Sistema de análisis de olores que permite detectar explosivos y enfermedades en humanos

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Investigadores del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Yale (EEUU) y la empresa Seadm ubicada en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid) han desarrollado un sistema de análisis de olores que detecta explosivos y localiza enfermedades en seres humanos. Las conclusiones de esta investigación aparecen en el Journal of the American Society for Mass Spectometry. Para Juan Fernández de la Mora, miembro del equipo de la Universidad de Yale y coautor de este artículo, el olfato tiene un importante valor biológico y es un sentido poco desarrollado en el hombre, por lo que es necesario implementar instrumentos con mayor capacidad. Pese a que ya se han desarrollado narices similares en el mundo, Juan Fernández de la Mora señala que la principal característica de su dispositivo radica en la potencia, ya que es capaz de detectar, por ejemplo, cantidades de explosivos mil veces más pequeñas que en el pasado y de una forma más rápida.

Además de la deteccion de explosivos, el sistema también puede utilizarse para la identificación de personas (el sistema se ha financiado para este propósito), y como herramienta de diagnóstico en medicina. Al igual que se hacen análisis de sangre u orina, podrian hacerse análisis de olor corporal o aliento. Este campo es especialmente rico, tanto en posibilidades como en complejidad. Por ejemplo, podrían detectarse enfermedades como el melanoma por el análisis químico de su olor. En este caso habría que aspirar el aire en las inmediaciones de la zona sospechosa para conducirlo al analizador. Otras enfermedades producen determinados compuestos químicos que son transportados a los pulmones mediante el torrente sanguíneo y de aquí, pasan a formar parte del aliento. No habría más que echarle el aliento a la máquina y ésta realizaría el análisis químico. Además a diferencia de lo que ocurre para sistemas de análisis de líquidos que suelen ser relativamente lentos, el analizador de vapores tiene unos tiempos de respuesta de cuestión de segundos, por lo que es un sistema muy rápido. Los vapores humanos son marcadores con una riqueza enorme, es decir, cada persona tiene el suyo característico, lo que abre las posibilidades de estos dispositivos a la detección de individuos. La nariz electrónica se basa en la medición de la carga de los vapores que se encuentran en la atmósfera. Cuando las moléculas que lo componen están cargadas eléctricamente su masa se mide con gran precisión y pueden detectarse sus compuestos, incluso cuando se trata de partículas con un peso pequeñísimo. Por ello, el sistema implementado ioniza mediante electrospry los vapores a analizar, una técnica por la que se bombardean gotas cargadas eléctricamente.

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