El diálogo inteligente entre máquinas

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En pocos años, miles de millones de objetos estarán conectados a la red a través de comunicaciones inalámbricas o fijas, en un intrincado puzle de tecnologías y modelos de negocio que dinamizarán notablemente la industria. Es el llamado internet de las cosas o las comunicaciones M2M

La primera ola de Internet fue la de las personas. Ahora entramos de lleno en la internet de los objetos o de las comunicaciones machine to machine (M2M, máquina a máquina). Es un conjunto de sensores, tecnologías y redes que permiten a edificios, infraestructuras y todo tipo de dispositivos y objetos proporcionar e intercambiar información, en muchos casos sin necesidad de intervención humana.

Las comunicaciones entre máquinas conectadas en Red son una realidad desde hace tiempo, ya que permiten avanzar el fallo de un equipo o predecir el mantenimiento requerido: una máquina o dispositivo puede informar de su uso y proporcionar datos de forma remota, sin necesitar la visita de un técnico. Esto permite elaborar modelos de predicción de fallos para ascensores o escaleras mecánicas, por ejemplo, y realizar el mantenimiento preventivo; o avisar al distribuidor cuando las existencias de un alimento o bebida de un dispensador automático sea baja.

En el Mobile World Congress 2014, celebrado recientemente en Barcelona, la cadena de comida casera Nostrum presentó una máquina de vending que expende los platos mediante un teléfono inteligente, y también se presentaron las Google glasses. Los campos de aplicación son innumerables: contadores de suministros inteligentes, el control remoto del tráfico, servicios logísticos y de telemedicina.

Un mercado inmenso

El Internet de las cosas alcanzará en 2020 un valor de 8,9 billones de dólares y 212.000 millones de objetos conectados y desatendidos. Según la consultora IDC, se espera que las denominadas ciudades inteligentes, los vehículos y las casas, con las infraestructuras necesarias, impulsen el crecimiento de este inmenso mercado. Siempre que se salven obstáculos como la ausencia de plataformas M2M estándar y la escalabilidad, pues lo habitual son sistemas construidos para una tarea específica. Otro problema se puede presentar cuando sea necesaria la actualización del software que controlan estos dispositivos. “Porque las actuales implementaciones de aplicaciones M2M a través de diversos mercados geográficos y verticales en todo el mundo dan lugar a un

Entre otras aplicaciones en la industria es posible elaborar modelos de predicción de fallos para ascensores o escaleras mecánicas, o realizar el mantenimiento preventivo


ecosistema cada vez más fragmentado y los actores de la industria deben poner la seguridad, la programación remota y la interoperabilidad en el corazón de sus planes de desarrollo, a riesgo de inhibir las perspectivas de crecimiento del sector”, dice Bruno Basquin, presidente del grupo de trabajo eUICC (embedded Universal Integrated Circuit Card, es decir, el chip SIM integrado en el dispositivo) de la SIMalliance.

Un desafío clave está relacionado con el modelo operacional del M2M; el proceso de flotas de equipos que ejecutan diversas aplicaciones de funcionamiento es muy diferente del funcionamiento de comunidades de suscriptores humanos. Muchas aplicaciones M2M utilizan millones de terminales desatendidos en diversas ubicaciones remotas, difíciles e inaccesibles.

En este escenario, a los proveedores de servicios no les es rentable proporcionar terminales con un nuevo UICC (o tarjeta SIM), cuando las actualizaciones o sustituciones sean necesarias. En vista de ello, el aprovisionamiento remoto extendido y las capacidades de gestión son esenciales. “Por esta razón, SIMalliance apoya los conceptos de UICC embebido (eUICC) y la infraestructura de administración remota de suscripción como activadores del crecimiento del mercado M2M, ya que el primer beneficio del eUICC es la facilidad de actualización remota”, añade Basquin.

Puesto que el eUICC tiene un papel dual (llevan una suscripción y actúan como una plataforma de aplicaciones), ofrece a los proveedores de servicios, operadores móviles y sus socios la capacidad de administración remota segura, añade. “Como el ciclo de vida de una aplicación suele ser mucho menor que el de su anfitrión terminal –muchos de ellos pueden durar hasta 20 años en el sector de M2M– las capacidades de administración de servicio, habilitadas por la administración remota, son esenciales para apoyar las iteraciones de muchas de las aplicaciones que pueden evolucionar con el ciclo de vida de la terminal”.

En España destaca el proyecto científico Smart Santander, desarrollado por Telefónica, que cuenta con 20.000 sensores conectados en la ciudad de Santander que captan información sobre temperatura, iluminación, ruido, tráfico, aparcamiento, etc. Y la Comisión Europea quiere implantar el sistema eCall, una tarjeta SIM en todos los vehículos para que, en caso de emergencia, indique al teléfono de emergencia su posición exacta y reciba una primera asistencia telefónica.

Datos telemétricos

Cualquier objeto al que se pueda acoplar un sensor puede convertirse en un nodo de internet. Los datos telemétricos son tradicionales en estos sistemas, pero los sensores pueden captar y difundir información sobre todo tipo de parámetros (velocidad, temperatura, altitud, iluminación, humedad, voltaje, azúcar en la sangre, etc.). Estos sensores son diminutos procesadores con memoria, programas autónomos que permiten interpretar los datos y elementos de entrada y salida de información a través de Internet o de dispositivos que se conecten a la Red.

En España destaca la empresa zaragozana Libelium, que ha desarrollado la plataforma modular opensource Waspmote, que permite construir redes de sensores inalámbricas de muy bajo consumo para monitorizar una gran cantidad de información local.

Por ejemplo, Rias Baixas lo utiliza en un proyecto vitivinícola inteligente para cosechar uvas más sanas y abundantes de Albariño. El año pasado, Libelium participó con uno de sus dispositivos en un proyecto para medir la radiación solar desde un satélite.

La gestión y el control de la información recibida por los dispositivos remotos se realiza desde un servidor con una aplicación específica, con almacenamiento local, o en la nube, cuando sea necesaria una gran capacidad de procesamiento y almacenamiento.

Ante el ingente volumen de dispositivos inteligentes diseminados por todas partes, ¿qué redes se encargarán de gestionarlos? Todo el mundo quiere un pedazo de la inmensa tarta M2M, pero las conexiones entre máquinas y dispositivos vendrán determinadas por la ubicación de cada uno de los objetos. En la actualidad, las comunicaciones M2M a través de módulos con tarjeta SIM son mayoritarias, pero no exclusivas.

El crecimiento del mercado M2M vendrá por tres mercados verticales claves, según los analistas: la automoción, la electrónica de consumo y los servicios públicos

Según el informe elaborado por Neul y Machina Research, no hay una tecnología única que pueda conectar todos los dispositivos, y las aplicaciones actuales utilizan un mosaico de diferentes enfoques: la malla inalámbrica se utiliza para el control de procesos en plantas industriales y para la conexión de medidores inteligentes de suministros a través de los barrios. Wifi es usado en hogares y oficinas para conectar dispositivos a una conexión de banda ancha fija o un dispositivo WWAN con un SIM móvil. Y las redes del hogar conectan los dispositivos en los sótanos y las cajas de contadores como hub o concentrador. También son útiles otras tecnologías como el RFID, NFC, ZigBee, Bluetooth y powerline communications.

Se calcula que existen alrededor de 195 millones de objetos accediendo a Internet a través de tarjetas SIM, ofrecido por 430 operadores móviles de 187 países. Estos servicios los utilizan, por ejemplo, los denominados coches conectados, según reflejan los últimos datos de la organización mundial de comunicaciones móviles GSMA. A finales de 2014 habrá 250 millones de conexiones máquina a máquina, cifra que excluye los smartphones, tabletas, routers y hots-pots. Para los operadores móviles, conectar las máquinas a sus redes es un área de enfoque prioritaria. Pero no solo se trata de añadir nuevos tipos de conexiones: es una oportunidad para que los operadores móviles puedan agregar valor más allá de la conectividad mediante el desarrollo de capacidades M2M, que reducen la fragmentación y estimulan nuevos servicios, asegura Hyunmi Yang, jefe de estrategia de la GSMA.

Posibilidades en automoción

Los fabricantes de automóviles están explorando multitud de posibilidades en sus coches conectados, más allá del acceso clásico a Internet: desde la comunicación entre vehículos para evitar accidentes a información sobre el tráfico. El fabricante Volvo recolecta información en tiempo real de sensores de sus vehículos por todo el mundo para enviarlos a sus centros de diseño en Suecia, de forma que pueda ajustar los diseños y mejorar los procesos de construcción. BMW y Audi también se han volcado en estas tecnologías y GM anunció hace un año que los vehículos que lanzará en 2015 estarán completamente conectados a la Red. Hace un año, GM anunció que sus modelos de 2015 saldrán completamente conectados a la Red.

Los beneficios del Internet de las cosas son innumerables: un fabricante de equipos de electrónica de consumo puede agregar una solución de almacenamiento de nube para una cámara; algunas compañías de seguros ofrecen pólizas basadas en el uso del vehículo en tiempo real; sistema de estacionamiento administrado que permite avisar al conductor de la existencia de plazas libres y así reducir la cantidad de tiempo para aparcar y de la huella de carbono.

Tradicionalmente, las redes de telefonía móvil se utilizan en algunas aplicaciones M2M, pero no han podido alcanzar su pleno potencial debido a los altos costes de los dispositivos y de su uso, la corta duración de la batería y la dificultad del emplazamiento fijo de unidades en las que se garantice una señal fuerte, afirma Jim Morrish, director de investigación de Machina Research. “Las nuevas soluciones diseñadas específicamente para M2M son capaces de llegar a dispositivos en zonas remotas, en interiores o zonas subterráneas, de bajo consumo y baterías de hasta 10 años de duración”, explica. Pero también recomienda que el precio de los módulos de conectividad M2M deberá estar por debajo de los cinco.

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