Sistema de marcado electrónico para infraestructuras subterráneas
La señal enviada desde el localizador se refleja en el marcador para indicar su posición exacta. Esta respuesta digital incluye detalles almacenados, como número de identificación de baliza, el nombre de la compañía propietaria de la instalación, su función (empalme, válvula, punto de salida del servicio o cambio de dirección), y su profundidad o elevación con respecto a la superficie.
De esta forma, los profesionales de las compañías de servicios públicos cuentan con un mapa-plantilla con todos los datos GIS de la posición de cada marcador. Además, los marcadores RFID no requieren fuente de alimentación adicional a la señal transmitida por el localizador.
Los dispositivos convencionales de rastreo sólo dan una aproximación de la posición y la profundidad, y avisan de la presencia de líneas de alta tensión, aguas subterráneas (nivel freático) y otras tuberías u objetos metálicos en las cercanías, lo que tiende a dificultar una localización e identificación fiable de infraestructuras enterradas. Las interferencias y los marcados «falsos» también son problemas asociados con estos localizadores estándares, particularmente en zonas congestionadas.
El marcado electrónico aporta una alternativa precisa, ya que el sistema RFID puede diferenciar los componentes enterrados y distinguir entre las instalaciones de múltiples compañías, incluso con marcadores en la misma frecuencia. Aunque las balizas de 3M se pueden ubicar en cualquier lugar de conductos bajo tierra, se suelen colocar en puntos de cambio de dirección horizontal y vertical, zonas «críticas», conexiones de servicio e, incluso, instalaciones abandonadas para garantizar la máxima seguridad de los operarios y minimizar el riesgo de accidentes.