Bauhaus la escuela que unió arte y técnica

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La escuela Bauhaus (1919-1933) marcó un hito artístico, filosófico e industrial que todavía se percibe en la actualidad. Su empeño de lograr la síntesis del arte y la técnica trajo una nueva forma de pensar y de ver el mundo que atisbó el futuro de una floreciente industria. Esta tendencia fue un revulsivo para el diseño industrial, introduciéndolo en la vida cotidiana.

Cuando un icono de la modernidad de nuestros tiempos como Philippe Starck afirma que muchos de los diseños que realizó durante los años ochenta y noventa son excesivos, y que actualmente tiende a fomentar la durabilidad y simplicidad de productos asequibles para todo el mundo, no está remontándose sino a uno de los principios básicos que la Bauhaus promovió y difundió a lo largo de toda su trayectoria. O cuando Javier Mariscal se inspira en esta escuela para el diseño de la Cafetería del Hotel Gran Domine de Bilbao, no hace más que reiterarnos la gran influencia que la Bauhaus sigue teniendo hoy en día.

La reputación como la institución de diseño más relevante del siglo XX no es gratuita. Muchos de los productos realizados por la Bauhaus durante los años veinte, todavía hoy se producen, comercializan y son objeto de estudio, e incluso siguen siendo reconocidos con premios.

El claro enfoque funcionalista de la Bauhaus proporcionaría los cimientos del diseño industrial y del movimiento moderno. Pero su influencia no se ha limitado sólo al diseño, sino que las bases de su sistema educativo se importarían y aplicarían en las futuras escuelas de diseño y arquitectura de todo el mundo.

WALTER GROPIUS Y LA CASA DE CONSTRUCCIÓN

Antes del inicio de la I Guerra Mundial, Alemania era la primera potencia industrializada de Europa. Su constante preocupación por mantenerse en primera línea de progreso, le había llevado a impulsar grandes reformas educativas.

El joven arquitecto berlinés Walter Gropius, que se había dado a conocer tras realizar con Adolf Meyer, la fábrica Fagus, que pasaría a la historia como el primer edificio muro cortina, había sido propuesto junto con otros candidatos como director de la Escuela de Oficios de Weimar. Este centro fue clausurado durante la guerra, y en 1919 el Gobierno alemán le puso al frente de la dirección y administración de las dos escuelas de arte más importantes de Weimar. Tras la unión de ambas, Gropius fundó la Staatliches Bauhaus de Weimar: la Casa de Construcción Estatal de Weimar.

Gropius dirigiría la Bauhaus hasta 1928. Durante esta época la escuela se caracterizaría por su flexibilidad para adaptarse a los cambios políticos y sociales, así como a las críticas externas. Esto se vería reflejado en las reformas educativas y pedagógicas que se sucedieron a lo largo de los años.

Arte y Artesanía: una nueva unidad “Artistas y Artesanos deben levantar juntos la construcción del futuro”. Con este manifiesto, la Bauhaus comienza su actividad. En él trata de reconciliar a artistas y artesanos, hasta entonces independientes, para propugnar el trabajo en equipo fusionando las distintas artes.

El plan de estudios consistía en un curso preparatorio, en el que los estudiantes aprendían los conceptos básicos del diseño y de la teoría del color. Una vez terminado este curso, los estudiantes pasaban a los talleres, especializándose en un tipo de oficio artesanal.

La Bauhaus aglutinó uno de los más relevantes claustros de profesores de toda la historia. Gropius ya había manifestado su intención de contar con personalidades relevantes y destacadas, con el fin de despertar el interés de la escuela. Uno de los personajes más influyentes en los primeros años de la Bauhaus fue el pintor y profesor Johannes Itten.

En este primer grupo de profesores también se encontraban el pintor expresionista Lyonel Feininger, que llevaría a cabo el taller de impresión, y el escultor Gerhard Marcks, que se encargó de for-mar el taller de cerámica. Este mismo año también se incorporó por deseo de Itten el pintor Georg Muche, que impartiría clases en diversos talleres y en el curso de preparación junto a Itten.

En 1921 se unieron al Consejo de Maestros los pintores Paul Klee y Oskar Schlemmer. En ese mismo año también se sumaría Lothar Schreyer, que se hizo cargo del taller de teatro. Un año más tarde se unía una de las grandes figuras de la pintura abstracta, Wassily Kandinsky.

La influencia de Johannes Itten Itten era el encargado de desarrollar el curso preparatorio, por lo que tuvo gran influencia en los postulados de la Bauhaus. Su planteamiento pedagógico se basaba en la “intuición y el método” o en la “experiencia subjetiva y el reconocimiento objetivo”. Junto con Kandinsky, pretendía volver a introducir la espiritualidad en el arte.

Paralelamente a esta enseñanza subjetiva, impartía las clases de forma y color. Tanto para Klee, que asistió a sus clases, como para Kandinsky, las formas básicas y el color jugarían un papel importante en sus años en la Bauhaus.

Edificio de la Bauhaus en Dessau (Alemania). Foto: Michael Nicholson/CORBIS

Itten y Muche eran practicantes de la enseñanza Mazdaznan, muy extendida en Alemania. Ambos intentaron introducir esta filosofía en la Bauhaus, lo que provocó tensiones entre los alumnos.

Entre Gropius e Itten existía un conflicto, que se arrastraría durante años, provocado por el distinto enfoque que ambos tenían a la hora de ejecutar el primer gran trabajo que se encargó a la Bauhaus: la construcción y decoración de la casa Sommerfeld. Finalmente, Itten terminaría marchándose en 1923 y con él acabaría lo que se ha definido como el periodo expresionista de la Bauhaus.

Los talleres La guerra había dejado importantísimas secuelas y las dificultades económicas complicaron mucho el montaje de los talleres. Se llegaron a acuerdos con los antiguos encargados y maestros de talleres, y así comenzó a funcionar el de encuadernación e impresión gráfica y el textil. Más tarde empezarían a funcionar los de carpintería, pintura en vidrio y alfarería.

La arquitectura Ya desde su manifiesto, Gropius había mostrado su deseo de formar una sección de arquitectura en la Bauhaus, pero se encontró con grandes problemas burocráticos. En 1919 se impartió un curso con carácter privado. Un año después se fundó una sección de arquitectura y se puso al frente a Adolf Meyer, colaborador de Gropius en su estudio de arquitectura, pero no llegó a consagrarse dentro del plan de estudios de la escuela.

Arte y Técnica: una nueva unidad A mediados de 1921, el artista holandés Theo van Doesburg, promotor del movimiento holandés De Stijil, se instala en Weimar como profesor, impartiendo sus cursos al margen de la Bauhaus. Sin duda, su influencia originó un cambio radical hacia una concepción más técnica y constructiva. El programa de estudios adquiere un carácter más experimental y de investigación en variedad de medios como el tejido, el trabajo con metales, fotografía, diseño de mobiliario, diseño escenográfico, pintura y escultura, así como arquitectura.

En los talleres comienzan a elaborarse productos funcionales y de diseño atractivo para el mercado y con bajos costes de producción: es la unión del diseño industrial con la corriente artística. Se comenzará a producir con materiales comunes y baratos, como el metal, el vidrio, el cristal, la madera… La demanda de más y mejores bienes impulsó y obligó a la producción en serie.
Arriba, cronología de la Bauhaus, con sus tres sedes y sus tres directores.
Abajo, portada de un libro sobre Klee con un detalle de su obra Príncipe negro (1927), pintada mientras fue profesor de la escuela.

Para Moholy, el diseño no era una profesión, sino una actitud

Los sucesores de Itten Si Itten marcó la primera época de la Bauhaus, sus sustitutos harían lo mismo. El húngaro László Moholy-Nagy se hizo cargo del curso preparatorio y del taller de metal. Moholy contaría en sus clases con el apoyo de Josef Albers, que había sido profesor de primaria y alumno de la Bauhaus. Entre ambos orientaron el curso preparatorio hacia un enfoque más industrial y práctico, según la nueva filosofía de la Bauhaus.

Moholy fue uno de los más brillantes profesores teórico-prácticos que pasó por la Bauhaus. En sus clases se tendía a la producción artística de acuerdo con la técnica contemporánea. Así, comenzó a experimentar y mezclar nuevos materiales, como el cristal, el plexiglás y la alpaca. Se empezaron a fabricar lámparas, objeto que hasta el momento no se había realizado, destacando las realizadas por Wilhelm Wagenfeld.

Marianne Brant también destacó por sus diseños en los que, partiendo de las formas básicas, por ejemplo, el círculo o la esfera, desarrollaba objetos como su famosa tetera.

El taller de muebles Gropius también impartió clases en la Bauhaus, haciéndose cargo del taller de muebles. Éste fue uno de los primeros en desarrollar prototipos, destacando los imperecederos diseños de Marcel Breuer.

Los muebles concebidos por la Bauhaus contaban con un análisis de la funcionalidad para desarrollar su forma, y debían ser pensados para una producción industrial.

1923: la exposición Bauhaus El Estado había financiando la Bauhaus a través de créditos y exigieron una exposición que justificase los trabajos que se estaban realizando. En esta exposición se mostraría el resultado del programa educativo de la escuela; todos los talleres participaron activamente en la muestra. Con motivo de la exposición, la Bauhaus cambio de apariencia, incorporando una nueva tipografía, con un claro aire de modernidad. Se utilizaron los colores negro, rojo y blanco, símbolo indiscutible de la Bauhaus a lo largo de la historia.

Esta exposición tuvo gran acogida internacional, especialmente en Estados Unidos, pero no reportó ningún beneficio económico.

La Bauhaus deja Weimar Siempre se ha relacionado a la Bauhaus con una tendencia política progresista, detalle que a los conservadores había molestado. Cuando éstos se hicieron con el poder, comenzaron su objetivo de clausurar la escuela, y lo consiguieron finalmente en 1925. Pero la Bauhaus venía precedida por una gran fama, y ciudades como Hamburgo, Munich o Dessau mostraron su interés por la escuela. Finalmente se instalaría en Dessau, donde los socialdemócratas le prestaban su apoyo.

Esta ciudad industrial ofrecería a la Bauhaus el soporte económico que necesitaba, a cambio de que se autofinanciara a través de la producción y comercialización de sus diseños, para lo que Gropius fundó una sociedad limitada. Con las subvenciones se construyó una nueva escuela, proyectada por Walter Gropius y la Bauhaus.

En el edificio se reflejaban claramente las funciones de las distintas partes de la construcción. Así, en la sección de talleres predominaban las fachadas acristaladas, que permitían una iluminación perfecta. La cubierta sería plana, un símbolo de total modernidad en los años veinte. Se realizaron en la Bauhaus desde el mobiliario hasta la señalización.

En los alrededores de la escuela se construyeron una serie de viviendas para profesores con un diseño simple y geométrico, que se convertirían en el emblema de arquitectura del futuro.

El diseño de la nueva escuela plasma la cooperación de todas las artes en la construcción, adaptándolas a la función y el estilo de vida para el que estaban destinadas. En diciembre de 1926, quedó inaugurada la Bauhaus de Dessau.

La Bauhaus de Dessau Con la llegada a Dessau, Gropius se planteó reorganizar la estructura de la escuela. En las reformas que realizó tuvo en cuenta la producción: todos los talleres tendrían una sección formativa y otra productiva. Al frente de algunos talleres puso a alumnos que habían terminado con éxito sus estudios en la Bauhaus, como Joost Schmidt, Herbert Bayer o Marcel Breuer.

Entre todos estos cambios, por fin Gropius consiguió crear la tan ansiada sección de arquitectura, de la que se hizo cargo el arquitecto suizo Hannes Meyer. Al implantar este departamento, se reestructuró todo el organigrama de la escuela, poniendo en primera línea a la arquitectura, colgando de ella lo que se denominó como construcción y equipamiento interior, que englobaba los talleres del metal, textil, de carpintería y pintura mural. Al mismo nivel que la arquitectura se encontraban la publicidad y el teatro. Más adelante también se incluyó la fotografía. Klee y Kandinsky se liberarían del trabajo de taller, para pasar a impartir lo que se denominó “Seminario de formación pictórica y escultórica libre”.

Comenzó a publicarse una revista cuatrimestral llamada Bauhaus, en la que se daba información sobre la escuela y los nuevos productos. Esta publicación era para la escuela, sin lugar a dudas, lo que hoy en día podría considerarse su imagen y promoción de cara al exterior, demostrando el carácter innovador de la Bauhaus. Pero en aquellos años no fue entendida de esta manera, y sólo sirvió para que se volviese a la carga contra la escuela, creándose una comisión de ciudadanos cuyo objeto era combatirla. Esto, unido al ambiente político, no le favoreció en absoluto.

Josef Albers, el hombre práctico Cuando Moholy abandona la Bauhaus, Josef Albers se hizo cargo del curso preparatorio. Durante los años que Albers estuvo ayudando a Moholy en el curso preparatorio se puede ver que sería una de las figuras más influyentes en el aprendizaje práctico de la Bauhaus.

Una vez que se hizo cargo de ese curso, retomó el estudio de materiales bajo una nueva perspectiva. Los alum-nos trabajaban de manera secuencial con los diferentes materiales; así, el primer mes sólo lo hacían con el cristal, luego con el papel y finalmente con el metal. Al final se permitía a los alum-nos elegir el material. Con esto, Albers quería llegar a que sus alumnos lo utilizasen de forma creativa y económica. No se debía desperdiciar nada, y constantemente repetía en sus clases que a menudo se consigue más con el menor esfuerzo.

Como anécdota, cabe señalar que en la primera clase del curso preparatorio, Albers repartía un montón de periódicos entre sus alumnos y les decía que estudiasen el material, respetasen sus cualidades, e incluso les indicaba que si no utilizaban herramientas sería todavía mejor. Al cabo de una hora volvía para examinar los resultados. Se podía encontrar con castillos, aviones, bustos…, aunque siempre había un alumno que se limitaba a doblar el papel de periódico y ponerlo como si fuera una tienda de campaña o apoyarlo simplemente sobre un ala. Albers les explicaba que los objetos creados estaban destinados a ser otros materiales, no al papel de periódico. Cuando llegaba a la tienda de campaña, decía que era una obra adecuada para este material, que se servía del alma del papel.

Nuevas profesiones El taller de impresión y fotografía estaba dirigido por Herbert Bayer y, como tal no impartía un certificado de estudios al igual que durante los años de Weimar. Todos los diseños que necesitaba la Bauhaus se realizaban en este taller bien por los estudiantes o por Bayer. Así es como el diseño grafico se iría definiendo como una nueva profesión.

En el taller textil es donde la mujer tuvo mayor trascendencia y de esta forma, en 1927, Gunta Stölzl llegaría a ser maestra en él. El programa educativo comprendía desde el estudio y experimentación con el tinte hasta el diseño industrial, tejer, estudio de materiales… Paul Klee se encargaba de las clases de forma y distribución del color. Así surgiría la profesión de diseñador de tejidos.

Los talleres de carpintería, metal, pintura mural y escultura. Una cosa queda clara: es aquí donde la Bauhaus tendría más transcendencia a lo largo de la historia. En el taller de carpintería dirigido por Breuer se elaboraron todos los muebles de la Bauhaus y de las casas de los maestros. El diseño interior de las casas de Gropius, Moholy o Kandinsky representaban una nueva forma de vivir que hoy en día entendemos y practicamos. Las habitaciones pasaban a ser amplias, con paredes claras y grandes ventanas, y contaban con pocos muebles y, si había, eran piezas elegidas cuidadosamente. Se intentaba buscar el equilibrio entre el mobiliario y el espacio, con el fin de llegar a la funcionalidad.

El taller de carpintería fue el primero en elaborar un folleto de comercialización sobre sus productos. En él se fabricaban objetos para un uso diario en los que primase la sencillez y la economía. Destacan de esta época el diseño de lámparas y los muebles de Breuer en los que utilizaba los tubos de acero.

Gropius deja la Bauhaus A principios de 1928, Gropius hace oficial su dimisión. Expresó su deseo de volver a dedicarse a la construcción y dijo que dejaba una Bauhaus afianzada. La escuela ya contaba con un reconocido prestigio y comenzaba a ser conocida internacionalmente.

Sin embargo, los primeros años en Dessau fueron difíciles tanto a nivel interno como los económico. Se habían creado ciertas tensiones con la marcha de algunos profesores, que no se identificaban con la ideología hacia la que se orientaba la Bauhaus.

La baja financiación del ayuntamiento de Dessau hacia necesaria una fuerte productividad, pero la rentabilidad no sería real hasta 1928. Muchos de los productos que se comercializaban no eran entendidos por el publico, que los consideraba demasiado modernos.

El hasta entonces encargado de la sección de arquitectura, Hannes Meyer, fue propuesto por Gropius como su sucesor. Meyer heredó una escuela con un prestigio, pero también con muchos problemas.

HANNES MEYER: LA ESTANDARIZACION

Cuando Meyer tomo posesión de su cargo, inició un gran cambio organizativo de la Bauhaus, reorganizó el programa de la escuela e incluyó nuevas disciplinas. Con la marcha de Gropius, también abandonaron la escuela algunos de los más importantes profesores, como Herbert Bayer o Marcel Breuer, y Meyer aprovecho la situación para modificar la estructura de los talleres.

Pero sus reformas no se limitaban a nivel estructural, sino que también se reorientarían los principios de la Bauhaus. Si Gropius declaraba como objetivo de la producción el desarrollo de modelos para bienes industriales, Meyer establecería que dentro de los principios de producción de la Bauhaus se contemplase el estudio de la utilidad de los objetos, la investigación de las necesidades del consumidor y la competencia de precios, con el fin de producir una serie de diseños “estándar” asequibles para un amplio sector de la población. Estas bases de diseño y comercialización que actualmente consideramos obvias, eran totalmente novedosas en aquella época.

Productos estándar Los talleres de metal, carpintería y pintura mural se habían unido en uno solo, que pasaría a llamarse taller de montaje. Aquí es donde más se notó la nueva orientación en la producción. Se comienza a producir un estándar de muebles en contrachapado, mucho más baratos y con una nueva estructura para las patas, que contribuyó al abaratamiento de mesas y sillas. La mayoría de los diseños eran mucho más ligeros, y si algo caracterizaba a los muebles de esta época era que la mayor parte se podían plegar.

Los diseños estándar de lámparas serían producidos y vendidos en grandes cantidades. Se introdujo el aluminio en su fabricación, material muy poco común en aquella época, por lo que se pintaba para que resultase atractivo al público.

El papel pintado fue, no cabe duda, el producto estándar con más éxito de la época Meyer. Entre los diseños de los estudiantes se recopilaron varios modelos que se producirían en diferentes colores. Eran los primeros papeles pintados sin estampados, de un único color.

Las nuevas ideas también llegaron al taller textil, que comenzó a fabricar revestimientos para suelos, tejidos resistentes para muebles de tubos de acero, y tejidos destinados a paredes y cortinas. Antes de Meyer, ya se había comenzado a experimentar con nuevos materiales; Ani Albers consiguió un tejido con características distintas en sus dos caras: por un lado era insonorizante y por otro reflector de la luz. Se utilizó para mejorar la acústica del aula magna de la Unión General Alemana de Sindicatos.

El taller de publicidad Al taller de publicidad se unirían impresión, propaganda, exposiciones, fotografía y escultura. Se pretendía que, mediante una mayor publicidad y organización de exposiciones, aumentaran las posibilidades productivas de la Bauhaus, y que este taller no sólo trabajase para ella, sino también para otros, como sería el caso de los anuncios de los papeles pintados diseñados por la escuela y producidos por la empresa Rasch.

Las clases de pintura libre Los trabajos que realizaron los alumnos se hacía eran muy visionarios y surrealistas, y la influencia técnica de Klee patente. Estas clases originaron grandes discusiones sobre su papel en el proceso de diseño. Entre Meyer y Klee siempre hubo discrepancias profesionales pero siempre con un respeto mutuo. Finalmente, Klee se trasladó a la escuela de Düsseldorf, que reunía mejores condiciones para dedicarse a su propio arte. Las clases de arquitectura Meyer orientó las clases de arquitectura hacia la comprensión de la construcción, descartando la estética. Así, había clases de construcción que comprendían asignaturas de teoría de la construcción, calefacción, ventilación, materiales…, impartidas por ingenieros. Como parte importante del programa estaban las enseñanzas de edificación de viviendas y urbanismo.

El primer proyecto en el que pudieron trabajar los estudiantes fue la Escuela Federal para la Unión Alemana de Sindicatos en Bernau. Meyer potenció el trabajo en equipo, creando grupos de estudiantes e intentando eliminar la figura del arquitecto que sería sustituida por la de un grupo de especialistas.

Meyer es destituido En una entrevista, Meyer se había declarado filosófico-marxista y, que, como tal, sus ideas influían en la Bauhaus. Esta afirmación, junto con la formación de una célula comunista dentro de la escuela que fue ganado adeptos entre los alum-nos, hizo que fuese cesado de su cargo por la ciudad de Dessau.

Al mismo tiempo que se anunciaba el cese de Meyer como director, se comunicaba que su sucesor sería Ludwig Mies van der Rohe.

MIES VAN DER ROHE: EL ÚLTIMO DIRECTOR

Mies era ya uno de los arquitectos ale-manes más destacados. Había sido elegido en 1929 para la construcción del pabellón alemán de la Exposición Universal de Barcelona.

Su inicio en la Bauhaus estuvo marcado por un ambiente revuelto (se llegó a convocar una huelga por parte de los estudiantes que reivindicaban seguir con los principios establecidos por Meyer). Mies solucionó el problema de una manera autoritaria: eliminó los estatutos de la escuela para definir unos nuevos y expulsó a los estudiantes más cercanos a Meyer.

El programa educativo fue modificado. La Bauhaus pasaría a ser una Escuela de Arquitectura, que contaría con algunos talleres. Se suprimió la producción; sólo se realizarían diseños para la industria, aspecto que provocaría gran malestar entre muchos alumnos, que se financiaban los estudios trabajando en estos talleres.

Sin la producción de los talleres y con unas subvenciones cada vez más bajas, la Bauhaus se encontró ante grandes dificultades económicas. La escuela dependía de las tasas de los estudiantes, que fueron aumentadas, y de las licencias de productos. Esta situación volvería a originar importantes conflictos, ya que los estudiantes eran los que facilitaban parte de las licencias con sus diseños.

Las clases de arquitectura La formación en arquitectura tendría tres niveles. Un primer nivel estaría compuesto por conocimientos técnicos relativos a la construcción. Estas clases en su mayoría eran dadas por ingenieros, al igual que en la época de Meyer. En un segundo nivel, que sería denominado “Seminario para la construcción de viviendas y urbanización”, los estudiantes adquirían las directrices para la edificación de colonias de viviendas y a través de ejercicios teóricos se planteaban soluciones para resolver los problemas de construcción.

Únicamente en el último nivel de formación los estudiantes tenían clase con Mies. Uno de los ejercicios más importantes que se planteaba en sus clases era el diseño de una casa de una planta con techo plano en un patio ya que, según Mies quien era capaz de diseñar una casa era capaz de solucionar cualquier problema constructivo. A la hora de diseñar el proyecto, los alumnos no debían olvidar la relación entre el exterior y el interior, la distribución armónica del espacio, la proporción y los materiales.

Para Mies, la arquitectura era arte. Los postulados de Meyer ya no tenían cabida en esta nueva concepción: la relación entre teoría y práctica daría paso a un concepto predominantemente teórico.

Los talleres de publicidad y fotografía En la época de Mies estos talleres comenzaron a trabajar con un programa de estudios. Así, Joost Schmidt elaboró un programa formativo en el que incluiría ejercicios en los que se combinaban texto y material fotográfico. La formación de Schmidt partía del hecho de que la publicidad debía comunicar e informar, no persuadir.

Walter Peterhans fue el encargado de las clases de fotografía, pero su relación con Schmidt complicó la interacción entre ambas disciplinas. Por consiguiente, Peterhans se dedicó a la formación de fotógrafos.

Los talleres de tejido y montaje Gunta Sölzl y Alfred Arndt dimitieron como responsables de los talleres textiles y de montaje, respectivamente. Su lugar lo ocupó a Lilly Reich, una arquitecta de interiores procedente de Berlín con la que Mies había realizado el pabellón de Barcelona.

Reich carecía de conocimientos técnicos sobre tejeduría, pero obtuvo un gran éxito con sus estudios sobre el efecto de los textiles en el espacio.

El taller textil se dedicaba a diseñar muestras estampadas para imprimir, elaborando colecciones para empresas. De esta forma comenzaron a comercializarse los tejidos impresos. Gran parte de los diseños procedían de los papeles pinta-dos. En cualquier estudio de arquitectura posterior a 1930 se podían encontrar tanto los muestrarios de tejidos como de los papeles pintados.

El final de la Bauhaus La Bauhaus siempre había estado bajo sospecha ante la clase política. Su fama de bolchevique la había perseguido desde sus inicios. Y a medida que Hitler iba ganando terreno en Alemania, la Bauhaus estaba más amenazada.

Cuando en 1931 los nacionalsocialistas se hicieron cargo del gobierno de Dessau, presentaron la primera moción de censura contra la Bauhaus, aunque no consiguió la mayoría absoluta. Pero a ésta le siguieron nuevas mociones hasta que, con una estrategia política por parte del partido nazi, la escuela fue cerrada el 22 de agosto de 1932.

Mies van der Rohe siempre había confiado en que se reconociese el trabajo de la Bauhaus y su carácter apolítico, pero no lo consiguió, y la trasladó a Berlín como escuela privada.

Pero tampoco en Berlín se libraría del acoso político. En 1933 se realizó un registro en la Bauhaus con el fin de obtener pruebas contra ella, se encontraron revistas comunistas en las cajas de libros procedentes de la escuela de Dessau. Antes de su salida de Dessau, las revistas no se encontraban allí. Fue su fin.

Mies intentó sin éxito su reapertura, pues se encontró a cada paso con grandes barreras burocráticas. Entre tanto, se había creado una ley que permitía a las escuelas privadas quedasen subordinadas al Consejo Provincial de Instrucción Pública. Amparándose en esta ley, se solicitó abrir de nuevo la Bauhaus. El Consejo contestó favorablemente, pero la Gestapo debía dar su consentimiento bajo determinadas condiciones.

Mies reunió el 19 de julio de 1933 a todos los profesores y leyó las condiciones para la reapertura:
-Se debería prescindir de Kandinsky y de Hilberseimer.
-No podrían existir judíos dentro del profesorado.
-Algunos de los profesores tendrían que afiliarse al partido.
-El plan de estudios habría de estar orientado hacia el nacionalsocialismo.

Como director de la Bauhaus, Mies van der Rohe hizo una propuesta para la disolución de la escuela, que todos los presentes aprobaron. Ésta fue la última manifestación por la libertad de pensamiento que realizó la Bauhaus.

Bibliografía

Jeannine Fiedler y Peter Feierabend. Bauhaus. Editorial Könemann. Colonia. 2000.
Magdalena Droste y Bauhaus Archiv. Bauhaus: 1919-1933. Editorial Taschen. Berlín. 1993.
Tom Wolfe. ¿Quién teme a la Bauhaus feroz?
El arquitecto como Mandarín. Editorial Anagrama.Barcelona. 1999.
Enric Santué. Diseñador. Editorial Grijalbo. Barcelona.1994.
Charlotte & Peter Fiell. Diseño del Siglo XX. Editorial Taschen. Colonia. 2001.
Judith Carmel-Arthur. Philippe Starck. Editorial Carlton. Londres. 1999.

Internet

Fundación Mies van der Rohe
www.miesbcn.com
Magazine de El Mundo
www.el-mundo.es
Bauhaus-Archiv Museum of Design
www.bauhaus.de

Técnica Industrial 252 – Marzo 2004

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