Corazón de ratón
Las fábulas tienen su origen en Oriente, posiblemente en la India, pero fueron el griego Esopo y el latino Fedro quienes las hicieron populares en Occidente. Firmin (Seix Barral, 2007), de un desconocido hasta la fecha. Sam Savage, nos cuenta la fábula de un ratón que se cría en el sótano de una librería de un barrio deteriorado de Boston, y que acaba convertido en un devorador de libros, en sentido real y figurado. Vamos, lo que se dice una rata de biblioteca. La narración tiene ecos de Apuntes del subsuelo de Dostoievski, y el personaje de Firmin nos recuerda a veces al kafkiano Gregor Samsa de La metamorfosis.
Nuestro protagonista, el menor de 13 hermanos, hijos de una madre alcohólica, es un ratón culto y sensible. Marginado por su familia busca la amistad de los humanos. Pero Firmin es también cinéfilo, coqueto, un tanto cínico, vanidoso, voyeur, vicioso y con un carácter bastante borde, depresivo y patético, pero al mismo tiempo entrañable y a la vez admirable. Él mismo se define: “Era,en pocas palabras, en rostro taimado y falto de honradez, indigno dec onfianza; el rostro de un personaje verdaderamente bajuno. Firmin el Sabandija.” Al final no sabemos si se trata de un ratón humano o de un humano en un cuerpo de ratón.
La novela es toda una declaración de amor por la lectura, por el poder redentor de la literatura, por la capacidad que tienen los libros de emocionarnos, transmitirnos ideas y recrear mundos. Según Firmin, el conocimiento libresco dota de espíritu humano a un ratón como él, “pero la mayoría de los hombres son como un hatajo de ratas ignorantes que rechazan los beneficios de la cultura y sucumben a sus instintos depredadores”.
Llama la atención que Firmin sea la primera novela de su autor, del que apenas sabemo snada, salvo que, siendo un novato, no es precisamente joven. Un hombre anciano, con aspecto de mendigo, y al parecer una biografía errática, que publica una novela en una pequeñae ditorial de Mineanpolis. Sin embargo, gracias al boca a boca entre los lectores, esta pequeña fábula ha conquistado el corazón de muchos lectores y traspasado las fronteras locales.
En la cita que abre el libro Savage nos recuerda elcuento de Chuang Tzu sobre el hombre que soñaba que era una mariposa y al final no sabía si era un hombre que soñaba que era una mariposa o una mariposa que soñaba que era un hombre. Firmin, corazón de ratón, pero alma de lector quijotesco, es una de las creaciones más sorprendentes y deslumbrantes de los últimos tiempos. Una novela para devorar.