María del Mar Castellón García

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“La ingeniería no tiene género y es una profesión compleja que exige estar siempre a la vanguardia”

María del Mar Castellón García, ingeniera mecánica, es un claro ejemplo de mujer luchadora y con una gran capacidad de trabajo que, sin duda, le ha ayudado a mantenerse activa y poder compaginar su profesión, como responsable en el departamento técnico de una empresa dedicada a la ingeniería y la climatización (Incliza S.L), con su labor en la junta de gobierno del Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería de la rama industrial, Ingenieros Técnicos Industriales y Peritos Industriales de Aragón (Cogitiar), en la que es vocal, y con una extensa formación en una gran diversidad de ámbitos, entre los que se puede destacar el de la gestión energética.

¿Por qué decidió estudiar ingeniería técnica industrial?

No fue un motivo, sino un conjunto de todos ellos. La tasa de empleo era muy alta y las salidas profesionales, muy amplias: trabajar en la Administración, como docente, en la industria o en el ejercicio libre de la profesión. Todos estos motivos siguen vigentes en la actualidad.

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo laboral? ¿En qué momento se encuentra profesionalmente?

Mi incorporación al mundo laboral fue inmediata, en una empresa de servicios, y en menos de un año pasé a formar parte de la empresa, en la que hoy todavía estoy y donde era la única ingeniera. El trabajo fue duro pero muy gratificante. Simultáneamente, lo compaginaba dando clases en una academia donde impartía clases de Seguridad Industrial. Con el tiempo, la empresa fue creciendo y se fueron creando diferentes líneas de negocio. Actual-mente, sobre mi mesa, está el proyecto de ampliación de la oficina técnica para duplicar nuestra capacidad actual.

¿Le ha costado mucho esfuerzo conciliar la vida familiar y laboral?

No queda mucho tiempo libre entre la familia y la empresa, pero además es necesario sacar tiempo para la formación, muy importante en todas las profesiones, pero en esta en concreto más. Sufrimos constantes cambios legislativos y tecnológicos, y siempre estoy liada con algún curso o incluso varios a la vez. Reconozco que no es fácil la conciliación.

¿Qué pueden aportar las mujeres, como valor añadido, a la ingeniería?

Hoy podemos ver normal que una ingeniera pueda diseñar y dirigir una obra, pero todavía es difícil aceptar que pueda liderar un proyecto industrial o encabezar una perforación petrolífera. Las mujeres tenemos un grado más alto de disciplina en el trabajo, perseverancia en la consecución de nuestros objetivos, estamos totalmente abiertas a los cambios; en la resolución de conflictos podemos dar soluciones creativas, y constantemente somos muy exigentes y autocríticas, incluso injustamente con nosotras mismas.

Como miembro de la junta de gobierno del Colegio de Aragón, ¿cómo ve la situación actual y las perspectivas de futuro de las colegiadas?

La junta está compuesta por profesionales de diferentes ámbitos, y trabajamos diariamente para mejorar y ampliar los servicios que ofrecemos. La ingeniería no tiene género, no es de hombres ni de mujeres. Es una profesión compleja y exigente, tenemos que estar siempre a la vanguardia del sector en el que trabajemos, pero es igual de compleja y exigente que puedan ser otras profesiones en las que históricamente hay más mujeres que hombres.

¿Desde el colegio se ha llevado a cabo o está prevista alguna actuación para fomentar las vocaciones técnicas por parte de las mujeres?

Desde el colegio nos hemos hecho eco de la iniciativa “Una ingeniera en cada cole”, organizada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas en Aragón, www.amites.org, divulgándolo a todas las colegiadas. Un total de 40 ingenieras visitaron 20 centros educativos de todo Aragón. Explicaban qué es la ingeniería a mil estudiantes de primaria. En la segunda edición hay más de 100 voluntarias. El reto ahora es alcanzar los 400 colegios. Los talleres los dan ingenieras y tecnólogas, de manera que los jóvenes tengan referentes y modelos femeninos en estas áreas. Estamos planificando realizar “Un café entre ingenieras”.

¿Qué diría a las alumnas de educación secundaria para animarlas a estudiar una ingeniería?

Por un momento, que cerraran los ojos y que pensaran, en un objeto, en un alimento, en cualquier proceso productivo que se les ocurra, o en un medio de transporte. Si analizamos cualquier producto-servicio en su ciclo de vida, en algún momento ha podido intervenir un ingeniero, ¿y por qué no, una ingeniera? Esa podrías ser tú. El mundo es ingeniería. Las posibilidades son infinitas, anímate y estudia Ingeniería.

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