Objetos técnicos

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Vivimos inmersos en una nueva revolución técnica y tecnológica. La ciencia y la técnica han contribuido al progreso y desarrollo social, más allá de un simple avance científico. Para muestra, un botón: la reciente exposición Tecnorrevolución en Cosmocaixa. Tecnorrevolución muestra el aumento de avances en la última década a consecuencia de la convergencia tecnológica. En la exposición, totalmente interactiva, se dan a conocer las llamadas tecnologías convergentes: la nanotecnología, la biotecnología, las tecnologías de la información y las ciencias cognitivas. La interconexión de estas cuatro tecnologías está originando un cambio en el mundo que nos rodea y despertando una auténtica revolución en una gran variedad de ámbitos como la medicina, la educación, el transporte, la agricultura y el arte: robots que imitan comportamientos animales, ojos robotizados que siguen a las personas, máquinas que detectan el estado de relajación del cerebro son algunos ejemplos.

A lo largo del tiempo, la evolución de la técnica y la tecnología ha originado sucesivas revoluciones: la invención de las máquinas, los robots, etcétera. Todo ello ha derivado en un necesario planteamiento filosófico que ha originado dos nuevas acepciones filosóficas, la “filosofía de la técnica” y la “filosofía de la tecnología”, a la par que la “filosofía de la ciencia”. La filosofía de la técnica llena un vacío intelectual y puede ayudar a aclarar o incluso resolver los problemas sociales y morales que suscita el progreso técnico. Su objetivo es reflexionar sobre todas las técnicas. Algunos de sus temas basculan entre debates como la naturaleza de lo artificial a diferencia de lo natural o las peculiaridades del conocimiento técnico a diferencia del científico. Aunque, sin duda, el debate más profundo reside en la intención y la finalidad del proceso técnico.

El filósofo francés Gilbert Simondon escribió un libro que ya anunció este debate: El modo de existencia de los objetos técnicos. Simondon nació en 1924 y sus estudios sobre técnica y tecnología ocupan buena parte del siglo XX. Su formación como filósofo no le impidió desarrollar interés por la física y la técnica, disciplinas de las cuales impartió clases. La obra de Simondon es breve: su doctorado, La individuación a la luz de las naciones de forma e información, del cual deriva El modo de existencia de los objetos técnicos y dos o tres libros más que resumen sus cursos sobre temas como la técnica, la percepción y la relación entre el animal y el hombre, Dos lecciones sobre el animal y el hombre e Individuación1.


Simondon forma parte de una generación de pensadores en la que destacan Jacques Derrida, Michel Foucault y Gilles Deleuze. Precisamente, este último es uno de los más influyentes en el estudio de su teoría de la individuación (qué es lo que hace singular a un individuo) fuente principal de inspiración para Gilles Deleuze. Delueze fue uno de sus mejores discípulos y ayudó a difundir su obra pues significó una nueva orientación filosófica. Simon-don abrió la filosofía a las relaciones del hombre con su entorno y su propio hacer o lo que es lo mismo, a su existencia técnica. Tenía presente que buena parte del campo intelectual de los siglos XIX y XX había percibido la técnica como un monstruo ajeno a la vida humana. Sus teorías subrayan que no solo debemos tener en cuenta los objetos técnicos porque entonces el predominio de la técnica será un problema para los prejuicios humanistas en los que el hombre debe estar al frente de las máquinas.

En la década de 1980, cuando ya estaba retirado de la enseñanza, recibió una carta de Derrida que le invitaba a unirse al Colegio Internacional de Filosofía junto con el programa de estudios. Simondon respondió que era necesario refundar la filosofía y observó la falta de un pensamiento acerca de la técnica y de la religión en el programa. El Colegio Internacional de Filosofía incluyó más tarde la filosofía de la técnica en sus estudios. Simondon atacó siempre de frente el «problema de las dos culturas», la humanística y la científica, sobre todo en La individuación. Para él, Tales, Anaxímenes y Anaximandro no son solo «filósofos presocráticos», sino también «los primeros técnicos».

Para romper barreras, propone hacer una genealogía del objeto técnico en la que se entremezclen nociones de antropología, economía, ciencias físicas e ingeniería. Con todo, pretendió defender las máquinas y la técnica, para mantener con lo técnico “una relación social”. Según el filósofo francés, solo a través de un trabajo profundo con todas estas materias podría surgir una nueva teoría de la técnica despojada de los prejuicios humanistas a los que tilda de “humanismo fácil”.

Exposiciones como Tecnorrevolución demuestran que vamos por el buen camino. La técnica, como demostró Gilbert Simondon, es parte de una necesaria revolución que rompa prejuicios humanistas. Inmersos en un principio de siglo XXI agitado, parece que el recorrido de la técnica es largo, sobre todo en su participación en los cambios hacia el progreso y el desarrollo social.

1 Simondon G (2008). El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo Libro Editorial. (2008) Dos lecciones sobre el animal y el hombre en La Cebra Ediciones, y (2009) Individuación1, Buenos Aires, Ed. Cactus y La Cebra Ediciones.

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