La Mutualidad inaugura su nueva sede social en la calle Orense de Madrid
El 15 de diciembre tuvo lugar la inauguración de la nueva sede social de la Mutualidad de Previsión Social de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales (Mupiti) en Madrid, en la calle Orense número 16. En el acto de inauguración estuvieron representados el Consejo General y la Unión de Asociaciones de Ingenieros Técnicos Industriales de España (UAITIE) por sus presidentes, Jorge Rivera Gómez y Pedro San Martín Ramos, respectivamente, y se contó con la asistencia de decanos de distintos colegios, delegados de Mupiti y el Grupo de Gobierno de la Mutualidad. A continuación se recogen algunos extractos de las palabras que pronunció Juan Ignacio Larraz Pló, presidente de Mupiti, que muestran lo que ha significado y representa la “acción social” de esta institución en pro de la Ingeniería Técnica Industrial:
“Estoy seguro de que quienes, como vosotros, conozcan el punto de partida, valorarán de forma muy positiva que nuestra Mutualidad haya llegado brillantemente a completar una nueva etapa de su historia, que es lo que se simboliza con la apertura solemne de esta nueva sede.
“Viendo estas confortables y funcionales instalaciones, parecen quedar lejos los días en los que todo estaba embutido en un pequeño local cedido fraternalmente por el Consejo General. Así y todo, cuando era forzoso trabajar en aquellas condiciones un tanto precarias, nunca se oyó la más mínima protesta. Porque uno de los activos más valiosos de nuestra Mutualidad son sus recursos humanos. Estos cooperadores indispensables de nuestra tarea forman un gran equipo, dirigido por el gerente, Francisco Javier Sanz, persona entregada a su función y dotada de grandes cualidades. En nombre propio y, sobre todo, de los miles de mutualistas que se benefician de vuestra dedicación, os doy las gracias a todos.
“(…) Confieso que me resulta particularmente atractiva la tarea que desempeño corno presidente de Mupiti y, dentro de ella, sobre todo la referida a la Fundación, desde la que se pretende atender a las dificultades de los más desfavorecidos, en un intento solidario y fraterno de paliar algún sufrimiento. Creo estar sensibilizando en este aspecto a muchos de entre nosotros y espero que el buen hacer en esta línea sea el mejor mensaje para atraer a los indecisos.
“(…) Nuestra filosofía es sencilla: llevar hacia delante una institución creada por peritos industriales y que hoy está por entero al servicio de todos los ingenieros técnicos industriales del país, con el apoyo y colaboración de los colegios profesionales, sin cuya ayuda sería difícil su viabilidad, a menos que cambiase su carácter fundacional.
“(…) La Mutualidad y su Fundación serán lo que los colegios quieran que sean. Y estad seguros de dos cosas que me importa decir en público y ante vosotros. La primera y principal es que los bienes se están administrando con total transparencia y rigor. Y la segunda, que, a mayor compromiso, mis beneficios se obtendrán para los ingenieros técnicos industriales y para sus familias.
“Aprovechemos la actual bonanza económica de los Colegios para integrarlos de forma plena en una causa noble y, además, nuestra, en la que no caben ningún tipo de mercantilismo, ni de comisionistas, ni de intermediarios; ésta es una situación que concede a la Mutualidad, sobre todo, a los mutualistas, clara ventaja sobre entidades con ánimo de lucro. Cierto es que hemos de resistir y soportar los embates propiciados por los intereses típicos de una economía de mercado muy competitiva, que opera en un sector maduro y experto, en el que innumerables actores tratan constantemente de seducir a los individuos, y eso podría abocar a una situación insoportable, si no se contase con el esfuerzo y la pericia de nuestra gestión, con un colectivo como el de nuestros mutualistas, dotado de una gran calidad humana, y con un espíritu fundacional que sigue vivo y vigente y que nos dota de gran fuerza moral en la que apoyar nuestra labor.
“En este mundo de continuos escándalos financieros, el escepticismo se adueña de las personas, que legítimamente albergan sospechas. Por eso no se debe desarrollar ninguna actividad económica relevante, corno lo es la nuestra, sin controles ni cautelas. Es más: si no existieran por previsión legal, nosotros mismos habríamos de exigirlos. La Dirección General de Seguros ejerce una labor profesionalizada de control y garantía, que evita desviaciones peligrosas en la administración de las entidades aseguradoras de toda clase. Las hay que son compañías de negocios, sobre cuya necesidad nadie discute. Y las hay, como la nuestra, que cumplen fines similares pero desde otros presupuestos teóricos, porque no nacen con un propósito mercantil, sino principalmente solidario. Hay una sutil singularidad de la que se derivan notables beneficios para los colectivos que cuentan con mutualidad.
“Se me ocurren pocas tareas más hermosas que ésta y os doy las gracias por permitirme que presida su desempeño. Queridos compañeros: creemos en lo que hacemos, tenemos fe en nuestra labor y sólo os ruego, en nombre de los miles de colegas que forman nuestra Mutualidad y confían en ella, que nos ayudéis a conseguir sus nobles firmas, a las que ahora podremos servir mejor desde estas estupendas instalaciones.”