Medidores de consumo energético para todos los hogares británicos
Nos dicen en tiempo real cuánta luz o gas estamos gastando, cuántas emisiones producimos y el precio exacto de la electricidad en este preciso momento: son los medidores inteligentes, que se instalarán en casi toda Europa en el futuro y transformarán completamente nuestra relación con el consumo de electricidad. Gran Bretaña da el primer paso al establecer su implantación en todos los hogares británicos para 2020
El Gobierno británico dio luz verde el pasado mes de diciembre a la puesta en marcha de un plan para sustituir los contadores eléctricos de gas y electricidad por su versión más inteligente. En total, 46 millones de medidores inteligentes se instalarán en más de 25 millones de hogares de aquí a 2020 en lo que supone el primer escalón de un edificio mayor: las llamadas redes inteligentes. El gasto va a ser multimillonario en una de las mayores revoluciones tecnológicas desde la llegada del gas natural desde el mar del Norte a los hogares británicos en la década de 1970, pero el Gobierno está convencido de que el ahorro, energético y económico, merecerá la pena.
Los medidores inteligentes vienen acompañados de una pantalla digital que muestra en tiempo real cuánta luz o gas se está consumiendo y que permite ver al consumidor el gasto que se origina, por ejemplo, en el momento en que se enciende una tetera para calentar agua para un té. Esta información precisa y transmitida de forma inmediata permitirá a cada ciudadano ser más consciente de dónde se encuentran los puntos calientes en los que se pierde energía en la casa, los picos o las horas en que ésta cuesta más y los momentos en que los precios bajan y es bueno aprovechar para hacer la colada.
Ahorro energético
>En total, se estima que el ahorro por persona oscilará entre el 3% y el 15% de su actual uso energético y que esto podría suponer un ahorro de entre 2.500 y 3.600 de millones de libras en los próximos 20 años, o en casos optimistas, hasta 100 libras anuales por hogar. Planes similares se han llevado ya a cabo en otros países como Alemania, Italia, Suiza, Estados Unidos, Canadá y Australia.
«Los medidores inteligentes pondrán todo el poder en mano de los ciudadanos, permitiéndonos a todos controlar cuánta energía utilizamos y recortar emisiones y gastos», afirmó el ministro de Energía y Cambio Climático, Lord Hunt en el lanzamiento de la iniciativa.
La responsabilidad de la instalación y la puesta en marcha del nuevo sistema ha sido delegada en distintas compañías eléctricas y de gas, que más tarde pasarán el precio del coste del recambio a la factura de los consumidores. Sin embargo, asociaciones como la UK Energy Retail Association insisten en que el coste será «neutro» debido a que los ahorros esperados financiarán una parte de los gastos.
Además, los nuevos aparatos pasarán de forma automática la información a la compañía eléctrica, eliminando las facturas estimadas y conociendo el precio real de la energía, lo que podría ser otra de las ventajas de este nuevo sistema, como señala Alberto Carbajo, director general de Operación de Red Eléctrica de España: «Tienen la ventaja de que si bien supone un mayor coste, es evidente que al remitir telemáticamente toda la información, hay unos ahorros en los costes de lectura porque no se precisa mano de obra para ir midiendo los contadores de las casas. Resulta un poco más caro pero tiene otras ventajas de inversión».
Para John Loughhead, director ejecutivo del UK Energy Research Centre, la mayor ventaja de los nuevos dispositivos reside, sin embargo, en su «capacidad de acción», pues «los medidores inteligentes se diferencian de los tradicionales en que pueden recibir información del resto de la red y utilizando su capacidad de control actuar sobre la misma. Pueden, por ejemplo, suspender el suministro durante un periodo limitado de tiempo. De la misma forma, puede recibir información en tiempo real sobre el precio de la electricidad y ser programado para tomar sus propias decisiones sobre la reducción en la carga basada en los criterios que le ha proporcionado el operador».
LOS MEDIDORES INTELIGENTES PONDRÁN TODO EL PODER EN MANOS DE LOS CIUDADANOS, PERMITIÉNDONOS CONTROLAR CUÁNTA ENERGÍA UTILIZAMOS Y RECORTAR LAS EMISONES Y EL GASTOS
Gestión de la medanda
Esto explicaría por qué se denominan inteligentes. Y es esta capacidad la que los diferencia de otras tecnologías y en la que se marca el gran salto: las nuevas maquinitas permitirían que la electricidad utilizada por los electrodomésticos se reparta de forma dinámica, esto es, apagar el frigorífico por unos minutos cuando la demanda o el precio de la luz es muy alto o hacer que el secador se apague de forma automática cuando el precio sobrepasa un cierto límite. El hecho de conseguir una mejor gestión de la demanda y evitar los picos de electricidad, las horas punta en que todos utilizamos el lavavajillas a la vez, supondría que menos estaciones de generación de electricidad tuvieran que estar disponibles ahorrando toneladas de CO2 al año y cortando de forma significativa las emisiones. El Ejecutivo británico espera que esto pueda ayudar a lograr los objetivos de una reducción del 34% para el año 2020.
La instalación de los medidores inteligentes marca también el inicio de un nuevo camino: es el primer paso para el desarrollo de redes inteligentes que en el futuro permitan una comunicación de doble sentido, en la que el consumidor conozca la energía que gasta y el precio exacto de la que usa, pero pueda también volcar la electricidad generada en su hogar (a través de aerogeneradores o placas solares) de vuelta a la red en las horas en que más se necesita, convirtiéndose así en vendedor de energía.
El director general de British Gas, Phil Bentley, afirma: «Estamos comprometidos a convertir los hogares de nuestros clientes en Reino Unido en los más verdes de Europa y a crear puestos de trabajo cualificados en el sector. El anuncio del Gobierno nos permitirá hacer ambas cosas a la vez». No es para menos. En esta época de crisis, British Gas pone el énfasis del asunto en el hecho de que «se van a crear más de 2.600 trabajos cualificados en el plan de puesta en marcha».