175 años de compromiso con la sociedad

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El año 2025 marca un hito de excepcional relevancia para la Ingeniería Técnica Industrial: el 175 aniversario del nacimiento de la enseñanza industrial en España, y la consiguiente creación de las profesiones de ingeniería del ámbito industrial.

Fue en 1850, bajo el reinado de Isabel II, cuando se promulgó el Real Decreto que dio origen a las Escuelas Industriales, sembrando la semilla de una profesión que se ha erigido en motor esencial del desarrollo económico, social y tecnológico de nuestro país: la de ingeniero técnico industrial.

Esta disposición decimonónica, impulsada por el Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas, sentó las bases de una profesión que ha acompañado, de manera constante y eficaz, el proceso de modernización económica, tecnológica y social de nuestro país.

Aquellas primeras escuelas nacieron con la clara vocación de ofrecer a la juventud una formación sólida y aplicada. Se trataba de dotar a los futuros ingenieros de las competencias necesarias para impulsar la industria, fomentar la innovación y contribuir al progreso de España, en un momento en que el país buscaba dejar atrás el atraso tecnológico y alinearse con las grandes potencias industriales de Europa.

Se desarrollaron así las profesiones que nacieron con el propósito de dar servicio a la sociedad, de satisfacer sus necesidades, y fueron fundamentales para dar soporte al incipiente tejido industrial en España, promoviendo la innovación, la competitividad y la seguridad en la industria.

En 1857, con la Ley Moyano —la primera gran ley educativa española— se incorporó por primera vez la figura del “Perito” como título oficial. El plan de estudios exigía la superación de asignaturas como mecánica, química aplicada, dibujo y matemáticas, y concluía con un examen general.

Por su parte, la “carrera de ingenieros industriales”, en su artículo 53, se dividía en dos secciones: de ingenieros mecánicos y de ingenieros químicos, y se establecía el Real Instituto Industrial de Madrid y las Escuelas Superiores de Barcelona, Gijón, Sevilla, Valencia y Vergara, como los centros habilitados para impartir estos estudios.

Durante décadas, las Escuelas Industriales expandieron su presencia por todo el país, aunque con altibajos. En 1867, por ejemplo, cerró el Real Instituto Industrial de Madrid, y Barcelona quedó como la única escuela activa durante más de treinta años. Sin embargo, el movimiento no se detuvo: en 1900, las Escuelas de Artes y Oficios se transformaron en Escuelas de Artes e Industrias.

Los primeros peritos industriales no eran solo técnicos formados en mecánica, química industrial o electricidad; eran auténticos artífices del tejido productivo, profesionales capaces de aplicar su conocimiento en fábricas, talleres y grandes obras. Su figura fue evolucionando con las décadas, adaptándose a los cambios de la economía, los avances de la ciencia y las nuevas necesidades de una sociedad cada vez más compleja. Así surgieron nuevas especialidades, nuevos centros de formación, y con ellos, una red de asociaciones que acabaría conformando una sólida estructura colegial.

En paralelo con los nuevos estudios que iban surgiendo, comenzó a organizarse el colectivo profesional. En 1904 se fundó en Barcelona la primera Asociación de Peritos Industriales, seguida por la de Madrid en 1905. En años sucesivos surgieron asociaciones en Sevilla (1914), Cádiz (1916), Zaragoza y Valladolid (1917), hasta que en 1924 se constituyó la Federación Nacional de Peritos Industriales. Esta entidad fue la antesala del Consejo General, que tiene sus orígenes en el Decreto de 22 de junio de 1956, por el que se autoriza la constitución de los Colegios de Peritos Industriales, lo que determina que, por Orden de 16 de octubre de 1957 del Ministerio de Industria, se aprobasen los primeros Estatutos Generales de los Colegios de Peritos Industriales.

En la anterior década, tras la Guerra Civil, en 1941, se había reorganizado el movimiento asociativo bajo el nombre de Asociación Nacional de Peritos y Técnicos Industriales. En 1947, esta asociación fue reconocida oficialmente como Corporación Oficial de Derecho Público mediante una Orden del Ministerio de Industria y Comercio, abriendo así una nueva etapa de consolidación.

Desde entonces, la evolución ha sido constante, tanto en el ámbito profesional como educativo: de perito industrial se pasó a ingeniero técnico industrial, con sus correspondientes especialidades (por R.D. 50/1995, de 20 de enero). Posteriormente, la Declaración de Bolonia, en 1999, condujo a la creación del Espacio Europeo de Educación Superior; un ámbito que serviría de marco de referencia a las reformas educativas que muchos países tuvieron que llevar a cabo. En España, los títulos de Grado y Postgrado se establecieron mediante Real Decreto.

No puede entenderse la historia del desarrollo industrial español sin tener en cuenta la contribución de los ingenieros técnicos industriales. Hoy, en pleno siglo XXI, su papel es más necesario que nunca. En una era marcada por la digitalización, la transición energética, la industria 4.0 y los desafíos del cambio climático, estos profesionales de la ingeniería vuelven a situarse en primera línea. Su perfil versátil, con sólidos conocimientos técnicos y gran capacidad de gestión, le permite liderar procesos de transformación industrial, diseñar soluciones sostenibles, optimizar recursos y contribuir activamente a la innovación tecnológica que el futuro exige.

En este 175 aniversario, rendimos homenaje a todos aquellos que han formado parte de esta historia, desde los pioneros que fundaron las primeras escuelas hasta los ingenieros técnicos industriales actuales, que continúan innovando, liderando proyectos y contribuyendo al bienestar social. Felicitamos a estos profesionales por su legado y su trayectoria dedicada a construir un mundo mejor, y que sigue construyendo el presente y el futuro de nuestro país. Que este aniversario sea un impulso para seguir adelante con la misma dedicación y responsabilidad que ha caracterizado a la profesión a lo largo de toda su historia. Gracias por construir presente y futuro, ayer, hoy y siempre.

¡Feliz 175 aniversario!

Mónica Ramírez Helbling
Directora de la revista Técnica Industrial

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