Las TIC, un mundo aparte

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Las tecnologías de la información y la comunicación no entienden de crisis. Tras superar un pequeño bache, el sector encara con optimismo un futuro lleno de retos y oportunidades

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) constituyen un mundo aparte. Son el núcleo duro de un proceso capaz de hacer mejores y más competitivos sectores tan dispares como el comercio minorista, la logística y el transporte, las finanzas, la energía, la construcción, el ocio y el turismo. Han cambiado radical-mente nuestra forma de trabajar, de comunicarnos, de entretenernos… Y también nuestra economía. Han cambiado las reglas de juego, han diluido las fronteras geográficas y han puesto a tiro de muchas empresas un número de clientes que estas no podían ni siquiera imaginar hace poco más de una década.

Ahora, cuando más aprieta la crisis, gran parte de las miradas se centran en las TIC, sabedoras de su condición de sector claramente estratégico. Su carácter transversal y su innegable influencia en todos los demás, hacen que muchas de las esperanzas de progreso aparezcan indefectiblemente ligadas a estas tecnologías. Y esperan no defraudar, tal como pusieron de manifiesto sus principales protagonistas en el XXV Encuentro de las Telecomunicaciones celebrado a principios de septiembre en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

De momento, este foro ha servido para comprobar que este hipersector ha dejado atrás los achaques de los últimos años. Según el estudio Las Tecnologías de la Información en España 2010, llevado a cabo por la Asociación Multisectorial de Empresas de la Electrónica, Tecnologías de la Información y la Comunicación, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales (Ametic), esta actividad recuperó el pasado año su senda alcista hasta alcanzar una facturación superior a los 18.000 millones de euros, el 3,6% más que en 2009.

Para esta asociación, con más de 5.000 empresas asociadas que aportan el 7% del PIB español, un tercio del esfuerzo privado nacional en I+D+i y que dan empleo a 350.000 personas, España tiene por primera vez en su historia el reloj tecnológico en hora. Y así lo avalan algunos datos. Por ejemplo, y según datos del INE, el 97,4% de las empresas españolas de 10 o más empleados dispone de conexión a la Red; España es el séptimo país europeo en número de internautas y lidera, junto con los países nórdicos, el uso de Internet móvil, con un índice de penetración que roza el 50%; además, el porcentaje de la población española que utiliza Internet ha pasado del 40% al 63% en apenas cinco años y las ventas de comercio electrónico han aumentado el 17,3% durante el pasado ejercicio. El parque de líneas de telefonía móvil no para de crecer y ya suma más de 55,7 millones con una penetración de 118,5 líneas por cada 100 habitantes.

El quinto poder

Así las cosas, no resulta extraño que desde Telefónica, uno de los principales agentes del sector, no duden en señalar que los smartphones, tabletas y otros dispositivos inteligentes se han convertido en el “quinto poder” de nuestros días, una especie de segundo cerebro de las personas, dada su capacidad para gestionar los datos básicos que necesitamos en nuestro quehacer cotidiano.

Pero en un escenario tan cambiante como el actual, en el que lo nuevo resulta viejo en unos pocos meses, en el que las demandas de nuevos profesionales dejan al descubierto empleos que muy pocos conocían, como los de community manager, coolhunter y responsables de search engine optimization (SEO) y posicionamiento web, los retos a veces son tantos como las oportunidades.

El primer revés ha venido de la mano de la propia Administración, que, por boca del secretario de Estado de Comunicaciones, Juan Junquera, acaba de reconocer que la nueva Ley General de Telecomunicaciones no se podrá aprobar esta legislatura, tal como estaba previsto. El retraso en la aprobación de esta normativa, que tenía que transponer todas las directivas europeas sobre la Agenda Digital y regular aspectos tan controvertidos como la neutralidad en la red, traerá consigo muy probablemente que las autoridades comunitarias abran a nuestro país un expediente sancionador.

Por eso, desde el sector se reclama la colaboración e inversión de todos para alcanzar las exigentes metas fijadas por la Agencia Digital Europea, entre ellos el de que en 2020 toda la población de la UE tenga posibilidades de conexión a 30 Mbps y la mitad pueda hacerlo a 100 Mbps.

El despegue de la “nube”

En medio, no faltan quienes ya han advertido del riesgo de pérdida de capacidad competitiva de las TIC españolas en un escenario marcado por el despliegue del cloud computing (un nuevo modelo de prestación de servicios de negocio y tecnología que permite al usuario acceder a un catálogo de servicios estandarizados y responder a las necesidades de su negocio pagando únicamente por el consumo efectuado), que ya genera unos 200 millones de euros de ingresos, el 5% del total de la facturación por software.

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