Javier Ferrer Dufol
“Las empresas españolas son competitivas, exportan y están a gran nivel internacional”
Dice que la formación que adquirió como ingeniero técnico industrial le ha aportado capacidad de análisis, racionalidad y un realismo que le lleva a ser directo y a llamar a las cosas por su nombre, sin tapujos ni rodeos. Estos estudios le han permitido conocer como nadie los engranajes de la maquinaria que mueve el mundo empresarial del sector del metal, al que ha dedicado la mayor parte de su vida. Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) y vicepresidente de la CEOE, Javier Ferrer Dufol considera que lo prioritario, en estos difíciles momentos, es restablecer a la sociedad la confianza que ha perdido en el futuro y asegura que las empresas españolas cuentan con un gran potencial de recuperación para protagonizar la salida de esta crisis. Este es su análisis de la realidad.
Su vida profesional ha estado ligada, casi en todo momento, al mundo empresarial. ¿Qué razones le llevaron a realizar los estudios de ingeniería técnica industrial y en qué terreno le ha ayudado más contar con esta formación?
Mi vida profesional ha estado fundamentalmente ligada a la empresa y al sector del metal. En la empresa familiar de productos metálicos y maquinaria, que dirijo desde hace 30 años, mi formación como ingeniero técnico industrial me ha permitido aprovechar la capacidad de análisis, la racionalidad y el realismo que ofrece una ingeniería, y combinarlos con conocimientos técnicos profundos para poder “bajar a pie de obra” y hasta “ponerme el mono” y reparar una máquina.
Como presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal, Confemetal, ¿cuál es su valoración del papel que han desempeñado los ingenieros técnicos industriales en el desarrollo económico de nuestro país y, más concretamente, en el sector del metal?
Creo que su papel es decisivo. Han sido fundamentales en el desarrollo del sector del metal y del conjunto de la industria. A lo largo de mi vida profesional he conocido muchas empresas dirigidas por ingenieros técnicos industriales y no solo en sus departamentos de métodos o procesos, sino en las propias direcciones generales y en los puestos de mayor responsabilidad e importancia estratégica.
“El Sistema de Acreditación DPC de los ingenieros técnicos industriales es un magnífico servicio a los colegiados que aumenta su empleabilidad”
A pesar de que la actividad económica del sector del metal es sumamente amplia y diversa, ¿podría decirnos, en líneas generales, cómo está siendo su comportamiento ante la crisis?
En general, el comportamiento de la industria es mejor, o menos malo, que el de otros sectores. La industria es un sector siempre más sólido, con bases más firmes y con trabajadores más formados y, por tanto, con empleos más protegidos frente a las crisis. Es verdad que, en el caso del sector del metal, el comportamiento ante la crisis está siendo tan diverso como señala. En general, son las empresas industriales más internacionalizadas las que mejor están resistiendo, y las pymes y las más enfocadas a los servicios, las peor paradas, al estar su actividad mucho más ligada a un consumo interno que se ha deteriorado mucho.
¿Qué factores cree que han llevado a España a esta difícil situación?
Obviamente, hay un origen y unas razones globales, centradas, fundamental-mente, en el sector financiero, que en España se han potenciado por la caída del sector de la construcción y su incidencia en el resto de la economía, y por la tardanza en reconocer la existencia de la crisis y sus efectos y por el consiguiente retraso en tomar las decisiones adecuadas para atenuar esas consecuencias. Esa falta de realismo para afrontar la situación ha agravado los efectos de la crisis que ahora sufrimos.
En alguna ocasión ha señalado que existe una generalizada crisis de confianza de la sociedad en los poderes públicos, políticos y económicos. ¿Cómo se puede restablecer esta pérdida de confianza?
Es cierto, existe una falta de confianza en el futuro y en que esos poderes que señala tomen las decisiones adecuadas para salir de esta situación. Pero si las medidas que aplicar son acertadas, se recuperará la confianza y, con ella, se podrá empezar la recuperación de la economía. Tomar las medidas necesarias con firmeza y realismo permitirá extender el sentimiento de buen gobierno y definir un punto de inflexión en esta situación. Pero la confianza, sin la cual no se invierte, ni se consume, ni se asume el riesgo inherente a la actividad empresarial, no es el único factor de recuperación. Es imprescindible que fluya el crédito para que se recupere la actividad y se cree empleo.
¿Piensa que esta crisis puede servir para dar un nuevo enfoque a nuestro modelo productivo?
Mi confianza en las empresas es absoluta. Las empresas españolas son competitivas, exportan y están a un magnifico nivel internacional. Eso demuestra nuestro potencial y estoy seguro de que, si se dan las condiciones necesarias, se podrán llevar adelante proyectos que ahora están pendientes de financiación.
En nuestro país, el gasto en I+D+i empresarial se encuentra todavía lejos de la media europea. ¿Considera que la productividad y la competitividad se ven frenadas por ello?
Yo siempre he desconfiado de esas cifras que nos sitúan tan lejos de la media euro-pea. Mi experiencia personal es que en muchas empresas, incluso en las pequeñas, se presta atención a la I+D y se innova con éxito. Además, yo valoro mucho, y creo que debe favorecerse, la innovación que surge de los propios trabajadores y de su capacidad de detectar posibilidades de mejora en proceso y productos. Habría que decir, también, que el sector del metal es responsable del 30,7% de la inversión en I+D de las empresas españolas y que su vocación innovadora es innegable. Pero sobre esa base que yo creo positiva, es necesario potenciar las ayudas y desgravaciones para reforzar el potencial innovador.
¿Cree que la transferencia del conocimiento desde la investigación básica a las aplicaciones que precisa nuestro aparato productivo se realiza de forma coherente y eficaz?
Creo que es necesaria una comunicación más fluida y directa entre universidades y empresas, la potenciación de los centros de investigación aplicada que tanto apoyo dan a las empresas, especialmente a las pymes, y la ayuda a la innovación en las empresas. Merece la pena impulsar todos esos eslabones del sistema de I+D+i que, salvo honrosas excepciones, es un desastre.
¿Cómo valora la política energética de nuestro país y la relación que existe entre industria y eficiencia energética?
Las empresas, muy especialmente las industriales, tienen muy claro que la eficiencia energética es clave en su competitividad. En el caso concreto del sector del metal, hay una elevada incidencia del factor energía en la estructura de costes. Subsectores como la siderurgia, la fundición, la electrolisis o los recubrimientos, por citar sólo algunos, tienen un alto consumo energético y necesitan un suministro seguro, fiable y barato que les permita ser competitivos. Sin embargo, en España no hay una política energética clara y de futuro. Nosotros estamos trabajando para conseguir una política que permita equiparar nuestros costes energéticos, especial-mente los de la electricidad, pero también los del gas, a los de nuestros competidores, que están produciendo con energía procedente de tecnologías como la nuclear o la hidráulica, mucho más baratas que nuestras renovables, y siempre sin despreciar ninguna fuente energética. En suma, necesitamos un mixenergético adecuado a las necesidades de la industria y su competitividad.
El Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial ha puesto en marcha un novedoso sistema de acreditación del Desarrollo Profesional Continuo (DPC) de los ingenieros técnicos industriales e ingenieros de grado de la rama industrial. ¿Cómo valora esta iniciativa?
Soy un firme defensor de la actualización y de la renovación de los conocimientos profesionales, incluyendo los adquiridos a través de la experiencia laboral, y creo imprescindible que esa adquisición de nuevas aptitudes tecnológicas que potencian la empleabilidad pueda demostrarse fehacientemente y estar acreditada de manera oficial.
Este sistema se sustenta en tres pilares fundamentales: empleabilidad, competitividad y movilidad de los ingenieros. ¿Qué ventajas cree que reportará, por una parte, a este colectivo profesional que aglutina en España a más de 90.000 colegiados y, por otra, a las empresas que han firmado acuerdos con el Cogiti?
Esa puesta al día es, sobre todo, un magnífico servicio a los colegiados que aumenta su empleabilidad y una garantía para las empresas de contar con profesionales bien formados, pero también una oportunidad para la actualización y el aumento de la utilidad de los colegios profesionales.
¿Está usted de acuerdo en que crédito, confianza y consumo son los ingredientes esenciales de esa fórmula mágica que permitirá dejar atrás la crisis e iniciar el camino de la recuperación?
En primer lugar, está la confianza y, después, el crédito. Ambos pueden ser catalizadores del consumo y la inversión e impulsar la recuperación. Pero también necesitamos entornos productivos que fomenten el trabajo bien hecho, la calidad y la competitividad, que son las mejores garantías de futuro para la industria y para el conjunto de la economía española.