Hace ya siete años del comienzo de ese proceso que comenzó en la Sorbona, continuado por el tan conocido Proceso de Bolonia. En mi opinión, nos encontramos actualmente en un panorama en el que se escucha tanto hablar de Bolonia, de créditos ECTS, de financiación de las universidades, de nuevas metodologías docentes… que no deja de resultar paradójico el que siempre escuchemos los mismos nombres de interlocutores. Voces como las del Ministerio de Educación y Ciencia, quien creo que debería llevar la voz cantante, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), y en el ámbito de la Ingeniería, la Subcomisión de Enseñanzas Técnicas, el Instituto Nacional de Ingenieros Técnicos de España (INITE), la Conferencia de Directores de Ingeniería Técnica Industrial (CDEITI) y el Consejo General de Colegios de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales (COGITI). Quizá se hayan dado cuenta de que en esta larga lista de instituciones, no se encuentra ninguna que represente directamente a los estudiantes.
¿Tan poco capacitada está nuestra voz como para no ser escuchada? ¿O es que quizá no interesa escuchar lo que tengamos que decir? ¿Acaso el sistema universitario español es el único que mira por los estudiantes pero sin contar con ellos? En la asociación que presido, llevamos desde el año 1999 luchando para que los derechos e intereses de todos los estudiantes de ITI se respeten en esta adaptación a Europa. Dicha lucha se ha llevado a cabo de las más variadas formas, incluyendo manifestaciones o recogidas de firmas. ¿Acaso tanta experiencia en este campo no nos capacita para opinar qué será lo mejor para ese futuro que queremos crear? Si algo tenemos claro es que pensamos seguir defendiendo dichos intereses e intentando que nuestra voz sea escuchada, hasta que el proceso de convergencia europea se encuentre en vigor y todos los aspectos de dicho cambio estén perfectamente claros.
“LOS REPRESENTANTES DE ALUMNOS Y LOS COLEGIOS PROFESIONALES DEBEMOS TRABAJAR CONJUNTAMENTE, PUES NUESTROS OBJETIVOS SON LOS MISMOS: LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LA INGENIERÍA TÉCNICA INDUSTRIAL”
Desde mediados de marzo ya se conoce gran parte del catálogo de titulaciones, así como las directrices de algunos de ellos. ¿Tam-poco estamos capacitados para librar esta batalla? ¿O no interesaba que los estudiantes aportaran algo de luz y conocimiento a los criterios de selección de los grados y posgrados? ¿Dónde están las aportaciones de la comunidad universitaria más allá de las ofrecidas por el Consejo de Coordinación Universitaria y algún que otro aventajado? Todo esto ha dado lugar a una carrera para estar en posición de ventaja en el proceso de transformación de las enseñanzas al EEES, que producirá en los próximos años unos cambios sólo equiparables a los que la universidad ha venido experimentando en los últimos años.
¿Qué enseñanzas de grado se impartirán en cada universidad? ¿Cuáles serán los posgrados? ¿Cómo estarán orientadas las enseñanzas? ¿Serán necesarias nuevas infraestructuras? ¿Cómo será la nueva metodología? ¿Está el profesorado preparado y concienciado para todo lo que conlleva el EEES? La razón de estas preguntas, especialmente la última, es la inquietud de los alumnos por saber coómo quedará el catálogo definitivo. Tenemos como fecha límite el año 2010, apenas tres años para concluir con la reforma de la universidad más importante de cuantas se hayan acometido en Europa. ¿Y qué sabemos? Poco o nada. Algunos profesores de universidad piensan que con el cambio al nuevo sistema educativo darán la misma materia, la mitad en clase y la otra mitad se la preparará el alumno en su casa. Esto es bastante problemático, ya que si hay profesores que piensan eso, nuestra opinión es, como alumnos de ITI, que si hasta ahora era muy difícil aprobar, a partir de ahora va a ser imposible. La evaluación de la calidad de las enseñanzas será, sin duda, muy difícil, a menos que las escuelas alcancen un consenso, en lo cual somos muy escépticos. La calidad, tantas veces cuestionada en el sistema universitario español, vuelve a estar a prueba, siendo un gran reto para las universidades, del que difícilmente saldrán airosas sin la interrelación de todo el colectivo universitario. Por ello, debemos aprovechar este período preelectoral autonómico y nacional para presionar y así poder conseguir más para los alumnos, futuros ingenieros técnicos industriales.
Pero no quisiera monopolizar este artículo con el EEES, sino dar a conocer, además, la ardua labor de la representación estudiantil. La representación a nivel nacional es el último eslabón de una larga cadena que comienza con un cargo no exento de dificultad, como es el de delegado de clase. La mayoría de las veces es visto como un cargo sin apenas trabajo, pero nada más lejos de la realidad. La inmensa mayoría de los representantes de claustro, de consejo de gobierno, o de otros organismos importantes en las universidades o en las asociaciones a nivel nacional, comenzaron de esa manera, y ello despertó su sentimiento de defender los intereses de los alumnos.
Después, es el turno de las delegaciones de alumnos. No es fácil pertenecer a ciertas delegaciones, bien sea por politización, por impedimentos desde ciertas instancias universitarias, o porque directamente no interesa tenerlas (o, por lo menos, no que esté cualquiera). Sé que no son casos mayoritarios, pero hemos de reconocer que dichos casos existen. Pero, aun así, muchísimas delegaciones de alumnos por toda España luchan por los intereses de los alumnos, dentro de sus escuelas, universidades, o dando el salto al nivel estatal. Ellos hacen posible que los alumnos logren día a día mayores derechos, que los que ya tienen no se vean ninguneados bajo ninguna circunstancia y que la información de interés llegue a todos y cada uno de los estudiantes. Desde estas líneas, nuestra más sincera felicitación a todas las delegaciones de alumnos y a los integrantes que hacen posible que el mundo de la representación estudiantil siga tan activo.
No quisiera, sin embargo, finalizar sin antes hacer una pequeña reflexión sobre un colectivo muy ligado a nuestra asociación. Dicho colectivo es el conjunto de los 49 colegios de ingenieros técnicos industriales que están repartidos por toda la geografía española y que engloban un total de 71.605 colegiados. Aprovecho este artículo para hacer un llamamiento, ya que creo firmemente que los representantes de alumnos y los colegios profesionales debemos trabajar conjuntamente, pues nuestros objetivos son los mismos: la defensa de los derechos de la Ingeniería Técnica Industrial. Por eso mismo agradezco en nombre de todos los socios de la AERRAAITI el apoyo que muchos colegios españoles nos están mostrando a las delegaciones de alumnos de sus correspondientes ciudades para facilitarnos el trabajo que desde nuestra asociación realizamos. Y ruego a los colegios que no lo han hecho aún que fomenten las relaciones con los estudiantes de Ingeniería Técnica Industrial de su localidad porque los estudiantes de hoy serán los colegiados de mañana. Ambos luchamos por unos intereses comunes y nada da más fuerza que la unión entre colectivos.
