Adaptándonos para el futuro
Desde los colegios debemos mantener nuestro compromiso de, a pesar de la difícil situación económica que vivimos todos, y sobre todo para ayudar a sobreponernos a la misma, ofrecer a nuestros colegiados –y por extensión a toda la sociedad de nuestro ámbito– unos servicios de interés con actuaciones que vayan desde el visado de los trabajos profesionales, con la consiguiente cobertura de nuestra póliza colectiva de seguro de responsabilidad civil, hasta una amplia oferta formativa no centrada sola-mente en la técnica, sino con referencias también por ejemplo a aspectos de gestión, tan importantes en nuestros días.
“La mejor forma de minimizar los efectos de esta situación de incertidumbre en la ingeniería técnica industrial es mantener un Cogiti fuerte, sólido, plural pero unido en los temas verdaderamente importantes”
En la línea de la oferta formativa, la plataforma de formación online puesta en marcha desde nuestro Consejo General, presenta una alternativa muy valiosa, que hay que unir a la exitosa propuesta del sistema de acreditación de desarrollo profesional continuo DPC Ingenieros. La puesta en marcha de este sistema pionero se ha traducido en una herramienta de gran valor para favorecer aspectos fundamentales como el de facilitar la movilidad de nuestros profesionales en el exterior, algo tan importante en estos tiempos.
Y es que, aunque sea duro de asumir para las familias y para la propia sociedad, que después de invertir ingentes recursos en la formación de los nuevos profesionales, a estos no les quede casi otra salida mejor que marcharse al extranjero, la realidad es que en este mundo cada vez más globalizado, internacionalizarse puede ser una alternativa.
Reforma de la enseñanza superior
A la difícil situación económica comentada, hay que añadir la incertidumbre que en las instituciones de la ingeniería técnica industrial provocan cambios como la reforma de las enseñanzas superiores, que al amparo de la autonomía universitaria han derivado en algunos casos en un auténtico caos de nombres para un mismo título de grado en ingeniería.
Con la reforma de las enseñanzas técnicas se pretendía acabar con esa especificidad anacrónica española, en virtud de la cual en nuestro país, carreras universitarias distintas, de duración distinta, permiten “trabajar de lo mismo”. Tristemente la realidad es otra, y después de planificar durante muchos años el cambio, parece que desde algunos ámbitos se quiere imponer un inmovilismo que siga manteniendo los niveles anteriores.
Contra ese inmovilismo, y esa tendencia retrógrada, la ingeniería técnica industrial española plantea verdaderas alternativas de cambio, de adaptación, de futuro, como un proceso de homologación de títulos justo, aplicando criterios de racionalidad y proporcionalidad frente a otras propuestas que parecen diseñadas más desde una posición elitista y mercantilista.
Otra lucha en la que “bregamos”, como decimos en Canarias, son los procesos ultraliberalizadores puestos en marcha desde las instituciones gubernamentales, pretendiendo dejar de lado la figura de los colegios profesionales, corporaciones de derecho público fundamentales para garantizar principios de calidad y seguridad en el servicio a los ciudadanos.
Un Cogiti fuerte
La mejor forma de minimizar los efectos de esta situación de incertidumbre en la ingeniería técnica industrial es mantener un Consejo General fuerte, sólido, plural pero unido en los temas verdaderamente importantes, de manera que afrontemos las reformas aún por venir con las máximas garantías de éxito para nuestra profesión, para nuestros profesionales, en definitiva.
La realidad es que, en una sociedad cada vez más globalizada, quien crea que por libre puede obtener algún rédito está, creo, equivocado. Y es que por venir tenemos algo tan trascendental para como la Ley de Servicios profesionales, que ineludiblemente marcará nuestro futuro.
Dice Sun Tzu en El Arte de la Guerra, que “evitar la confrontación contra formaciones de combate bien ordenadas y no atacar grandes batallones constituye el dominio de la adaptación”. Extrapolando e interpretando un texto de más de 2.500 años a nuestros días, nuestras instituciones están ahora mismo inmersas en ese proceso de adaptación del que seguro y con el apoyo de todos saldremos adelante.
En cualquier caso, los ingenieros técnicos industriales tendremos, por tanto, que adaptarnos a los nuevos y difíciles tiempos, sacando el máximo provecho de los mismos, igual que lo hicieron los peritos industriales e igual que esperemos lo harán los graduados en ingeniería. A todos se lo debemos.
Antonio Miguel Rodríguez Hernández
Decano del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de Santa Cruz de Tenerife