ámbito industrial, y en especial la Organización Industrial, abren un amplio abanico de oportunidades en diferentes sectores, desde la gestión de la cadena de suministro hasta la optimización de procesos y la consultoría empresarial. Me gustaría aprovechar mis primeros pasos en la industria para experimentar en diversos campos y descubrir cuál se alinea mejor con mis habilidades y pasiones. En un primer lugar, me gustaría poder poner en práctica los conocimientos de mejora continua, sobre todo en lo referente a la optimización de procesos. Algo que tengo claro es que quiero seguir complementando mi formación en aquellos campos que más disfrute, para poder mantenerme al día y aportar una visión más informada y experta.

¿Qué percepción tienes de la profesión de ingeniero de la rama industrial en el momento actual? Creo que es un gran momento para estudiar ingeniería industrial; los perfiles de nuestras ramas tienen una alta demanda por parte del mercado laboral, y creo que en los próximos años se cotizarán aún más nuestros perfiles. Las políticas de la UE, como la relocalización de la industria manufacturera o las políticas de descarbonización, van a ir acompañadas de un gran crecimiento y desarrollo de las industrias productivas y de generación de energía. Esto también arrastrará a toda la industria auxiliar y las necesidades de desarrollo de infraestructura de distribución y transporte de energía y bienes.

“Estamos pendientes de los cambios legislativos que nos afectan”

Desde el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI) y los colegios profesionales siempre se intenta transmitir a los alumnos que cuando finalicéis vuestros estudios no estaréis solos al iniciar vuestra carrera profesional, ya que contaréis con los Colegios de vuestra demarcación para ayudaros y asesoraros. ¿Cómo percibís los alumnos la labor que se realiza desde los colegios profesionales?

El COGITI siempre ha sido excepcionalmente generoso con la AERRAAITI, y siempre está pendiente de nuestras reivindicaciones y de acompañarnos y apoyarnos en nuestras actividades. Yo creo que todos los alumnos que tienen la oportunidad de conocer el trabajo del Consejo General y de los colegios valoran de forma muy positiva su labor y trabajo de defensa de las ingenierías de ámbito industrial.

A finales del pasado año, la Ingeniería Técnica, a través del INGITE, reunió a representantes de alumnos y directores de Escuela para poner en común cuestiones que afectan a profesionales, estudiantes y docentes, ¿cómo fue la experiencia? Entender y valorar la diversidad de puntos de vista sobre un mismo problema es esencial para el progreso, la innovación y la justicia en cualquier campo, y la ingeniería no es una excepción. Haber podido participar en este encuentro ha resultado ser una experiencia extremadamente enriquecedora, donde hemos podido aprender de las experiencias únicas de cada participante. Cada uno, desde nuestra experiencia única, nuestros conocimientos y enfoques particulares, hemos podido aportar nuestra visión, permitiéndonos alcanzar como grupo una reflexión mucho más creativa, conciliadora e integradora.

La colaboración entre profesionales, educadores y estudiantes crea un ambiente propicio para el aprendizaje mutuo, y espero de corazón que estos espacios de diálogo multidisciplinario sigan teniendo lugar en el futuro, permitiéndonos abordar los problemas desde diferentes ángulos, y llegar a acuerdos más robustos, informados y que nos hagan avanzar como sociedad

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