Concesión de la Encomienda del Mérito Civil a Juan Ignacio Larraz, decano de Aragón
El pasado día 4 de diciembre de 2003 se celebró en la Delegación del Gobierno en Aragón un acto institucional conmemorativo de los 25 años de la Constitución Española. En dicho acto fueron impuestas condecoraciones a diversas personas que, por su trayectoria profesional o social, se han hecho acreedoras de ellas. Entre los condecorados estaba el decano de Aragón, Juan Ignacio Larraz Plo, que fue distinguido con la Encomienda de la Orden del Mérito Civil, concedida por Real Resolución de 24 de junio de 2003.
Tras dar la bienvenida al numeroso público asistente por parte del delegado del Gobierno, Eduardo Ameijide, el secretario general procedió a dar lectura de los decretos de concesión de las distinciones que fueron impuestas por distintas personalidades. Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, fue el encargado de imponer la distinción al decano. Cerró el acto el delegado del Gobierno con una amplia apología de la Constitución Española y lo que ha representado para el país a lo largo de sus 25 años de existencia.
Finalizado el acto institucional, los amigos y compañeros de Juan Ignacio Larraz se reunieron en una cena homenaje a la que asistieron un centenar de personas y a las que se sumaron diversas autoridades, entre las que se encontraban el delegado del Gobierno, Eduardo Ameijide; el ex presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza y senador José Ignacio Senao; el ex consejero José María Rodríguez Jordá; el director general de Industria de la Diputación General de Aragón, Javier Navarro Espada; Fernando Labena; los directores de las escuelas de Zaragoza y La Almunia, Lola Mariscal y Antonio Ortega, y representantes de colegios profesionales. Finalizada la cena, hizo uso de la palabra el vicedecano, Jesús Madre, que glosó la figura de Juan Ignacio con las siguientes palabras:
“Hoy vamos a rendir homenaje de afecto y de cariño a nuestro decano, Juan Ignacio Larraz, con motivo de la concesión de la Encomienda de la Orden del Mérito Civil, distinción a la que se ha hecho merecedor tras una brillante y fecunda gestión al frente del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Aragón. ¿Qué ha hecho Juan por el Colegio? Todo. Trabajador nato, organizador donde los haya, le ha dado a nuestro colegio una dimensión insospechada. Se ha distinguido en la defensa de nuestra profesión, que atraviesa por momentos difíciles. Planes de estudio, atribuciones y un sin fin de problemas que hace que nuestro Consejo General esté en permanente alerta para ir solucionándolos. De este Consejo forma parte nuestro decano y, en los momentos álgidos, ha formado parte de su Junta Ejecutiva, llevado por su compromiso hacia la profesión. Ha sido, y es, un gran soporte y excelente valedor del presidente del Consejo, a su vez decano del Colegio de Badajoz. Tanto se ha distinguido en esta colaboración, que el Colegio de Badajoz le ha entregado, el día 29 de noviembre, el título de Colegiado de Honor. Tuve la suerte, junto con otros compañeros de la Junta, de asistir a tan emotivo acto.
“No termina ahí su voluntad de trabajo. Recientemente fue nombrado presidente de La Mupiti, la mutualidad que acoge a peritos e ingenieros técnicos industriales. Su labor, al frente de la misma, ya comienza a dar sus frutos. Las relaciones con las escuelas de Zaragoza, Huesca y La Almunia se han fortalecido durante su mandato. Se prestan ayudas a los alumnos, se hace la imposición de insignias de la profesión y un largo etcétera. Esta colaboración redunda en que, al acabar su carrera, se incorporan al colegio como miembros del mismo. Nuestro colectivo alcanza ya los 4.600 colegiados.
“Durante su mandato se ampliaron los locales del colegio, creando cuatro aulas en las que se imparten cursos para el reciclaje de nuestros colegiados. Seguimos celebrando las Jornadas de Energía y Medio Ambiente, que este año van por la XIII edición, siempre con el apoyo de los consejeros correspondientes del Gobierno de Aragón, a los que aprovecho la ocasión para manifestarles nuestro agradecimiento. Otra faceta de Juan, la profesional, es la de jefe provincial de Extinción de Incendios de la Diputación Provincial de Zaragoza, donde ejerce con entrega, oficio, responsabilidad y rigor, siendo un valioso servidor en la lucha contra el fuego y los desastres naturales de nuestra provincia.
“Por todo ello, la Asociación y la Junta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Aragón, decidieron por unanimidad solicitar, para el decano, la Encomienda de la Orden del Mérito Civil. Aprovecho para agradecer, en nombre del colegio, las adhesiones que hemos recibido de tantas autoridades, instituciones y personas para avalar nuestra petición. Y a don Eduardo Ameijide, delegado del Gobierno, agradecerle el apoyo que ha dedicado en pro de esta concesión, y que nos honra a todos los ingenieros técnicos industriales.
“Querido decano, luce con orgullo sobre tu pecho tan preciada distinción, pero no olvides nunca lo que ella representa: servicio a los demás. Sabes que cuentas con nuestro apoyo y amistad para afrontar los retos del futuro. Con un fuerte abrazo, nuestra cordial enhorabuena, extensible a tus padres, a tus hijos, y a tu encantadora esposa Elena. Gracias”.
Las intervenciones de José Ignacio Senao, de José María Rodríguez Jordá, de Javier Navarro Espada y Eduardo Ameijide estuvieron destinadas a resaltar la figura de Juan Ignacio Larraz y a destacar lo más significativo de la relación que cada uno de ellos había tenido con el decano.
Con palabras emocionadas y llenas de afecto, el decano agradeció la presencia de todos los asistentes e hizo mención a la distinción de que había sido objeto: “El trabajo, la voluntad y el convencimiento de estar trabajando por una buena causa, la Ingeniería Técnica Industrial, han sido los objetivos de mi actuación a lo largo de estos años. Que esta labor haya merecido el reconocimiento de compañeros, amigos y autoridades es un legítimo orgullo que me anima a seguir trabajando por esta profesión y por lo que representa. Gracias a todos.»
Las palabras de Juan Ignacio fueron rubricadas con grandes aplausos. Unas flores, para la esposa, y unos regalos de parte de miembros de la Junta, fueron el colofón a esta emotiva velada.