La Unión Europea necesita de un impulso innovador para asegurar su competitividad en el futuro

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El término TCF se refiere a tecnologías que permiten el desarrollo de nuevos bienes y servicios en una gran cantidad de ámbitos. Por ejemplo, la nanotecnología permite vislumbrar grandes adelantos en sanidad, energía, medio ambiente y fabricación, mientras que de la nano y microelectrónica se esperan sistemas de control inteligentes que podrían revolucionar los sectores energético, espacial y del transporte, entre otros. Los avances en materiales podrían producir mejoras significativas en las industrias aeroespacial, sanitaria, del transporte y de la construcción. A día de hoy, estas nuevas tecnologías siguen ofreciendo un gran potencial por explotar. Todas ellas son vitales para que la UE se enfrente a retos como los que plantean el cambio climático, el envejecimiento poblacional, la seguridad energética y las comunicaciones. Con esta Comunicación, la Comisión confía en poner en marcha un proceso que conduzca a que la UE identifique las TCF que ofrecen más posibilidades y disponga las medidas y condiciones necesarias para apoyar su desarrollo e implantación. Es un tema urgente puesto que otras naciones punteras como China, Japón y Estados Unidos también invierten de forma intensiva en TCF.

La Unión Europea está necesitada de un impulso innovador potente que la dote de los medios necesarios para asegurar su competitividad en un futuro y encuentre soluciones a los retos más importantes de este siglo para la sociedad” comentó Günter Verheugen, comisario europeo de Empresas e Industria. “El dominio de la nanotecnología, nano y microelectrónica, biotecnología, nuevos materiales y fotónica significa situarse a la vanguardia, lo cual beneficia a los ciudadanos”. La Comunicación también indica los obstáculos que frenan un mayor desarrollo de las TCF en la UE. Al frente de la lista se encuentra la incapacidad comunitaria de exprimir al máximo los resultados científicos. “A consecuencia de ello, otras regiones comercializan los frutos de investigaciones muy costosas financiadas con fondos públicos y privados en la UE”, se puede leer en el documento. Otros problemas relevantes son una comprensión insuficiente de las TCF por parte de la población y la escasez de trabajadores debidamente cualificados. La Comisión también alude a la poca disponibilidad de capital riesgo e inversión privada para TCF en la UE.

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